Capítulo 3: El vals de Eula Lawrance - Parte 1

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Al despertar por la mañana era consciente de que mi cargo obligatorio de Maestra Intendente había acabado al fin. Mi mirada se fijó sobre el reloj que dictaba las seis de la mañana, en poco tiempo Jean volvería a Mondstadt. Al momento de querer levantarme del sillón me fue casi imposible, de alguna manera había terminado al lado de Aether, mejor dicho, me encontraba sobre él siendo rodeada por sus brazos.

Me sentía muy a gusto para ser sincera, en solo una semana estaba sintiendo como si por fin viviera una vida, la vida que perdí por muchos años en esa fría mansión. Daban igual los lujos que pudiéramos tener si nunca había algo esencial.

Amor.

Supongo que la primera vez que tuve esa sensación fue cuando pasaba el tiempo con esa mujer. Era a quién en verdad podía llamar familia de entre todas las personas que vivían en ese gélido lugar.

Ya no quería seguir pensando en eso, me sentía muy a gusto rodeada por su brazos. Cómo llegamos a estar así. No me importa. Solo quiero seguir disfrutándolo por un rato más.

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.

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Desperté hace unos minutos al sentir el movimiento de algo entre mis brazos. Lo correcto era decir que no era un algo, era un alguien. Eula se encontraba perfectamente acomoda sobre mí descansando plácidamente. Al ver la hora supuse que aún quedaba un tiempo hasta la llegada de Jean y las demás.

Después de aquel beso que me dio en la mejilla la noche anterior no me esperaba, ni me imaginaba que terminaría de esta manera con ella, envuelta entre mis brazos. La sensación de tenerla tan cerca era relajante, mi respiración se coordinaba con la suya resultan-dome muy curioso y divertido.

-"Ya es la hora." Supongo que todo tiene un final.

Con total cautela separé a Eula de mí para no despertarla. La coloqué en una posición que no molestara su descanso por unos breves minutos más. Se merecía un largo descanso luego de esta semana. La tapé nuevamente con aquella manta que compartimos mientras preparaba el lugar para la llegada de Jean.

Con el pasar de los minutos ya estaba todo listo. Solo faltaba la llegada de la verdadera Maestra Intendente. Al voltear mi mirada sobre Eula recordé inmediatamente el beso, digamos que tenía mi oportunidad de vengarme con un beso de buenos días.

Sin duda alguna quería vengarme por ese beso.

Fui acercándome lentamente para aplicar mi jugada. Al inclinarme hasta la altura de Eula me era casi imposible aguantar mi risa, y para el momento en que estaba por llevar a acabo mi acción, sus ojos se abrieron ante mí, quedando ambos realmente cerca.

-"B-Buenos días, Eula." Por qué soy incapaz de moverme. Me matará si no lo hago.

-"¿Aether? ¿Qué haces tan cerca a mi rostro?"

-"Si te soy sincero, no tengo idea."

Gran respuesta Aether, por estás cosas las personas se terminan aprovechando de ti.

Retrocedí hasta caer por la falta de equilibrio sentado en el piso al creer que Eula reaccionaría de malas al imaginarse mis intenciones, pero fue solo un susto con sabor a gusto. La veía estirarse con total libertad ante mi dejándome ver el lado más natural de Eula por las mañanas.

-"Buenos días, Aether. Espero hayas dormido bien."

-"Claro. Estuve bien acompañado."

-"Escucharlo de ti hace que me sienta con muchas ganas." Aunque se le nota aún medio dormida al pronunciar eso. "¿Jean ya está por llegar con las chicas?"

Aphros Delos - Aether x Eula (Volumen 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora