Al día siguiente...
Mi Nina oponiéndose a que yo volviera a juntarme con Joey, hice oídos sordos, y ya más repuesta, me levanté de la cama y comencé a alistarme.
Mi Nina viéndome frente al espejo, se me acercó.
_ Hija ¿Estás segura de lo que haces? Ese hombre me lo contó todo ayer. Sé que es un hombre casado – di un suspiro de pesadez.
_ Lo sé Nina...
_ Y si lo sabes ¿Por qué volverás a salir con él hoy entonces? ¿No has pensado que él solo quiere jugar contigo?
_ No Nina. Joey jamás me haría algo así
_ ¿Y cómo estás tan segura de eso?
_ Porque lo vi, vi a través de él y sé que me quiere, al igual como yo lo quiero a él
_ Aunque así fuera, él sigue estando casado y no creo que quiera cambiar su vida, que ya tiene, solo por ti – aquello me entristeció y con pesar agregué:
_ Joey se irá mañana, Nina
_ ¿Qué?
_ Se irá y no volveremos a vernos nunca más.
_...
Se me llenaron los ojos de lágrimas y mi Nina me abrazó.
_ Quizás sea lo mejor. Sé que lo amas hija, pero ese hombre no es para ti...
Caminaba por la costanera, rumbo a la playa. Habíamos quedado de juntarnos ahí, en nuestro lugar de siempre...
Compraba artesanía, frente a la playa, cuando me vio llegar. Su sonrisa irradió de inmediato. Yo también le sonreí.
_ ¿Cómo estás? ¿Amaneciste mejor? – lo miré con destellos.
_ Si. Gracias. Estoy mucho mejor
_ Me alegro mucho – me sonrió intenso y yo me perdí en su sonrisa.
_... ¿Y qué estabas comprando?
_ Artesanía de mimbre. Es increíble el trabajo que hacen con estas lindas figuras. Me encantan – volví a sonreírle y él me miró con ternura - Averigüé de un restaurante que sé que te gustará.
_ Genial – dije con entusiasmo y él contento, volvió a sonreírme y tomados de la mano, nos fuimos caminando por la costanera.
Riéndonos, nos detuvimos a la orilla del mar y Joey me miró perdidamente.
_ Cuando lleguemos a ese restaurante y nos sirvan la primera copa de vino, quiero que hagamos un brindis – le sonreí.
_ ¿Y por qué brindaríamos?
_ Por habernos conocido niña mía
Lo miré con mi corazón fascinado y contento, y sin más, nos besamos largamente, frente a las suaves y tranquilas olas de la playa.
Vimos el restorán, salimos de la costanera y entramos...
Aquel lugar era muy lindo y elegante. Tenía una amplia y fascinante vista al mar.
Nos sentamos junto a un gran ventanal, donde pudiéramos contemplar el mar a nuestro antojo. Lo miré por un momento y luego, miré a Joey. Él estaba mirándome.
_ Te gusta mucho el mar
_ Si, me encanta
_ Es, por eso, que quise que viniéramos precisamente a este lugar, porque sé que el mar es muy especial para ti – lo miré con destellos y él siguió mirándome de esa tierna y apasionada manera.
_ Lo es, al igual que tú lo eres para mí...
Me miró perdidamente y yo con mis mejillas enrojecidas, no controlé el impulso, acerqué mis labios a los suyos y Joey también acercó los suyos a los míos y nos besamos.
Nos sonreímos como si fuéramos dos jóvenes enamorados y con risas e ilusiones, comenzamos a leer el menú. Estábamos muy felices.
No podía dejar de sonreír, me sentía como si todo se me hubiera hecho realidad y plena, Joey volvió a mirarme y me sonrió enternecido y realizado por completo.
Nos sirvieron el mejor de los vinos de la carta, vino chileno claro, porque a él le encantaba y con la copa en la mano, me sonrió con coquetería.
_ ¿Quieres acompañarme para hacer el brindis? – yo le sonreí de igual manera y levanté también mi copa.
_ Entonces ¿Por qué vamos a brindar? – me miró con destellos.
_ Vamos a brindar por habernos conocido. Por haberte conocido Stephanie – lo miré perdidamente enamorada, él me sonrió y los dos hicimos nuestro brindis especial.
Ambos comiendo y bebiendo, nos mirábamos y tornábamos a sonreírnos con alegría y complicidad.
_ ¿Me olvidarás cuando estés allá en Londres?
_ No. Aunque, mañana tenga que irme, créeme que nunca te olvidaré – se me hizo un nudo en la garganta.
_ Yo tampoco lo haré nunca – me miró perdidamente enamorado y su corazón se estremeció y se sintió ahogar. Pensó en aquello, se armó de valor y volvió a mirarme.
_... Quiero darte algo niña mía
_ ¿Qué cosa?
Nervioso, sacó un sobre plateado de su camisa y me lo pasó. Yo un poco sorprendida, lo miré, con mi corazón alborotado, ardor en mis mejillas y luego miré aquel sobre en mis manos.
Joey me sonrió.
_ Ábrelo. Espero que te guste – le sonreí y comencé a abrir aquel sobre plateado.
El corazón más me brincó de alegría y de encanto al leer unas dulces y románticas frases de amor. Era una canción.
Miré a Joey y él fijo en mí, yo la seguí leyendo.
Me sonrió.
_ ¿Qué te parece? – le sonreí.
_ Te quedó muy bonita. Me ha encantado – me sonrió enternecido.
_ Me alegra mucho que te guste. La escribí para nuestro próximo nuevo disco
_ Es muy tierna. Será una gran canción – los dos nos miramos perdidamente.
_ La verdad, esa canción la escribí para ti – se me alborotó el corazón.
_ ¿Para mí?
_ Así es mi amor...
<< Mi amor >>
<< Me dijo mi amor >>
Lo miré amándolo con todo mi corazón y él embelesado, no se pudo contener más y me tomó en sus brazos. Me levantó un poco y me besó sin temor. Se sintió el hombre más feliz, libre y maravilloso de todos.
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"Todo cambió cuando te conocí" { Joey Tempest } (Reeditada)
Fiksi Penggemar¿Qué pasaría sí conoces a tú ídolo y él se interese en ti, y cambie tu vida por completo? Historia original mía. No se permite plagio o adaptación.