LO QUE UN DIA ME HIZO FELIZ, SE HARÁ ETERNO

CAPITULO 1 - DESAYUNO

Las últimas semanas habían sido una locura, con todos los acontecimientos que ocurrieron en el colegio hasta la detención de Bustamante y los exámenes, pero finalmente todo había salido bien para nosotros, y sobre todo para Feli. Me sentía feliz, orgullosa de todos y completamente enamorada de Pablo.

Después del brindis llego Mora, nos contó que tenía un trabajo en Londres y que se iba a casar con un buen hombre, por lo que nos alegramos mucho por ella, el problema era que no podía quedarse en Buenos Aires, y por lo tanto tendría que llevarse a Pablo si no encontraba a alguien que ejerciera de tutor. Como era de esperar Franco y mi mama se ofrecieron en cuanto se enteraron, lo que significaba que se vendría a vivir con nosotros después del verano.

Pero antes de eso teníamos pendientes las vacaciones familiares en México que organizaron mi mama y Franco, después, Pablo y yo, iríamos a Bariloche a ver a mi papa y para terminar el verano, iríamos a Londres a la boda de Mora.

Dos días después de la boda de mi mama y Franco, llegamos a nuestro primer destino, Monterrey, donde vivía la familia de Manuel. Él y Pablo se quedarían en su casa porque Sonia no consiguió otra habitación para ellos. Nosotros fuimos al hotel más lujoso de toda la ciudad, y mientras que Hilda contaba con una habitación para ella sola, nosotros teníamos una suite con dos habitaciones, la que tenía una cama para Franco y mi mama, y la que tenía dos camas para nosotras tres.

- ¿Pudiste hablar con Marquitos? – le pregunte a Lujan mientras deshacíamos las maletas.

- Si, me dijo que ya pudo ver a su mama y que se encuentra mejor. Para cuando regresemos de México ya estará en Buenos Aires y nos iremos con su papa a Mar del Plata – Me contesto. – ¿Sabes algo de Feli? – Le pregunto a Mía, pero ella no contesto.- ¿Mía?- Dijo su nombre para que la hiciera caso, pero no funciono.- ¿MÍA ME ESTAS ESCUCHANDO?- Le grito para sacar a Mía de sus pensamientos.

- Si, te escuche que Marquitos está feliz.- respondió Mía aun ensimismada

- ¿Se te fundió la neurona o qué? Te ha preguntado por Feli.- Le respondí burlonamente

- ¡Marizza! Recién empiezan las vacaciones y ya me estas maltratando... ¡Vos no vas a cambiar nunca! – Me reprocho Mía.- Hable con ella antes de montar al avión, me dijo que mañana tiene ecografía, y que por suerte las náuseas se le han pasado. Quedo en contarme mañana cuando salga del hospital.

-¡Qué bueno!- respondió Lujan.- Che, ¿qué te pasa que andas medio colgada?

- Estaba pensando en Manuel... ¿puedo contarles algo?... pero prométanme que no se van a burlar de mi.- Nos preguntó Mía. Lujan y yo nos sentamos junto a ella en la cama, y le indicamos que podía hablar.- Antes de que pasase todo lo de Sabrina, Manuel y yo estábamos por llevar nuestra relación a otro nivel... no sé si me entienden...

- Sexo.- le respondí, recordando que tuve que acompañarla al ginecólogo.

- ¡Marizza! – Me grito y yo me encogí de hombros.- Si ya sé cómo sos, para que me sorprendo... – Mía se dio un golpe con la mano en la frente.- Bueno, la cuestión es que ahora que volvimos, puede que Manuel crea que volvemos a estar en ese punto... y no se... ¿podríais ayudarme?

- ¡Mía! ¿Nos estas pidiendo consejo sobre sexo?- dijo Lujan y antes de que Mía respondiera añadió- Bueno, yo en ese tema no tengo experiencia, pero Marizza puede darte algún consejito...- Me miro pícaramente y me dio un par de codazos

- ¿Yo? ¿Qué? ¿Porque yo?...- respondí nerviosa. Si supieran que mi experiencia es la misma o incluso menos que la de ellas... la única vez que estuve a punto de hacerlo fue con Joaquín... ¡Menos mal que me arrepentí!

- ¡No necesito consejo sobre eso!- grito Mía interrumpiendo mis pensamientos.- Ya fui al ginecólogo con Marizza para ello.- susurro.- Me refiero a que no se si voy a poder... bueno antes de todo tenía claro que quería... pero ahora...