Un nuevo día se hacía presente en todo Japón, y nuestra querida Arturia se levantaba de una agotadora noche. ¿Quién imaginaría que, en un sólo día, se encontraría con otra versión de ella misma, con su hija Mordred, con Diarmuid, Waver, Iskandar, Lancelot e Irisviel y, por sobretodo, que habría vuelto al pasado tras tantas penurias, masacres y dolor...? Aunque tenía un mal presentimiento.
- ¡Buenos días, Arturia-san! - saludó feliz Shirou trayendo el desayuno a la cama de la rubia de mechas plateadas.
- Gracias, Shirou: eres un buen chico - dijo mientras le revolvía su cabello rojizo antes de escuchar el timbre.
- ¡Ya voy! - dijo Shirou mientras salía rápidamente hacia la entrada.
- ¡Shirou, espera...! - se detuvo al ver a alguien conocido en la puerta.
- ¿Saber? - preguntó una hermosa mujer de cabello lila pálido.
- ¿Rider? ¡¿Rin?!
- ¿A quién le hablas? ¡Yo soy la diosa Ishtar! - se quejó la pelinegra de coletas.
- Arturia, la señorita Ishtar se viste raro - dijo inocente Shirou.
- Ya lo veo... ¿Qué hacéis aquí, Rider; y por qué lleváis a Sakura y Shinji con vosotras? - preguntó la rubia de mechas plateadas ante la presencia de los pequeños que miraban sin entender.
- Hasta yo ignoro del todo el por qué fui invocada, y menos con Ishtar... Pero venimos directos de escapar de la mansión Matou y petrificar a Zouken... Aunque, conociéndolo, no tardará en volver. Pedimos un lugar donde poder establecernos, Saber - explicó y pidió Medusa.
- ... Confiaré en tí, Rider... Por ahora, así que no destruyas mi confianza... Tengo una reunión ahora con alguien y pensé en aprovechar y que Shirou fuera conmigo al parque. Por ahora, quédense aquí.
- Gracias, Saber... Aunque parece que tienes mucha historia detrás - dijo ante el brazo bronceado de la rubia de mechas plateadas.
- No te imaginas...
- ¡No me ignoren! - se quejó Ishtar antes de pasar indignada al interior.
Unos minutos después de marcharse de la casa, Arturia y Shirou llegaron a un parque donde esperaban Irisviel y Lanturia, con Maya y Kiritsugu sentados discretamente en las proximidades del lugar de reunión.
- Anda, Shirou, diviértete: esto no durará mucho - dijo amablemente al pequeño que se fue a la zona de arena con una sonrisa.
- Me alegro de que estés aquí, Arturia - saludó con educación la Einzbern.
- Sí: tuve una visita inesperada... Pero aquí estoy.
- ¿Podrías explicarnos algunas cosas, mi otro yo? - preguntó seria pero educadamente Lanturia.
- Por supuesto - respondió Arturia.
Mientras tanto.
- Señor, ¿Podría jugar conmigo? - Kiritsugu bajó el periódico que usaba para no ser muy reconocido para ver al pequeño pelirrojo que acompañaba a Arturia...
¿Por qué le sonaba?
- Déjamelo a mí... Tu sueño...
Sacudiendo la cabeza por el repentino dolor de cabeza, tuvo que negarse, siendo que Shirou se deprimió un poco, pero se le pasó rápido... Eso sí, se dispuso a vigilarlo por un presentimiento extraño.
- Si quieres puedo jugar contigo - dijo un niño normal que estaba en el parque, ambos empezando a jugar al escondite con otros niños de ahí.
Con Irisviel, Lanturia y Arturia.
Las chicas estaban sentadas en un banco mientras escuchaban la historia de Arturia hasta que ella terminó.
- ... No puedo creerlo - dijo Irisviel en shock ante la historia de Arturia.
- T-tú... - Lanturia estaba igual o peor que Irisviel en el estado de shock.
- Si la memoria no me falla, esta noche Gilles de Rais irá a nuestro encuentro y atacará el castillo Einzbern, y Kaineth El-Melloi Archibald aprovechará para entrar en el castillo Einzbern para enfrentar al Master Einzbern.
La albina palideció un poco ante aquello, y Lanturia miró con impotencia su muñeca izquierda.
- Y eso es parte del problema: Kotomine Kirei se encontró con Maya y con usted durante la huida del castillo y casi las mata para intentar saber dónde estaba Kiritsugu... Y sólo pudiste salvarte con la Avalon de mi línea temporal - ahora Irisviel quedó tan blanca como su característico cabello.
- Sí que tuvimos mala suerte... Al menos nos libramos en el momento justo de Kaineth para ayudar a Irisviel - dijo Lanturia, y la última parte la susurró, pero Arturia la escuchó.
- Lanturia... Nunca dije que pasó con Lord El-Melloi Archibald o que llegué a tiempo para que Avalon curara a Irisviel... ¿Cómo lo sabes? - preguntó con sospechas Arturia.
- Yo... Ehhh... Es que la vaina Avalon funciona mejor en nuestra presencia, y es obvio que Kiritsugu lo derrotó para ir rápido con Irisviel tras despedir a Diarmuid - respondió nerviosa Lanturia.
- ... Tampoco dije que me despedí de Lancer... Y sólo lo mencionaste a él... Cuando supuestamente sólo has estado en esta Guerra nada más y viste a Mordred también...
- ¿Lancer? - preguntó preocupada Irisviel, y Lanturia no pudo verla a la cara.
- Sólo hay dos condiciones para una teoría que tengo en mente: tú eres yo misma después de la Quinta Guerra del Santo Grial... Y eres de la línea temporal del Shirou que lo perdió todo por hacerse Counter-Guardian y querer salvar a todos sin excepción... Destruyendo su creencia en su ideal y perdiendo la fe... Es la única manera de que sea posible mi teoría... Además, tus gestos faciales durante tu breve enfrentamiento contra Berserker también te delataron... Lo conocías... Tú eres la Saber Arturia Pendragon de la línea temporal del Espíritu Heroico EMIYA.
Lanturia no respondió... Era incapaz...
... Porque era todo cierto.
- Irisviel, una vez que asegure a Shirou, los ayudaré contra Caster... ¡Shirou, nos tenemos que ir! - tras el llamado de Arturia, Shirou se despidió de los niños, también educadamente de Kiritsugu, y se fue junto a Arturia...
- Lancer... Tú - se detuvo al ver algo de ella...
La vio derramar lágrimas de dolor, arrepentimiento e impotencia.
- ¿Por qué...? ¿Por qué elegí tan fervientemente salvar un lugar que ya había cumplido su papel y ni siquiera tratar de estar con mi Shirou cuando pude...? Ahora esos recuerdos me duelen... ¡¿Por qué?! - siguió autoculpándose mientras Irisviel le daba un abrazo...
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Antes de que digan que fue guionazo, digamos que Arturia "descubrió" quién era Archer EMIYA, por eso hizo un cameo en el inicio de la historia.
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Fin
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