Bebió con tranquilidad el té que Sulli le sirvió hace solo unos minutos, los bocadillos dulces y las frutas mejoraban su animo, pero nada lograba ser eterno.
Hasta el amor perdía su poder con el tiempo.
Dejo la taza sobre la pequeña mesa del jardín y observo el cálido clima que la rodeaba. A lo lejos vislumbro el perfecto y hermoso cuerpo de su esposo, las sirvientas y trabajadores de su alrededor jamás han podido quitar sus miradas de él, no importaba cuanto trataran, siempre que Satoru entraba a una habitación era el centro de cada mente y lujuria que despertaba inconscientemente.
Yume sonrió orgullosa de haber podido contraer matrimonio con aquel espécimen tan perfectamente hecho.
Cuando Gojo llegó a su lado, con el cariño que ella siempre le demostró le entrego un pequeño pastel para que degustara.
-No tengo hambre-comentó.
Se encogió de hombros para luego comer ella el pastel.
-¿Qué lo trae por aquí, mi señor?
-Vengo hablar sobre Junya.
Ella apretó los labios sabiendo perfectamente ha donde iba aquella insignificante conversación.
-Esta castigado, asumiré que usted sabe el porqué.
-Lo castigaste porque estaba jugando después de su comida.
Pudo notar como el musculo de la mandíbula de su esposo se tensaba.
-Sus clases son programadas. Debía estudiar economía y los tratados de los reinos después de comer, no jugar como un pordiosero en la tierra.
-Yume, él solo tiene cinco años.
-Y ya debería poder dominar los tres lenguajes necesarios para poder comunicarse con los demás reinos.
Gojo tomo asiento a su lado, queriendo hacer entender a su esposa que ser así de estricta solo alejara cada vez más a su hijo.
-Quiero que escuches muy bien, Yume-comentó-. Junya también es mi hijo y no dejare que lo trates de esa manera.
-Solo estoy haciendo mi trabajo. Él necesita estudiar para poder tomar tu lugar en el trono.
-Y lo hará-corroboró el rey-, pero no de esta manera.
-¿Qué significa eso, mi señor?-su voz se elevó-. ¿Me botara, o me asesinara para que mi lugar lo tome Itadori Yuuji? Tal vez planeara algo como lo hizo su padre para deshacerse de mi...
-Nada de eso-interrumpió Satoru-. Jamás alejaría a la madre de mi hijo.
-¡Lo estas haciendo! ¡Y todo es culpa de ese maldito niño!
-Yume, basta.
-¿Crees que no se como lo ves?-comentó con la poca dignidad que le quedaba-. Lo primero que haces cada día es ir a su habitación, de igual forma cuando acaba el día.
-Él es un héroe, Yume. Merece mi atención.
-No se engañe, mi rey. Todos en este castillo saben muy bien que usted hace todo eso solo porque se trata de Itadori Yuuji... su primer amor.
-Es suficiente-terminó Gojo-. Esta noche te quiero en mi despacho. Ahí podremos hablar
tranquilos.
Yume vio como su esposo se alejaba a un paso lento y seguro que tanto lo caracterizaba, las miradas de los alrededores solo pudieron bajar la cabeza siguiendo con su trabajo como si nada hubiera ocurrido.
Bebió del poco té que le quedaba y camino de vuelta a donde se encontraba su hijo, necesitaba hablar con Yuta para colocarlo de su lado y poder tener su apoyo.
***
En la noche subiré otro capitulo mucho más largo hahahah