Capítulo 30

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Habíamos quedado de juntarnos en el parque, cerca de mi casa; Joey se me acercó y vi que traía con él una bicicleta.

Él me sonrió...

_ ¿En esta bicicleta me vas a enseñar a andar?

_ Si, exacto – la miré con nervios.

_ Es un poco grande para comenzar no?

_ No, verás que después la usarás sin problemas

_...

_ Bien, comencemos...

Nerviosa, traté de subirme a la bicicleta, pero me costó hacerlo y Joey me ayudó a subirme a ella.

Tiesa en ella, me tomé de inmediato de los pedales; temblé de susto y él me sonrió.

_ Calma, no le temas...

Miré el largo camino frente a mí y Joey se rió.

_ Cariño, en serio, trata de relajarte

_ Ok...

_ Bien, comienzas a pedalear, vamos...

Así lo hice, comencé a pedalear lento; mis manos temblaban y la bicicleta se me desvió un poco, lo que me aterró y Joey la sostuvo.

_ Vamos amor

Sostuvo el manubrio, y yo más segura, sentí que no me caería y volví a pedalear, ahora más rápido, ambos sonreímos.

Pedaleé más rápido y Joey me soltó. Segura, tomé el ritmo y me reí con euforia.

Joey me miró con alegría y yo más que feliz, volteé a mirarlo y él me señaló que mirara al frente; yo le obedecí y vi que me dirigía a un árbol y nerviosa, no supe cómo frenar. Joey corrió a detenerme, yo grité y por impulso, giré y me caí al suelo.

_ ¡Stephanie!

Traté de levantarme, pero me dolió mucho la rodilla. Estaba sangrando.

Joey preocupado, se agachó a verme y vio mi rodilla.

_ Oh no

_... Me lastimé... - me miró preocupado.

_ Te rompiste la rodilla

_... Me duele

_ Vamos para curarte – me cargó en su hombro.

_... Creo que como principiante lo hago pésimo ¿Verdad? – él sonrió.

_ No, no tanto...

_ Quiero volver a intentarlo

_ ¿Estás segura?

_ Si y no me rendiré – me sonrió con destellos y me ayudó a subirme nuevamente a la bicicleta.

Me tomó de la espalda, sostuvo junto a mí el pedal y los dos sonreímos

_ Vamos niña mía. Hagámoslo

_ Si...

Comencé otra vez a pedalear y esta vez segura de que no caería, los dos nos reímos; avancé más rápido y me lancé sin pensarlo a la autopista.

Miré la pasarela y Joey sonrió y sentí que había perdido el miedo. Tenía el control total de la bicicleta.

_ ¡Estoy, estoy andando en bicicleta!

_ ¡Lo estás haciendo! ¡Sí!

Los dos gritamos, el viento rozó en nuestros rostros, manejaba toda feliz la bicicleta y Joey tras de mí, yo con alegría alcé las manos. Por fin lo había logrado.

De vuelta en el parque, nos bajamos de la bicicleta y Joey me besó en los labios.

_ Sabía lo que harías niña mía. Estoy muy orgulloso de ti

_ Con tu ayuda pude hacerlo mi amor. Te adoro

_ Y yo te adoro a ti niña mía. Te amo

Días después...

Más que feliz, llegué en mi bicicleta a la catedral y entré...

Vi a unas personas de rodillas orando y yo me persigné

Caminé lento por los inmensos pasillos; miré las imágenes de ángeles, santos y pensé:

<< Me encantaría que Joey recorriera conmigo este bonito lugar >>

Se escuchaba un insistente silencio, el que se podía oír en toda la enorme Catedral. Solo se escuchaba los cantos religiosos en lo alto.

Me detuve frente a una pintura de los ángeles en unas nubes y luego miré hacia el techo. Vi la linda pintura la que reflejaba los cielos en el paraíso.

Me acerqué a las bancas, vi a una anciana que rezaba y me senté. Miré hacia el altar y volví a persignarme, y le recé y agradecí a nuestro dios padre. Le dije una oración y le agradecí por haber puesto en mi camino a mi amado Joey, que ambos ahora estuviéramos juntos y por haberlo conocido aquel día y que él se fijara en mí.

Feliz y realizada me subí a la bicicleta, corrí por el interminable parque y me dirigí hasta la casa de Joey.

Dejé nuevamente la bicicleta a un costado de la Catedral, Joey y yo nos dimos la mano y entramos a ella. Miró toda la catedral a su alrededor y yo le sonreí.

No nos soltamos de la mano y Joey me sonrió.

_ ¿Te gusta, amor?

_ Es hermosa mi vida. Nunca había entrado a un lugar como este y me encanta, más si es contigo – le sonreí embelesada.

_ A mí igual

_ Te amo

Sostuvo con cariño mi mano y los dos recorrimos sus grandes pasillos y contemplamos cada pintura y figura.

Así el tiempo pasó, mis padres seguían siendo el matrimonio más lindo y tierno de todos.

Había llegado más importante de esta historia, él día tan esperado de nuestro matrimonio, y yo hecha una mezcla de emociones, mi corazón estaba inmensamente dichoso. Joey me miró perdidamente, justo en el momento en que mi padre me llevaba al altar. Sus ojos brillaron, yo lo miré de igual manera y él sereno, y con una sonrisa de oreja a oreja, esperó a que yo llegará junto a su lado.

Me tomó de la mano, yo lo miré perdidamente, con mi enamorada sonrisa y le demostré con ella cuanto lo amaba. Él feliz lo notó.

Mi madre emocionada, todos los presentes aplaudieron al finalizar la ceremonia con nuestro beso de recién casados.

_ Te amo - le acaricié su rostro y él me miró perdidamente enamorado.

_ Yo también te amo. Te amo con todo mi corazón mi Joey

Los dos nos sonreímos feliz, con mucha ilusión y volvimos a besarnos.

Un año más tarde...

Felices con nuestro matrimonio, Joey y yo nos fuimos a vivir a la otra ciudad, y los dos felices, ahora esperábamos a nuestro primer hijo. Nuestro primer bebe, fruto de nuestro gran amor.

Tomó mi mano con cariño, me miró llenó de amor y yo le sonreí con dicha. Caminamos lento y con ilusiones a la Catedral.

Llegamos a la entrada, me sentí agotada un momento, él sonrió tierno, y acarició mi enorme barriga. Yo le sonreí perdidamente enamorada.

_ Te amo mi vida

Me dijo y yo toda derretida, nos besamos larga y apasionadamente.

Acaricié su mejilla.

_ Yo también te amo

Me sonrió embelesado y volvió a tomar mi mano. La sostuvo fuerte, para evitar que yo pudiera tropezarme con los escalones, yo le sonreí y entramos a la catedral, para revivir viejos y dulces recuerdos, y para bendecir una vez más nuestro amor a Dios.

Fin.

&quot;Todo cambió cuando te conocí&quot; { Joey Tempest } (Reeditada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora