Eterno, a través del tiempo.

CAPÍTULO 5

Las clases se suspendieron y se aplazaron los exámenes. En los cinco días siguientes, algunos padres se llevaron a sus hijos de Hogwarts después de la muerte de Dumbledore, y de una de las alumnas el colegio definitivamente ya no era seguro, solo unos cuantos alumnos se quedaron para el funeral de Dumbledore y la de Hermione, como Seamus Finnigan, que se negó rotundamente a acompañar a su madre a casa discutieron a gritos en el
Seamus les contó a Harry y Ron que a su madre le había costado mucho
encontrar una cama libre en Hogsmeade porque no cesaban de llegar al pueblo magos, y brujas que querían presentarle sus últimos respetos a Dumbledore y a una de las mejores alumnas de Hogwarts.

Harry y Ron estaban sentados en el gran comedor, uno que otro compañero pasaban y los miraban de soslayo extrañados y apesumbrados , era difícil verlos solos, pareciera que le faltaba una gran pedazo de ellos, y éstos dos se sentían igual, como si le hubieran arrancado un pedazo del alma, el apetito de Ron no disminuyó para nada , seguía teniendo la misma hambre de siempre, inclusive Harry pensó que había aumentado de peso, su estómago le exigía comida a cada rato, el pelinegro escuchó el gruñido del estómago de su amigo , él le había dicho a Harry que era por extrañar tanto a su amiga, pero Harry solo pensaba que quizás esa era su manera de lidiar con el dolor de la ausencia de Hermione,

Harry al contrario, no podía pasar bocado, apenas ingeria los jugos que le ponían en frente, si fuera por el no comería ni tomaría nada, pues ya no le importaba si se desfallecia por inanición, para qué??, pensó él, cuando le llevaron a su habitación sopa de calabazas y él lo derramó por la ventana para que los demás creyera que se lo había comido.

Pero ése día Harry estaba sentado a la mesa para acompañar a su amigo , y también porque ése día sería el funeral de Dumbledore y de Hermione, de pronto sintió un nudo en la garganta no había día que no se acordará de ella , Harry ihnalo una gran bocanada de aire.

- Come!!! - le dijo Ron acercandole con entusiasmo un pedazo de muslo asado, cuando había pollo , Ron siempre se lo veía entusiasmado, aunque en ése momento lo quería disimular, por la tarde sería el funeral de Dumbledore y su amiga,
Harry negó, y sorbio un poco de jugo de calabaza,

A Harry se lo veía visiblemente más delgado y demagrado, y su apariencia era desaliñado, y ni siquiera tenía ánimos para peinarse, aunque la mayoría de las veces se lo veía con el mismo pelo alborotado de siempre,

Ron seguía comiendo más y más , ése era su manera de aplacar el dolor , y no había momento desde que aconteció lo peor en la que el pelirrojo no dejara de comer.

Harry suspiro profundo y se levantó de la mesa, enterró profundamente sus manos en sus bolsillos
- Voy con Hagrid - dijo con voz desganada,

- No vas a comer nada!!?? - preguntó Ron incrédulo mientras le colgaba una chuleta de cerdo de la boca,

- No - contestó Harry con pesadumbre, el pelinegro tenía pronunciada ojeras alrededor de los ojos, no había dormido bien esos días, al acostarse caía en una especie de duerme y vela, donde le aparecían la imagen del anciano director arrojado desde lo alto de la torre,
Aún sentía impotencia y rabia en su interior, él había visto pasar todo frente a sus ojos y no pudo hacer nada, aún latía una sed de venganza hacia su ex profesor, aún tenía rabia contenida, pero..., al final todo eso era aplacado cuando pensaba en ella.

Harry caminaba lentamente con la cabeza gacha y las manos en los bolsillos sin saber que sus pies lo llevaban inconscientemente en el lugar dónde todo sucedió, él de pronto se detuvo y levantó la vista, sostuvo la respiración, vio la esquina dónde él había estado, y también vislumbró dónde ella había caído a sus pies.

El suave viento de afuera se deslizó por las puertas de roble acariciando su pelo negro azabache alborotado, una cortina dorada de luz solar lo alcanzaba, las motas de polvo danzaban a su alrededor dándo un ambiente de tranquilidad , había vestigios de una gran batalla campal en cada rincón, cada escombro caído y arrancado por las maldiciones, evocaba malos recuerdos, pero a Harry le parecía que esa esquina tenía el peor de todos los recuerdos , un sollozo quiso escapar de sus labios en forma de ladrido, pero él se tapó la boca,