Tal vez así entremos en calor

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En toda esa semana no pude quedar con Jimin, Yoongi y yo tuvimos que quedar cinco días seguidos para el último, viernes, poder entregar el trabajo de biología que tantos dolores de cabeza nos había dado.

Ese viernes, después de acabar el trabajo y entregarlo por el odioso classroom (cosa que no nos libraría de exponerlo el lunes), fuimos a dar una vuelta mientras hablábamos. Yoongi aún no conocía muy bien la zona debido a que hacía apenas un mes que se había mudado, y yo estaba dispuesta a hacerle un humilde tour. Además de que me sentía muy cómoda con él. Yoongi me transmitía tranquilidad y confianza, cosas que me hacían estar muy relajada a su lado desde que comencé a conocerlo más. Desde que comencé a considerarlo mi amigo.

Eran las seis de la tarde, Yoongi y yo ya habíamos recorrido todo el barrio y estábamos yendo hacia el centro comercial, sitio que no podía omitir en el recorrido de reconocimiento del lugar, cuando me llegó un mensaje. De Jimin. Otra vez.

"Hoy ya puedes quedar?😭", decía el mensaje. Le respondí que no, que lo sentía mucho, pero que el día siguiente sí podría, a lo que respondió de una notoria forma feliz.

La quedada con Yoongi fue muy bien, tanto que dijimos de quedar algún otro día para acabar de enseñarle los lugares que no me había dado tiempo a enseñarle aquel día, pero cuando volví a casa, solo pensaba en las ganas que tenía de que llegara el día siguiente.

Había tenido bastante abandonado a Jimin esa semana, en los patios estuve con Yoongi y por las tardes también ya que el trabajo infernal que nos mandó aquel profesor era tan largo que tuvimos que emplear el mayor tiempo posible. Con razón el plazo era de tres semanas, pero como Yoongi y yo lo dejamos para el último momento no pude ver a Jimin más que un par de veces por los pasillos durante cinco eternos días. Pero al día siguiente, la espera habría terminado. O eso pensaba yo antes de que Jimin se presentara en la puerta de mi casa a las nueve de la noche con una sonrisa sin previo aviso.

Al ver a Jimin no pude evitar abrazarlo. Las ganas que por alguna razón tenía de verlo después de aquella semana sin apenas hablarle y la sorpresa de que se presentara en mi casa me hicieron tener ese impulso. Pero en fin, siempre hacía eso de abrazar a la gente así que no pasaba nada.

-¡Jimin! -Grite nada más verlo para después abrazarlo. - ¿Qué haces aquí? -Le pregunté mirándole a los ojos una vez me separé.

-Ah...Pues nada, es que te echaba de menos. -Dijo nervioso él apartando la mirada. Creo que acababa de llegar y ya se estaba arrepintiendo de haber venido.

Le dije a Jimin que pasara, se sentó en el sofá, y antes de que pudiera sentarme también el timbre volvió a sonar. Y, como no, era Kook.

-Hola -Me saludó antes de entrar. Al ver a Jimin se giró hacia mí y me dio una sonrisa cómplice, mientras que yo le sonreí nerviosa. -Oye que si interrumpo algo me voy eh -Dijo mirando después a Jimin.

-Ah, no, no interrumpes. -Dije cerrando la puerta antes de que él siquiera se acercara a esta. Obviamente no quería que Kook pensara mal de la situación, así que le dije que cenara con nosotros.

Mientras cenábamos y hablábamos tranquilamente comencé a pensar en el problema que tendría después. Jimin vivía lejos, si había venido era para quedarse a dormir, porque ni de coña iba a irse tan lejos andando. Pero claro, ahora que Kook sabía que Jimin estaba ahí, si se iba y nos dejaba solos conociéndolo podría pensar mal, y para nada quería eso.

Cuando acabamos de cenar, vimos una película malísima en mi cuarto con la que estuve a punto de quedarme dormida, y después, Jungkook me ayudó a bajar los cuencos de palomitas mientras que Jimin se quedó arriba.

Save your Tears [JungKook] (en proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora