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pasé todo el siguiente día acostada en el colchón, ni una llamada, tampoco señal alguna de él, en ningún momento bajó aquí, si mal no estaba llevaba aquí casi tres días, viernes, sábado y domingo, días en los que solo pude dormir y llorar, lo último que comí fueron los waffles de max, estaba al límite físicamente, trataba de mantenerme fuerte mentalmente pero solo eran intentos nulos, dormía por pequeños lapsos de tiempo y despertaba asustada creyendo que él estaba ahí parado viendome, pero a mi suerte no era así.

hoy es lunes, no sé exactamente la hora, estoy recostada en la pared con la vista fija en la ventana y hasta donde puedo ver hay una tormenta.

miré por unos segundos el teléfono esperando a que sonara pero la respuesta era negativa, nada, no estoy segura de poder decir que me encuentro al cien por ciento sola aquí pero justo ahora así lo siento.

las luces se encendieron dándome a entender que era él, me hice más pequeña en mi lugar al recoger mis piernas y abrazarlas, casi creyendo que eso me haría invisible ante sus ojos.

la puerta se abrió causando un sudor frío en mi cuerpo casi al segundo, finalmente pude verlo del otro lado, tenía con él una bandeja con lo que espero sea comida.

enfoque mi vista en su máscara, ahora tenía una expresión de enojo en ella, una muy aterradora, parecía el diablo en persona llegando a hacerme sufrir antes de arastrarme al infierno.

entró completamente al lugar y cerró la puerta a sus espaldas ocasionandome un leve temblor, caminó hasta mi y dejó la bandeja al pie del colchón.

lo ví por unos segundos, otra vez, yo en una posición de desventaja y él estando en completo control de la situación, eso aumentaba en escala cada sensación negativa que tenía anteriormente.

bajé la mirada y no podía creer que lo que veía, eran tres waffles perfectamente hechos descansando en un plato, incluso tenían miel, había un vaso de leche, será mi hambre pero desde aquí se veía como la leche más fresca del mundo, naturalmente se me hizo agua la boca al ver lo que tenía al frente.

en ese justo instante el teléfono sonó, haciendo que volteara a verlo, no sabía que podían llamarme cuando él estaba aquí, ¿lo habrá oído también? pensé para luego regresar mi vista a la comida en un intento de "disimular".

- ¿no piensas decir algo? - habló.

no sabía con exactitud que esperaba de mí, un agradecimiento, insultos, llanto o incluso todo al mismo tiempo, era algo tan estresante que me dejaba vuelta un tornado de pensamientos y ansiedad.

- gracias - murmuré con tanto miedo que por un segundo creí haber olvidado como hablar.

- ¿qué dices? ¿no puedo oirte? - exigió cínico mientras se sentaba a centímetros de mí en el borde de el colchón.

instintivamente me abracé con más fuerza y oculté mis rostro con mis rodillas, a mi parecer lo enojó no obtener la respuesta y reacción que quería, tenso su mano derecha formando un puño que por un segundo creí que sería estampado contra mi cara.

tomó mi cara trayendola cerca a él, lo hizo con tanta fuerza que mi cuello dolió ante la acción, una buena parte de mi cuerpo quedó cerca de él, de hecho una de mis manos cayó cerca de una de sus piernas en un intento de detener un posible "impacto".

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