sconosciuto

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después de unos días de soportar a horacio echándole la bronca por su actitud en la fiesta, decidió contarle todo en ese mismo momento. le sorprendió lo bien que se tomó las cosas, pensó en las mil miradas de decepción que podría darle o que simplemente se iría por no haberle contado nada, sin embargo, horacio comprendió e incluso se alegró de que su hermano haya encontrado el amor, que ya no solo tenga a su padre y a él a su lado, lo único que le hacía ruido era el problemático hecho de que toni gambino era un mafioso bajo investigación y eso era algo que nadie podía cambiar.

fue una corta charla donde horacio le explicaba el porqué estar con el gambino era de lo más peligroso, y a ratos, cuando gustabo se aburría le sacaba uno que otro sonrojo diciendo que toni tenia un hermano muy guapo para él.

el de cresta se fue a duras penas, queriendo que gustabo le explique más a fondo sobre su extraña relación con el gambino, pero le vió apurado, como si tuviera algo que hacer y no quería hacerle perder más tiempo, suponía que tenía que ver con el mafioso por aquel brillo peculiar en los ojos del rubio que pocas veces logró presenciar, así que decidió no interrumpirlo más, mucho menos seguirlo, buscaría por mar y tierra una forma en que pudieran vivir tranquilamente.

gustabo por otro lado ya se había ido de su lugar de hospedaje, emocionado y apurado por llegar al lugar que toni había rentado exclusivamente para los dos. se sentía en un sueño, como si de un niño mimado se tratase, era un restaurante caro con toda la zona vip sólo para ellos y al ser privado, nadie podía verle, ellos mismos llamaban a los camareros cuando se les diera la gana y cuantas veces quisieran.

una vez llegó y dió el nombre de toni gambino, le guiaron hasta el gigantesco lugar. entró con lentitud, fijándose immediatamente en el cambio de iluminación, era sútil y amarillenta, venía de las lámparas que adornaban cada mesa, las paredes eran anaranjadas con retoques blancos que acompañadas con la luz daban un romántico ambiente que se tornaba rojo, pequeños árboles se repartían cada dos mesas dándole un toque antiguo y leve música acompañaba su entorno, otra melodía italiana resonaba de manera leve en todo el lugar, "amore fermati de fred bongusto" entregando elegancia sin tener un volumen abrumador. una atontada sonrisa se formó labios al sentir unos brazos rodear su cintura por completo, causando que su espalda choque con el pecho contrario, con un poco de gracia soltó una suave carcajada, podía reconocer los tatuajes del gambino a su gusto, tenía muy buena memoria y no podía evitar mirar más de la cuenta aquellos brazos cuando toni llevaba mangas remangadas.

一 vamos a la mesa, mio amato

gustabo aún era un ignorante en el idioma pero de escuchar y suponer, cualquiera sabría el significado de tales palabras, sus mejillas se tornaron rojas sin poder esconder la timidez y vergüenza que esos apodos causaban en él, sorpresa era para él saber que le gustaban aquellos apodos. toni, al ver la tardanza en su respuesta supuso que el agente aún apreciaba el lugar, dedicándose a dejar leves y húmedos besos en el cuello del ojiazul quien al poco tiempo asintió lento y nervioso causándole gracia al italiano, se separó para tomar su mano y guiarle hasta una mesa circular en el centro de un gran ventanal cristalino con puertas abiertas, dando paso a la suave y cálida brisa marina de verano, otorgando otro sonido ambiente que no daba más que relajación para ambos.

el rubio en broma no paraba de repetirse que se había equivocado de trabajo ¿cómo coño toni tiene tanta pasta para rentar un lugar vip entero?  y a pesar de ser un mero chiste en sus adentros, no podía sacarse de la cabeza lo mucho que aquel exitoso negocio clandestino estaría afectando la moral de sus superiores.

ambos se sentaron frente al otro y gustabo se dió el lujo de ver el rostro contrario por primera vez luego de días sin poder verlo, gracias a lo que pasó la policía estaba buscando a los causantes de desastre en la fiesta, toni tuvo suerte de poder hablar con garcía, quien dió lugar a la disminución del cuerpo policial que buscaba a los culpables. los dos con una sonrisa entusiasmada llenas de felicidad, se habían extrañado como unos desquiciados, lo que les hizo darse cuenta lo mucho que ambos se habían acostumbrado al otro, pero ya no les sorprendía ni mucho menos les asustaba.

𝙘𝙖𝙩𝙩𝙞𝙫𝙚 𝙖𝙗𝙞𝙩𝙪𝙙𝙞𝙣𝙞 ❝ gustoniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora