3. Final de la Champions. Cecebe3

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Una noche estrellada de finales de mayo ilumina nuestra ciudad, el hogar de todos aquellos aficionados del fútbol albergaba el día de hoy el evento del año.

La ilusión de una final de Champions, querer que ese equipo que te ha impresionado durante meses se lleve ese gran trofeo, digno de todo buen campeón.

Hoy acompaño a mi hijo, quien cogido de mi mano sigue mis pasos para entrar en el estadio, nuestro estadio.

Desde que nació he tratado transmitirle ese amor por el club que me lo dio todo, desde tener esa primera camiseta con el dorsal diez a la espalda hasta hacerme gritar emocionada todas las victorias del club.

El poderosísimo Liverpool iba a ser nuestro rival esta noche y por qué no admitirlo, el miedo que sentía era real, pero no por eso desconfiaba de que ese trofeo pudiera ser nuestro.

Busqué en mi bolso las entradas y se las extendí al miembro de seguridad de la puerta, que sin pensárselo mucho las escaneó y con una sonrisa hacia mi pequeño, nos invitó a pasar.

Qué diferente era este estadio al que siempre estábamos acostumbrados a ir, qué raro era recorrer sus instalaciones sabiendo que el nombre de mi equipo no estaba en todas sus paredes, pero merecía totalmente la pena.

-Mamá, ¿Ha empezado ya el partido?- Mi hijo estaba impaciente por ver a sus jugadores favoritos salir al campo, con ilusión de poder gritar algún gol, sin duda iba a ser la mejor experiencia de nuestras vidas.

-No cariño, pero no falta mucho.-Asintió levemente y proseguimos nuestro camino hasta el lugar que nuestra entrada marcaba, la segunda gradería del gol sur, asientos cincuenta y seis y cincuenta y ocho.

Tan solo salir por la boca del estadio, una ráfaga de aire azotó nuestras caras y es que era una maravilla ver las gradas casi al completo, coreando el nombre de sus equipos, es impresionante como el cincuenta por ciento de la gente apoya a un club o al otro, sin saber quién levantará esa copa.

Nos sentamos en nuestros asientos y saqué las palomitas de mi bolso, seguro que con eso mantendré entretenido a mi pequeño por un periodo de tiempo mientras empiezan o no empiezan a jugar.

De un momento a otro las luces se apagan y yo miro como todos los aficionados se emocionan, eso indicaba que empezaba el show. Camila Cabello sale del pasillo de los vestuarios hasta el centro del campo, lista para dar su espectáculo inaugural de la final de la Champions League.

"Así es la vida, sí

Yeah, that's just life, baby

I was barely standing, but now I'm dancing

He's all over me"

Todos los presentes acompañan su música y es abrumador escuchar a casi ochenta mil personas cantar al mismo son ese estribillo. La cubana acabó su actuación y agradeció al público su emoción, ahora venía el momento que todos estábamos esperando. Las luces del estadio vuelven a encenderse y la organización monta las famosas pancartas que en televisión se ven tan bien.

El himno de la Champions League empieza a sonar y el barullo se hace notable, para muchos un partido más, para nosotros un momento inmemorable que recordaríamos toda nuestra vida.

-¡Ya salen los jugadores!- El pequeño de la casa estaba devorando emocionado las palomitas sin quitar su vista ni un segundo del campo.

Uno por uno se fueron colocando al lado del trofeo y ahora lo que sonaba era el himno de nuestro rival. Todos sus hinchas gritaban a viva voz esa letra tan característica del club inglés. Y llegó nuestro turno, jamás imaginé vivir junto a mi ser más preciado este momento tan mágico, esa canción que me aprendí de memoria con tan solo cinco años, la que cantaba cada vez que mi padre y mi hermano veían un partido en la tele y la que conmemoraba toda nuestra historia como club. Y como buena fan, le puse todos los acordes de la canción a mi hijo hasta que los repitió de memoria dejando a todos locos al saberse esa canción a tan corta edad.

La Historia Que Tú HicisteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora