Capítulo 14

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Kisaki podía afirmar que todo lo que planeó esta saliendo exitoso, hasta el que Takemichi pudiera hechizar a Izana después de todas las visitas que hizo a su casa, para gran emoción suya porque su héroe uso varias cosas de su casa

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Kisaki podía afirmar que todo lo que planeó esta saliendo exitoso, hasta el que Takemichi pudiera hechizar a Izana después de todas las visitas que hizo a su casa, para gran emoción suya porque su héroe uso varias cosas de su casa. Hasta casi lame el plato donde comió, pero la mirada de absoluto asco y repudio de Izana lo detuvo (no es su culpa que no haya visto al albino entrar en la cocina precisamente en ese momento). 

Y sino fuera poco que lo encontrará en una situación vergonzosa sino que el desgraciado de Izana le dijera a él rubio sobre sus fotos que encontró por accidente, deseando tanto morir en ese preciso momento por la vergüenza, pero agradecía enormemente que Takemichi sea tan considerado para dejar de lado eso.

A veces se necesitan hacer pequeños sacrificios o sufrir para lograr tus metas, por lo que ver que Izana le había tomado cierto cariño, aunque se muestre renuente a veces, podría llamar esto una casi victoria.

Así que solo le quedaba regocijarse desde la guarida de Valhalla con toda tranquilidad.

Olvidará por su propio bien que Takemichi sabe que lo espía hasta en sus reuniones y que explica el porque ahora durante estas él mira en su dirección varias veces además que ahora también sabe que tiene fotos de él.

Si, absoluta tranquilidad.

No hay nada mejor que la tranquilidad.

— ¡Ahora!, ¡Vamos ya lo tienes! —, alzó la voz Kazutora emocionado.

Excepto que es interrumpida por esto.

— Maldición, ¡Kazutora deja de moverme, me desconcentras! —, se quejó el de tatuajes intentando enfocarse en el juego arcade de peleas.

El de ojos ámbar no apartaba sus ojos de la pantalla, mirando el combo de movimientos, moviéndose involuntariamente ante estos como si el moviera al personaje.

Kisaki chisto, alzando la vista para contemplar a ese par jugar, de alguna forma ellos se habían hecho amigos durante todo el caos que había sido Halloween, por increíble que parezca.

Hanma vitoreo, — Como puedes ver lo increíble que soy he ganado—, calo un poco de su cigarrillo sonriendo ampliamente.

El de ojos ámbar se río, — Lo que digas —, su celular sonó, era un mensaje de Baji, — Ah, mierda… Hanma tengo que irme llegó tarde a la reunión —, se despidió de mano corriendo a la salida.

— Si, si, bye —, levanto una mano despidiéndolo con pereza.

Kazutora se marchó sin despedirse de Kisaki, algo que molesto al de lentes, pero sabe que eso es más porque lo que probablemente le dice Baji de él, porque a pesar de todo seguía sin verlo con buenos ojos, para lo que le importa ya que para los demás es un héroe.

— No pensé que te llevarlas bien con alguien —, Kisaki le hablo mirando aún la entrada por donde salió Kazutora.

Hanma se burló, —¿Crees que no puedo hacer amigos? —, el largo silencio fue suficiente para saber su respuesta, él chisto molesto, — Como si tu fueras mejor —.

Una pequeña vena apareció en su frente, — Como sea, eso no es importante —, se paró de donde estaba y se marchó molesto a pesar de que Hanma le llamaba no se detuvo, más porque el desgraciado se reía escandalosamente, — Cuiden que este tipo no se meta en problemas —, ordenó a los miembros presentes.

—¡¿Problemas, que crees que soy?! ¡oye Kisaki! —, él se paró limpiándose las lágrimas de sus ojos aullando de risa.

Caminaba sin rumbo fijo, apretando la mandíbula, hasta la alarma de su celular sonó, — ¡Oh!, Takemichi debe estar hoy en la reunión de Toman —, abriendo su celular apagó la alarma que le indicaba el momento exacto en el que el rubio debería de haber llegado al templo, — Siempre se atrasa por estar con ese perro mojado —, refunfuño molesto de recordar aquel rubio que tenía Takemichi como segundo al mando.

Retorciéndose ante la idea de lo mucho que pasa ese a lado de Takemichi.

Camino dando pasos más fuertes con dirección a la casa de su héroe, — ¿Quién se cree que es? No conoce su lugar, yo debería estar ahí, soy quien mejor lo conoce —, murmuro apretando la quijada y rechinando los dientes, dejando que sus celos lo controlen.

Una vez en la casa del rubio subió hasta la ventana que descuidadamente dejaba el rubio abierta, después del fracaso de la otra vez, se había sentido más atrevido, yendo incluso a entrar a la habitación muchas veces y permaneciendo más tiempo cada vez. Empezaba a sentirse insuficiente, se había vuelto tan ambicioso, más debido a su cercanía en los últimos días que habían vuelto más grandes sus deseos de poseerlo.

Salto a la cama de Takemichi, respirando hondo para calmarse, «Es posible que ni siquiera el mismo haya estado en su cama», pensó mirando el techo, «Solo yo he estado en ella», se giro para oler mejor las almohadas.

Exhalo tocándose sobre sus pantalones, «Solo yo», sus pensamientos giraban en torno a eso. Se bajo los pantalones mirando su propia erección, — Maldición —, no quería hacer un desastre ahí, pero también quería hacerlo, igual que un perro marcando su territorio quería sucumbir ante sus más instintos bajos.

Se mordió el labio meciendo sus caderas en la almohada, — Ahg, ¡Takemichi! —, se tapó la boca intentando contenerse, disfrutando el roce que hacia con la tela.

Que más da, el limpiaría todo esto después y nadie se daría cuenta, ¿verdad?

Que más da, el limpiaría todo esto después y nadie se daría cuenta, ¿verdad?

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Nota:

Vaya, esto es más largo de lo que pensé.

Gracias por sus comentarios queridos lectores, me motivan a seguir escribiendo.

¿Que creen que pasé en el siguiente capítulo?

Kisaki controlate tantito, que pensará Takemichi de ti 😳

☆ Un admirador un tanto acosador ☆ TakeKisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora