XII

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No lograron regresar a primera hora de la mañana, debido a que el pequeño Junya quiso jugar con su abuelo en el río y, por lo que dedujo Yuuji anoche, supo que Isamu consentía en lo que fuera a su querido y único nieto.

Ya en el carruaje de vuelta la castillo, como era de esperarse Yuta y Toge iban en los asientos de afuera conduciendo mientras que Junya iba a un lado de Isamu y en frente de ellos iba él sentado a un lado de Satoru. Por la pequeña ventana Itadori pudo distinguir a solo un par de metros que en la entrada del castillo lo esperaban una gran cantidad de guardias formados en dos filas junto con la madre de Satoru y Yume.

-No te preocupes-le hizo saber Isamu para su sorpresa-. Yo me haré cargo.

-¡Es mamá!-gritó Junya entusiasmado.

El carruaje se detuvo y el primero en bajar fue Isamu con Junya seguido de Satoru quien lo ayuda a bajar de los últimos.

-Mira en el problema que nos has metido-comenzó a disparar Azumi, la madre de Satoru-. Queriendo desposar a un estafador y asesino.

-Basta, Azumi-ordenó Isamu callándola de inmediato

-Madre-sonrió Junya sin entender el ambiente mientras trataba de abrazarla.

Yume se inclino un poco solo para dirigirle unas pocas palabras a su hijo llenas de amargura.

-Te has perdido exactamente seis clases, Junya-hizo saber la mujer con un aire ofensivo-. Y eso sin contarla las de hoy en la mañana.

-Él estaba conmigo, Yume-cortó Isamu tomando en brazos al pequeño decepcionado por el recibimiento de su madre-. ¿Me prohibirás jugar con mi nieto?

Yuuji no quiso estar en el lugar de Yume, al aire que había soltado el rey era tan pesado e intimidante que ninguno dijo una palabra, a excepción de Satoru.

-Esta bien, padre. Yo hablare con ella.

Él asintió llevándose consigo a su querido nieto quien comenzó a sonreír por las ocurrentes y absurdas bromas de su abuelo.

Satoru avanzó tomando el brazo de la mujer paralizada del susto y la saco del lugar dejándolo solo en compañía de Azumi quien a juzgar por su mirada sintió que recibiría una fuerte reprimenda por haberle robado a su hijo.

-Me acompaña, señor Itadori-dijo la mujer sin esperar una respuesta.

Siguió a duras penas a la mujer con la cabeza agachada.

No quería pensarlo demasiado, pero se sentía un poco abandonado por Satoru. Le molestó ver como tocaba a la mujer con delicadeza -hasta podría decir que con cariño- para salvarla del enojo de su padre dejándolo solo en una situación muy incomoda. No sabia que tanto podría hacer Azumi contra él, por las palabras de Gojo en las que su madre quería conquistar las costas de Este supo que esa mujer no se andaba con la cola entre las piernas, por esa razón se sintió aturdido cuando ella lo llevo a una pequeña sala a un lado del jardín para que tomar el té.

-¿Qué tengo que hacer para que dejas a Satoru?

-Lo lamento, mi señora-dijo tan rápido como pudo-. No creo que exista algo que me haga estar alejado de su hijo.

-¿Acaso no pudiste notarlo?-preguntó tomando un sorbo de una taza tan bien diseñada que los ojos de Yuuji notaron cada detalle en ella.

-¿Qué cosa?

Se sentía algo somnoliento, pensó que tal vez el viaje y la magia que Isamu exteriorizó había repercutido en su energía.

-La forma en como Satoru tocó a Yume.

ENCANTO - JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora