BAD BUNNY MI PRIMER AMOR (TERMINADA)

Capítulo 1: La Difícil

Lo miro de reojo aunque su egocéntrico ser no pueda notarlo. -Es un ególatra- Digo más para mí misma porque mis amigas también están ocupadas haciéndose fantasías con Benito. Él muy creído se ha aparecido en la discoteca y ha acaparado toda la atención.

Solo estás cabreada por qué nadie te está prestando atención.

Puede que tengas razón querida conciencia, pero no significa que sea un creído.

Pero si tú amas a Benito.

Cállate estúpida.

-Pero si tú amas a Benito- Dijo Susan frunciendo el ceño.

Realmente sí, mi obsesión con Benito es algo, o bueno demasiada, intensa.

-Anda, ve a saludarlo- Me empujo Kristen y maldije en mi interior cuando choqué con Benito, si choqué con Benito.

-Ho-Hola Bad Bunny- Maldito tartamudeo. Él me sonrió cálidamente y casi quise derretirme en sus pies, pero eso era algo que mi ego no me permitiría fácilmente.

-Hola- Volvió a sonreír, pestañé varias veces intentando descifrar si era un sueño o una fantasía despierta. -¿Cómo te llamas?- Ni siquiera sé si esto está pasando en la vida real.

Reacciona idiota.

-T/N Johansson- Casi, estoy creyendo que me está examinando.

-Llámame Benito por favor- Me ha dicho qué lo llamé Benito. ¡¿Me ha dicho qué lo llamé Benito?! ¡¿Benito?!

Céntrate idiota.

-Es-Está bien- Odio estar nerviosa y odio tartamudear.

Me doy la vuelta y me dispongo a alejarme, pero él me detiene.

-Puedes venir, si deseas claro- Me paralizó perpleja. -Tus acompañantes también- Susan y Kristen me miraban como si su vida dependiera de mi respuesta.

-¿Por qué no?- Respondí y vi la expresión alegre en sus caras así que sonreí para mí.

Benito comenzó a caminar supongo que intenta alejarse de la multitud, aunque es famoso desde hace mucho tiempo y debe estar acostumbrado.

-Por aquí- Atravesó unas cortinas rojo vino, esta es la sala exclusiva para famosos y lo sé porqué había estado aquí antes. -Gracias por acompañarme en esta maravillosa noche- Sorprendentemente Benito es muy educado al parecer, aunque todavía me sigue pareciendo un creído.

Las personas comienzan a aparecer de todos lados, dejándome lejos de Benito y agradezco eso.

Me siento en la barra y una ráfaga de recuerdos de hace ¿cinco minutos? Me invade.

No voy a negar qué fantaseé en un momento de mi vida, -En muchos momentos- Con conocer a Benito, pero nunca imaginé que sería de esta forma.

-Es un poco difícil que muchas personas sepan quien eres- Dice sentándose a mi lado.

-Supongo qué si- Me encojo de hombros sin dirigirle la mirada.

-Más bien, que las personas creen que realmente saben quien eres- Él toma de su trago y yo lo imito.

-¿Acaso no eres un conejo malo?- Pregunto divertida.

-Ni siquiera soy un conejo- Él suelta una carcajada provocándome a mí una carcajada. -Y puedes decidir tu misma si soy malo o no- Tragué grueso con su cercanía.

-Pues no lo sé- Lo miró fijamente esperando que mis nervios no se noten.

-¿Te gusta alguna canción mía?- Preguntó desviando la mirada, sabía que era un creído.

-No, o bueno sí, soy peor- Él me mira como si hubiese dicho algo importante y la verdad es mi canción favorita. -¿Qué?- Pregunto a la defensiva.

-Es una de las que más me gustan- Comienzan a subir el volumen y tenemos que empezar a gritar para poder hablar.

No me percató del tiempo que ha pasado o los tragos que he bebido, mi cabeza no da vueltas, pero sé que tengo mucho alcohol en las venas.

-¿Quieres salir al balcón?- Grita y apenas puedo oírlo, pero asiento.

Tomó mi vaso y lo sigo entre la multitud hasta que llegamos a un balcón completamente vacío, la música ni siquiera se escucha, las personas ya no se ven, solo somos él y yo junto a la hermosa luna llena.

-¿Por qué no te gusta mi música?- No sonaba como un reclamo, sino como si realmente le importará mi opinión.

-No quiero hablar de ti, contigo- Explique.

-Está bien, no te preocupes- Él sonrió y se sentó a mi lado. -Quiero que sepas que no soy como todos creen que soy- Susurro y giró su cabeza, puedo sentir su respiración y su nariz rozando mi mejilla. -Soy diferente- Dice lo suficientemente cerca de mi cuello y su aliento me produce un escalofrío. Me alejo un poco de él disimuladamente.

-Benito, deberíamos entrar- Digo nerviosa.

-Deberíamos- Él repite confundido. -¿Por qué?- Pregunta y yo me giro hacia él, grave error, nuestros rostros están peligrosamente cerca, él se acerca un poco más y su nariz casi roza la mía.

Autocontrol ven a mí.

Toma mi cara entre sus manos y me empieza a besar desesperadamente, mis labios no duran mucho en resistirse, nuestros labios se mueven de una forma tan sincronizada, como si se conocieran.

No es un beso suave o tierno, es un beso lleno de lujuria. Al separarnos, nuestras respiraciones aceleradas se mezclan al instante y él me mira con deseo, sé que debo detenerme, pero no quiero.

No pasa mucho antes de que vuelva a atraparme en sus labios, esta vez con más intensidad y ferocidad que la anterior.

Me sujeta de la nuca profundizando el beso, su lengua me succiona, envuelvo mis dedos en su pelo pegándolo más a mí, nuestras respiraciones aceleradas es lo único que se puede escuchar y por alguna razón, me detengo.