you are not good, but i want you [noren]

Capitulo catorce: soy bueno para ti

Renjun estaba preocupado y confundido porque no recordaba que la última vez Donghyuck conociera tantos niños y padres asi que estaba confundido de cómo el lugar estaba tan lleno de... Infnates.

-¿Como...?-miro a su alrededor y se acercó más al menor soltando una risa.-¿Como diablos lo hiciste?

Donghyuck bailó por un rato al ritmo de la canción infantil antes de encogerse de hombros.

-Conozco gente que conoce gente.

-Odias a los padres.

-Lo se.-susurró.-Pero trajeron muchos regalos y comen muy poco.-movió sus hombros.-Es divertidisimo.

-Apuesto a que si.-soltó incrédulo.

-Por eso ya deberías tener un bebé, así serías el único padre en caerme bien.

Renjun soltó una risa mientras negaba, eso no estaba en discusión, al menos no por ahora. Minhyuck apenas cumplía un año hoy y juraba que apesar de no estar con el menor todos los días sabía perfectamente cómo se sentía tener un bebé, su sobrino/ahijado era toda una aventura, como justo ahora que corría, se caía y se levantaba sin parar mientras reía de forma maniaca persiguendo al payaso.

-¿No lo vas a detener?

-No, Mark y yo hicimos un acuerdo, si es el cumpleaños Hyuck es mi día libre porque se cumple el aniversario del día en el que sentí más dolor en mi vida.

Y para Renjun tuvo total sentido así que asintió a las palabras del menor, hablaron por un buen rato hasta que se distrajo al ver a su novio. El sabía, sabía perfectamente que todas las mamás y papás que estaban ahí lo estaban mirando y es que Jeno solo parecía tan fuera de lugar, con pantalones negros ajustados, una camiseta blanca, su cabello cayendo en su frente y su mirada enfocada en la computadora en su regazo, el lucia demasiado sexy sin siquiera esforzarse.

Era casi ilegal que solo estuviera ahí, haciendo nada pero siendo tan hermoso en una fiesta infantil, y contrario a Jeno a él si le gustaba que lo mirarán, o bueno, no le importaba porque realmente era satisfactorio cuando podía simplemente acercarse a su novio y besarlo delante de todos haciéndoles saber que era suyo, suyo y de nadie más.

Dios, como amaba los títulos.

-Hey, bebé.

Jeno apartó la mirada de la laptop en su regazo y le sonrió.

-Hey, babe.-susurró mirando a su alrededor.-Intensa la fiesta, ¿No?

-¿No te estás divirtiendo?-pregunto con un puchero.

-Estoy adelantando tarea.-se quejó tocando su hombro.-Estoy algo cansado.

-¿Quieres irte?

-¿Bromeas? ¿Y perderme el pastel? Jamás.

Renjun soltó una risa. Hace casi un año Jeno había decidido dar el examen de admisión en la universidad y empezar a estudiar logística, y como era de esperarse fue aceptado de inmediato, el decano queriendo reunirse con el para saber porque había tardado tanto en ingresar en la universidad. El hombre literalmente no había visto notas tan buenas en un examen de admisión desde hacía catorce años y deseaba con todo su corazón darle un beca pero las notas de Jeno en secundaria apestaban así que no pudo ayudarlo por más que quiso.

Muchas cosas habían cambiado.

El menor y su hermano hablaban más, olvidando lo que había sucedido en el pasado y concentrándose en el futuro que tenían por delante. En cuanto a su relación, se habían mudado juntos—oficialmente—hace seis meses, Renjun había anulado su contrato y Jeno lo había ayudado a llevar todas su cosas a su casa, Jeno ahora usaba más su cocina, tenía cómodas y siempre había café. Olía a rosas, la lavadora se encendía al menos dos veces a la semana y las cortinas se corrían cada mañana para que "El sol entrara" las paredes ya no eran del extraño color del que le habían vendido la casa y ahora eran blancas, había una exagerada lámpara en la sala de estar que Jeno solo hace pocos meses había descubierto que también era un ventilador y, una bocina.