4.

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Conducir con Avan y Ariana ebrios en la parte trasera del auto es una de esas cosas que no sería capaz de hacer sin ayuda de Matt, quien ha decidido que podría ayudarme sin preocuparse por Elizabeth, que estaba lo suficientemente cansada como para -según ella- no necesitar nada más que una ducha de agua fría.

—Pon algo de música —Ariana, que parece no haber dormido en una semana por la cantidad de licor que ha consumido, está terriblemente sentada del lado derecho, mientras que Avan, jugando con el cinturón de seguridad, está del lado izquierdo.

—Que sea —hipa sonoramente, la risa de Matt no se hace esperar demasiado —... Que sea música triste porque tú tienes un rostro triste.

—No sé de qué hablas —mi mirada está concentrada en el camino —. Yo estoy perfectamente, ¿no me ves? —sonrío girando en una curva.

—Uhm... No, no —ríe —¡No puedo ver a Vic! —hace pucheros y algunos jadeos que simulan llanto.

—Dios mío.

—¡Espera! —Ariana pone sus manos frente a su pecho.

—¿Qué pasó?

—¡¿Dónde está Leon?! —abre la ventana y desabrocha su cinturón para poder sacar la mitad de su cuerpo por ésta.

—Mierda —Matt se gira de espaldas y yo decido que lo más sabio que puedo hacer es frenar. Afortunadamente no hay nadie por aquí —Ari, Leon está bien, está en mi casa, me pidió quedarse allá, ¿ok? Por favor siéntate.

—¿Por... Por qué Leon...? —arcadas y vómito son lo siguiente que podemos escuchar.

—¡No!

—No... Puede... Ser.

—Ay, no.... —Avan se queja, pero no demora demasiado en seguir los pasos de Ariana.

Matt y yo no hacemos más que reír porque -afortunadamente- ambos han podido vomitar fuera del auto y lo máximo que ha de pasar es que deba lavarse mañana mismo.

Mi teléfono suena, pero no se me hace extraño recibir la llamada a estas horas puesto que sé de quién se trata.

—Mamá, hola.

—¡Hola cielo! —puedo escuchar a un hombre con aceto español un momento después.

—Todo bien por aquí... Aunque no puedo decir lo mismo de Avan.

Le dejo escucharlo vomitar, ella ríe del otro lado.

—¿Por qué Avan está ebrio y vomitando y tú no?

—No solo es Avan, ¿recuerdas a Ariana?

—Cómo olvidarla —agradece algo que no comprendo del todo —, ¿Por qué tú eres la única sobria entre todos?

—No solo yo —pongo el altavoz —Matt también está bien.

—¡Hola, señora Justice!

—¡Hola!

—¡Señora Justice! —mi mejor amigo parece haber terminado.

—Avan, cielo, tienes que dejar de beber como si todo el alcohol estuviese a punto de terminarse. Igual tú, Ariana.

—Nos-sotros —nuevamente arcadas, Matt y yo acompañamos la risa de mi madre.

—Muy bien, solo llamaba para decirte que tu manager nos estuvo llamando para contarnos sobre un nuevo proyecto para el que eres la indicada, y ha conseguido alquilar un apartamento cerca de donde estás ahora mismo.

—Oh, wow.

—¿Estás bien con esa idea, prefieres que le diga que no?

«Por supuesto que no estoy bien con esa idea, participar en algo justo ahora significa que me veré obligada a quedarme por mucho tiempo y no estoy psicológicamente lista para soportar el peso de eso»

PIECES OF USDonde viven las historias. Descúbrelo ahora