Kiss me (Ohmnanon)

C A P I T U L O 4.

Los días han sido muy relajados últimamente en la escuela, no he tenido mucha inspiración para componer música y enseñar, siento que me estoy volviendo repetitivo en mis clases y eso me estanca y estresa a la vez. 

El reloj marca la media noche, regresó a verlo con una mirada bastante amargada porque me avisa que debo estar en cama ya, las clases del día siguiente son importantes, estoy a punto de apagar las luces de la sala cuando veo por las cortinas una sombra, me escabullo por la cortina para verificar que omega anda hasta esas horas de la noche en la calle, Me sorprende ver al nuevo cargando a su pequeño hijo con pasos muy lentos, arrastra un poco los pasos, y parece bastante cansado. 

Los brazos estan manchados, o ¿quemados? , parpadeo varias veces intentando constatar esas últimas conclusiones, el bebé parece sollozar mientras su padre omega le arrulla, los movimientos son tan suaves que me rompen el corazón, ambos entran a su casa y veo que ni siquiera prenden las luces. 

Después de clases, tengo la perturbante necesidad de acudir a la farmacia más cercana, toda la noche estuve pensando en las quemaduras de mi vecino, digo, parece que la está pasando bastante mal, y en las últimas semanas no le había visto, ha cambiado, parece muy exhausto, apenas me ve la bonita omega se acerca sonriente para atenderme.

—Profesor, ¿en qué puedo ayudarle?—, me quedó mirando los aparadores tratando de hilar las palabras, carraspeo la garganta antes de emular palabra, —verás, hay una persona que ha estado pasando mucho tiempo bajo los rayos del sol, se ha quemado gran parte del cuerpo, me gustaria una pomada para calmar los ardores, y que le ayude a sanar — digo puntual, mi voz parece diferente y tengo pavor que la omega frente a mi se dé cuenta, parece que un frio recorre mi columna vertebral mientras sus ojos me miran inquisitivos, tarda más de lo que desearía en que me responda, —tengo lo ideal, pero si esa persona seguirá bajo los rayos solares, necesitará esto— del estante toma un bloqueador, y lo pone frente a mi cara con una enorme sonrisa, perfecto, al menos sé que no se dio cuenta de mi peculiar nerviosismo. 

Regreso a casa con una bolsa colgada sobre mi brazo, tengo muchas cosas que hacer así que debo apurarme. 

La casa está muy sucia, y pongo manos a la obra, levantó todo lo que encuentro, había pañales todavía en el contenedor de basura, y el pequeño espacio tenía un par de sillones con bastante polvo, un niño pequeño no puede vivir en un lugar tan sucio. 

Después de un par de horas me salgo de la casa, sé que me tomé atribuciones que no me correspondía pero  me sentí mejor sabiendo que hice algo por ese niño, obviamente lo hice por Dew y no por su padre. 

Por la noche, escuché que tocaron mi puerta, yo ya me encontraba en pijama y me dolían los brazos, caminé hacia la puerta mientras me sobaba los brazos, apenas abrí la puerta, el grandulón estaba ahí, parado con sus ojos bien grandes, me observaba, no puedo descifrar si estaba molesto o me golpearia en cualquier minuto.

—¿Sí?— le digo un poco incómodo, él parpadea y después baja la mirada hacia sus pies, —fuiste tú quien entró a mi casa ¿verdad? —, me sostuve de la puerta y asentí con la cabeza, —Lo solicité al comité, seguro mañana te notificarán — dije, esperé unos segundos pero parece que no sabe o no quiere hablar, —entonces… buenas noches — dije finalmente intentando cerrar la puerta, pero cuando estoy a punto de cerrarla su pie se interpone, hace un quejido y yo suelto la puerta, —Gracias por la ayuda — murmura y se da la vuelta, le veo cruzar la calle con el pie adolorido, hoy tampoco pude darle la pomada ni el bloqueador. 

A la mañana siguiente salí de mi casa y una vez que cerré me quedé parado observando hacia el otro lado de la calle; apreté los labios y continué mi camino.

Las horas en la escuela se fueron muy rápido, antes de regresar a casa pasé a comprar la cena, estaba exhausto porque tuvimos que hacer doble turno, hoy ya es de noche cuando regresó a casa, por primera vez me sentía solo, es decir, nunca antes  me había importado vivir solo, quizás esa es una de las razones por las que ese omega y su hijo empezaron a preocuparme. 

Agarro mi tenedor y la clavó en las verduras con desaprobación, mi cabeza ha estado vagando mucho tratando de hallar una respuesta , miró la zanahoria y le doy vuelta antes de meterla a mi boca, siempre estoy pensando todo el tiempo. 

El sonido de mi timbre me saca de mis cavilaciones, miró la hora y sé que es tarde, ¿quién podría ser a esta hora?