softcore | tbp

005

estaba sola en el bosque, solo había árboles en mi campo visual, seguía un camino algo abandonado ya que no parecía que muchos autos transcurrieran por aquí como los otros senderos.

una cabaña junto a una camioneta frente a la misma se empezaron a hacer visibles a lo lejos, seguía caminando lentamente, pude notar que era algo pequeña como para que alguien viviera ahí permanentemente, el vehículo negro también llamó mi atención a medida que iba avanzando.

al estar finalmente en frente de aquélla propiedad mi atención cayó en la puerta que tenía, era roja, resaltaba de entre todos los colores opacos del sitio, no tenía la típica dirección en números como cualquier otra vivienda, también noté una rejilla cerca al suelo dandome a entender que además tiene un sótano.

un relámpago me sobresalto haciéndome voltear atrás, solo encontré el mismo camino solitario por donde llegué, pero al regresar mi vista a la cabaña por una de las ventanas ví al hermano de sarah, will, era él.

algo que noté fue que su chaleco rojo no lo traía, recuerdo perfectamente esa prenda de ropa en él, la última noche que lo vimos salía de mi casa con el chaleco puesto, recuerdo esa noche porque se supone que sarah debía ir junto a él pero quiso quedarse más tiempo.

no estaba solo, a sus espaldas ví sombras o eso parecían desde donde estaba, intenté acercarme más pero de la camioneta salió alguien, caminó hasta la parte trasera y abrió las dos puertas.

lo que ví me dejó petrificada, estaba arrastrando hacía adentro de el lugar lo que parecía ser un cuerpo envuelto en una manta blanca, al menos para mí tenía forma de uno, pero era lógico debido a la sangre que empezó a manchar dicha manta, retrocedí al ver que él tipo frente a mi tenía en una de sus manos la camiseta que traía sarah la última vez.

entendí que no era cualquier cuerpo, era sarah, intenté gritar pero era como si algo me lo impidera.

desperté completamente asustada gritando el nombre de sarah, miré a mi alrededor encontrándome con toda una clase viéndome sorprendidos por los gritos repentinos, de mis ojos ya caían pequeñas lágrimas.

la maestra de historia, se acercó a mí con clara preocupación en su rostro, justo ahora no termino de procesar siquiera donde estoy o cuando me quedé dormida.

- maxine, si gustas puedes pasar a la enfermería - dijo pasando delicadamente su mano por mi frente - cariño, parece que tienes fiebre.

- claro, no se preocupe, maestra wheeler, iré ahora para no interrumpir su clase - respondí parandome de mi lugar y tomando mi mochila.

salí de ahí dejando a los presentes extrañados por mi actitud, no los juzgo, yo también miraría raro a alguien que se duerme en una clase y de la nada despierta gritando.

inicialmente no iría a la enfermería, pensaba solo ir a la biblioteca hasta que llegara la hora de salida, ya que solo faltaba una media hora, pero la fiebre que mencionó antes mi maestra empezó a hacerse notoria para mi, era una punzada horrible que no paraba.

decidí que lo mejor sería pedir alguna pastilla a la enfermera, caminé hasta llegar a la distintiva puerta blanquecina con una cruz roja en el medio, al entrar me encontré con una señora no muy mayor que me dio una calida sonrisa al verme.