Propósito.

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12

—Billy...También te necesito... —Dijo el pelinegro entre sollozos.

Después de tantos años sin llorar, era una de las pocas veces que algo lo había afectado tanto como para soltar algunas lagrimas. De todas formas, nada ni nadie, jamas lo afectó tanto como para llorar de la manera en la que lloró esa noche. Probablemente estaba soltando todo el llanto que venía acumulando hace años.
Esa noche Liam no durmió, pero se quedó en el lugar donde solía estar con Billy. Escuchando todos y cada uno de los cassetes que estaban en la caja, mientras revisaba los dibujos y escritos de los cuadernos de Billy.

Los días siguientes fueron totalmente monótonos y deprimentes para el pelinegro. Su familia se enteró de la noticia por el estado de ánimo de Liam. Normalmente no hablaba mucho en casa, ni comía mucho. Pero cada vez empeoraba más. Las burlas y los maltratos también empeoraron para el mayor.
Un día, Liam cansado del maltrato, todo ensangrentado y moretoneado por los golpes, dañado tanto física como psicologicamente... se levantó y decidió defenderse, por primera vez en mucho tiempo. Golpeó al chico que lo molestaba, una y otra, y otra vez... lo tuvieron que llevar al hospital, a él y a otros dos chicos. Expulsaron a Liam haciendo que los gritos y maltratos en casa aumentaran cada vez más.

El señor Kinzch intentando mejorar su reputación, decidió que la familia se mudaría a Hawkins, para intentar recuperar aunque sea un poco la dignidad que habían perdido en ese lugar.

Y así fue como se mudaron a Hawkins, a una casa barata y vieja que encontraron en venta.

Obviamente, como suele suceder con las cosas alrededor de Liam, todo empeoró, yendo de mal en peor. Ahora al parecer lo acusaban de satanista, brujo o algo parecido. Pero él seguía siendo aquel niño malherido que buscaba un lugar donde refugiarse de la lluvia incesante.
Cuando conoció a los niños y a Eddie, su vida cambio... porque ahora tenía algo más por lo que preocuparse y eso lo mantenía distraído de su vida de mierda.
Se fijaba en cuidar a los niños para que no les pasara absolutamente nada. Su propósito era que ellos vivieran una vida plena y con más felicidad que la de él. Por otro lado, también buscaba mejorar la vida del metalero. Desde el día que conoció a Eddie, supo que quería cuidarlo y ayudarlo por el tiempo que le quedara. Y así fue, dio su vida por ese chico y los niños a los que tanto adoraba.

Probablemente se veía reflejado en su deseo de haber vivido una vida plena y feliz durante la juventud. Quería que aquellos niños fueran amados por al menos una persona a su alrededor. Y poco a poco, se convirtió en una especie de hermano mayor para todos ellos.
Además, Robin había conseguido a una persona de suma confianza para hablar de lo que más la avergonzaba o aterrorizaba, ademas de compartir sus anecdotas de sus salidas del closet y otras cosas.
Steve consiguió un compañero que lo ayudaba a cuidar a los niños. Pero también alguien en quien poder apoyarse cuando no podía más de la carga. Alguien en quien confiar y con quien podía desahogarse libremente, porque sabía que siempre lo escucharía.

Nance visualizó a su mejor amigo en Liam. Wheeler imaginaba en lo divertido y escandaloso que sería hacer pijamadas con él. Sabía que podía contarle lo que fuera, y Liam jamás se reiría, por más estúpido que fuera. Aunque no se le notaba mucho, amaba las bromas y la ironía del pelinegro. Y  su estilo de música no iba mucho con ella, pero aún así podían hablar de el género o estilo de música que fuera, ya qué Liam, siempre tuvo un gusto muy amplio en ese sentido.

A Dustin no le importó el poco tiempo que se llevaban conociendo, Liam ya era su hermano mayor. Ambos podían compartir calculos, cuentas y teorías de diferentes cosas, especialmente de "Calabozos y Dragones", juego que ambos amaban.
Max encontró al hermano mayor que nunca tuvo en Liam. El pelinegro la cuidó y apoyó tanto que era inevitable generar un vínculo tan fuerte como el que tenían.

Eddie encontró el amor en Liam. Encontró su lugar seguro, su canción favorita y su calidez especial. Encontró muchas cosas en Liam, cosas que eran difíciles de explicar, pero que amaba.
El pelinegro encontró su techo donde refugiarse en Eddie. Y por fin, ambos se sentían completos al estar juntos. Despues de tanto tiempo agonizando en sufrimiento, Liam por fin había encontrado eso que le faltaba para estar completo. Y despues de todo lo que pasaron juntos, era un vínculo indestructible el que tenían.
Ambos querían vivir junto al otro.
Eddie amaba el brillo que aparecía en los ojos de Liam cuando lo veía. Amaba sus pecas y su cabellera negra. Sus manos y su cuerpo. Anhelaba la desnudez de su cuerpo y alma, tanto como anhelaba el amor del chico. Eddie amaba como los ojos del pelinegro se achinaban cuando se reía o sonreía, amaba los dientes de Liam que parecían pequeños colmillos, y amaba como ciertas partes de el pelinegro se sonrosaban, sus nudillos, sus hombros, su nariz, ojos, codos, rodillas y otras partes que tuvo el honor de recorrer. Y al ser su piel tan blanca, era inevitable no fijarse en aquellos detalles que tanto anhelaba besar el metalero.

Y los demás también, veían a Liam, como un hermano, como un padre, como un amigo, o como la persona con la qué querían pasar el resto de su vida... pero en la vida de todos era importante, tanto como todos eran importantes en la vida de él.

Cynical Eyes 2 -Eddie Munson x MaleOc.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora