Historia Corta 07

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Solo Te Quiero A Ti
Romance, traición, obsesión
Dieciséis mil cien palabras

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Una manta oscura de estrellas cubría a Berk. Si prestabas atención, podías contemplar que esa era una noche hermosa ante el despejado cielo y su brillante luna entera; el suave sonido de las olas pegando en la orilla, esa sublime frescura que proporciona el viento junto a sus dulces acaricias, el olor a mar y la arena húmeda.

Todo eso, era maravilloso para Anna.

Pero nadie apreciaba eso en ese instante, porque después de todo, Berk estaba siendo atacado otra vez por dragones...

—¡Dame mi hacha!

—¡Estúpidos reptiles!

—¡Toma eso, criatura infernal!

Eso y más exclamaban los vikingos mientras luchaban contra los seres alados de distintas especies, cada rugido era más fuerte y todas las casas se incendiaban rápidamente. Anna ya veía venir las nuevas construcciones para el día siguiente.

Una parte de ella quería ayudar, pero aunque quisiera, no podría. No era buena para defender, atacar o por lo menos proteger. Y mucho menos si en vez de proteger a los vikingos, protegía a los dragones.

A sus dieciocho años, Anna ya tenía una reputación muy... Bueno, seguro ya lo imaginarán. Nadie, ni un solo vikingo, veía bien que ella apareciera e impida que maten a cualquier dragón.

Ni siquiera su mejor y único amigo, Hiccup.

Pero por supuesto, era entendible. Después de todo, cada vikingo de ahí fue criado para matar dragones, ya que matarlos lo era todo. Sin embargo, Anna al ser hija de una familia sin tribu, le enseñaron que si no lastimas a los dragones, ellos no la lastimarían a ella. No era de extrañarse que tuviera una ideología diferente a la de los berkianos.

Desgraciadamente para Anna, sus padres murieron bajo ataque de unos saqueadores. Esa noche, Anna y su hermana Elsa se escondieron en la "zona segura" que sus padres les dijeron que fueran en el caso de cualquier cosa, pero después de unas horas, Elsa le dijo a Anna que saldría a investigar qué pasó con sus padres, que no saliera hasta que regrese por ella.

Pero Elsa jamás regresó.

Fue gracias a Bocón que estaba de regreso de su viaje de hallar una planta medicinal que Gothi necesitaba, que encontró la casa y se adentró a investigar. Vió los cadáveres de Agnarr e Iduna con pena, pensando que no debió entrar, pero fue un milagro que escuchara los suaves sollozos de la pequeña Anna de cinco años, escondida en un sótano que pudo pasar desapercibido porque unas tablas cubrían la puerta de madera del suelo.

Sorprendido por la fuerte niña que sobrevivió a un ataque que parecía ser de hace tres días, con solo un pan duro para comer. La acogió para que fuera criada en Berk por todos en la tribu, siendo una huérfana sin hogar ni familia.

Aún se preguntaba qué fue lo que le pasó a su hermana.

¿Por qué la habrá abandonado?

—No puedo creer que estés aquí tan calmada, ignorando la batalla que está a tus espaldas.

Anna se sobresaltó y salió de sus pensamientos. Miró por encima de su hombro y observó el verde esmeralda en los ojos de su mejor amigo, que la ven tan intensa y acusatoriamente en ese instante. Se preguntó desde qué momento él llegó, porque no actuaba como si hubiera llegado recientemente.

—Ya me conoces. Prefiero estar aquí en vez de estar dónde no me llaman, deberías de hacer lo mismo —dijo intencionalmente porque Hiccup siempre era regañado por eso.

Podrían Ser PerfectosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora