bueno, las cosas entre jeno y yo han cambiado. no, no hemos mejorado nuestra relación o lo que fuera eso, al contrario, ha empeorado.
veran, resulta que una noche salíamos del gimnasio, después de compartir unos cuantos roces en la ducha, y un coche estaba aparcado justo delante de la entrada esperando por alguien.
sí, ese alguien era jeno y el conductor se trataba nada más y nada menos que de su novio. como lo oyen, lee tenía pareja y yo no sabía cómo mierdas tomarme todo aquello.
primero me sentí utilizado y engañado, pues no me podía creer que hubiera sido partícipe en una infidelidad. después sentí ira, muchísima, porque no me gustaba nada que hubiera jugado conmigo de esa forma.
al final, y después de meditarlo con un par de botellines de cerveza, llegué a la conclusión de que no era de mi incumbencia lo que hacía él en su vida privada.
no es que nosotros hubiéramos empezado a sentir algo por el otro, y mucho menos había formalizado "algo", así que me importaba una mierda que le hubiera puesto los cuernos a su novio conmigo.
para mí solo fue sexo, y supongo que para él también, aunque mi conciencia moral no me permitía seguir participando en algo así.
al día siguiente de descubrir aquel pequeño e insignificante detalle ―nótese la ironía― jeno trató de explicármelo.
me dijo que no sentía nada por el otro chico, que ni siquiera le quería, pero que no podían dejarlo por muchos motivos.
no profundizó en ninguno de ellos y a mí todo eso me sonaba a dependencia emocional.
era un tema bastante delicado para mí, pues mi propia hermana se había visto envuelta en una situación tóxica similar que por poco le cuesta la vida, así que oír hablar de ese tema me ponía enfermo.
―mira, jeno, me importa un pimiento cuánta gente dejas que te la meta, no pasó nada entre nosotros ―le espeté más bruscamente de lo que pretendía, molesto ante las excusas baratas que me estaba tratando vender.
―eres un imbécil ―me soltó, empezando a cabrearse él también.
entonces caí en lo que había dicho y cómo lo ha había hecho y me sentí un poco culpable.
―oye, espera ―le atrapé por un brazo, deteniéndole pues se iba a marchar del vestuario. ―no pretendía sonar tan borde ―me disculpé. ―quería decirte que para mí no fue más que sexo y que, si para ti está bien eso, para mí también.
―lo está ―sonó firme, su semblante seguía demostrando que no le había agradado para nada mi reacción.
a partir de ese momento, las cosas no mejoraron, todo y a pesar de que habíamos dejado claro lo que había pasado entre nosotros.
cada noche lo veía subirse al coche con ese supuesto novio al que no quería, observaba cómo besaba cortamente sus labios, apenas era un contacto, y enseguida dirigía la mirada hacia la ventanilla del vehículo, como si quisiera huir de ahí cuanto antes.
mi enfado siguió en aumento, no porque estuviera celoso ni nada por el estilo, sino porque no entendía cómo podían seguir juntos.
se notaba a leguas de distancia que no había nada entre ellos, ni amor, ni cariño, ni siquiera respeto.
cada vez que presenciaba cómo se iba con él, después de saludarle con un gesto vacío, mi odio crecía más y más. me afectó tanto la situación, que incluso llegué detestarle más que antes de que ocurriera nada entre jeno y yo.
bueno, no es que le detestara a él como persona, sino que detestaba la cobardía de no terminar con algo que no quería, la falta de amor propio por no permitirse buscar algo mejor para él, algo que le hiciera feliz.
sabía que me estaba metiendo dónde no me llamaban pero, como ya he dicho, era un tema que me tocaba muy de cerca y era bastante susceptible a él.

ESTÁS LEYENDO
boxing
Fanfictionmark no puede creerse que su contricante más aférrimo esté entrenando en su mismo gimnasio. ¿acaso el destino le está jugando una mala pasada? lo que no sabe es la de cosas que pueden ocurrir en el vestuario...