I bet nobody can remember
What color eyes are on my faceI never really had a place
A pesar de lo tarde que era, la luz del día seguía presente, sin embargo podía contemplar como los colores diurnos desaparecían en el horizonte dando paso a las hermosas estrellas que iban a alumbrar la próxima noche. Con sus bracitos apoyados en el borde de la ventana y una leve sonrisa en su rostro, Lorenz contemplaba la escena casi sintiendo sus párpados caer lentamente.
Toc toc
—¿Se puede? —preguntó Giselle antes de entrar en la habitación de su pequeño.
—¡Sí!
El chiquillo se sentó en el borde de la cama esperando a que su madre llegase hasta él. Con calma, siempre con esa dulce mirada en sus ojos celestes, se acercó al pequeño y se posicionó a su lado, pasando el brazo por encima de sus hombros y acercándole su cabecita a su pecho.
—¿Qué tal hoy, campeón? ¿Te lo pasaste bien? Se te nota bastante cansado, eso es buena señal.
—Me he divertido mucho... —juntó sus dedos índices de la mano y miró al suelito— voy a tener que verme todas las películas de Godzilla con vosotros para que Cass no se decepcione, así podremos hablar de ellas.
—¿Y no prefieres verlas con él? Con lo mucho que le gustan seguro que le encanta la idea de volverlas a ver.
—¿No le molestaré? —cuestionó sinceramente.
—¿Qué dices, bobo? —le abrazó con más fuerza— en absoluto. De todos modos te diré algo: nunca vas a saber qué piensa la otra persona si no le preguntas. La próxima vez que os veáis inténtalo, no perderás nada.
—¡L-Lo intentaré! —asintió con las mejillas sonrojadas.
—Ese es mi niño —le besó la frente con ternura- nos veremos pronto, para el concierto. Pero por hoy ya puedes ir a descansar, mi príncipe.
La mujer de cabellos oscuros apartó la manta de la cama y el muchacho en seguida comprendió que era hora de dormir. Apoyó la cabeza en la almohada y se tumbó para que su madre le arropase. Giselle se puso en pie, pero antes de que empezase a andar para marcharse, la voz del heredero de los Trevelyan captó su atención.
—...¿Cass y su hermano se llevan bien, mamá?
—¿Por qué lo preguntas, cariño? —se giró extrañada y volvió a sentarse a su lado.
-No solo en la comida hemos estado separados los dos y he notado que siempre que está Rai de por medio Cass se pone nervioso. Empieza a hablar y gesticular más de la cuenta y además les oí discutir. No sé si hice bien, pero no me metí en medio. Solo salí cuando escuché un grito dirigido a Cass.
—Es una pregunta complicada. En realidad las dos lo son -respondió tras pensarlo durante unos instantes— pero personalmente creo que hiciste bien, ya que Rai es un adolescente y no le conocías. Tal vez si hubiese escalado la discusión podrías haber venido a nosotros, aprovechando que los adultos estábamos en el piso de abajo. Es un asunto delicado, pero fuiste muy valiente en solo pensar en que debías acudir en su ayuda. ¿Hay algo más que recorra esa cabecita tuya?
—Tengo miedo de que le haya molestado por hacer una pregunta sobre ese tema.
—Cuéntame, cielo.
—Le pregunté si tenía un hermano mayor ya que vosotros solo me habíais hablado de él, y cuando fuimos no vino a saludarnos. Así que tenía curiosidad y le pregunté sobre lo que era tener un hermano mayor.
—¿Y qué te respondió?
—Que a veces era divertido y que jugaban juntos o paseaban. Pero él en ningún momento parecía estar divirtiéndose.
—Creo que Cassey te habría dicho que no iba a responderte si se hubiera molestado —rio un poco— no temas, ¡si no habéis parado de estar juntos hasta que nos tuvimos que ir!
—Eso espero -susurró, llevándose la manta por encima de la boca para evitar que se le viese una pequeña sonrisa- hasta mañana, mamá.
—Hasta mañana, mi querido Lorenz.
Espera, ¿qué? ¿Por qué su madre le había llamado Cassey a Cass? Cassey se presentó como Cass, entonces él debía llamarlo así, ¿no era cierto? Eso tenía entendido, que por educación se debía dirigir uno tal y como se te presentaba. ¿Sería Cass un mote? Eso tenía bastante sentido si se para a pensarlo. Vaya, esa cuestión se unía a la lista de cosas que preguntarle para saber si le molestaba o no.
Pero sus ojitos y su mente no daban abasto y simplemente se durmió con la alegría de haber hecho un nuevo amigo.
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Our Symphony
De TodoTras mucho pensarlo, la familia Trevelyan se muda a Angoth, una isla al norte de Europa. Allí coincidirán con unos viejos amigos, los Lennox, haciendo que los hijos de ambas familias se hagan amigos. Desde ese momento, los pequeños empezarán a conoc...