tensione

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la tensión se podía cortar con un cuchillo.

ambos rubios se miraban mientras bebían su tercera copa de vino en la noche, sonrisas coquetas se compartían por momentos en miradas radiantes de seducción y emociones encontradas entre los dos hombres que disfrutaban de su cena en el restaurante favorito del italiano.

gustabo no sabía lo que ocurría consigo mismo, su cuerpo actuaba por si solo, la actitud desvergonzada de toni le causaba conflicto en la cabeza, sentía que las miradas del rubio, las cuáles implicaban segundas intenciones, le decían que el italiano ya le había descubierto, y que sabía que él también conocía su identidad como jefe de la mafia. ¿quizás toni ya sabía lo que iba a suceder en la fiesta? algo en todo esto le cautivaba más de la cuenta, tanto que le avergonzaba admitir la atracción que recorría por su cuerpo, incluso a pesar de que su vida estuviera en un riesgo latente.

los minutos pasaban y las prendas se desprendían poco a poco hasta llegar casi al límite del descubierto; el italiano, quién era el más estricto acerca de su forma de vestir, acabó en una simple camisa blanca con tres botones superiores sueltos, pantalones negros ajustados los cuales eran decorados con un cinturón de cuero oscuro que mantenían el final de la camisa dentro del pantalón, gustabo, por otro lado, se quitó la chaqueta y sudadera que llevaba puesta encima, quedándose en una básica polera manga corta negra y unos vaqueros sueltos del mismo color. el calor que tenían debido a los tragos demás les obligó a pagar la cuenta y retirarse del lugar, estaban ahogados y desesperados por aire.

toni, quién en ese momento era el más afectado por el alcohol, soltó sus cosas en el piso, acorralando al agente contra la pared mientras su rostro se hundía en el cuello del mayor, embriagádose con el olor de aquel suave perfume que tantas ganas tenía por sentir de cerca. gustabo se quedó estático, nervioso y sin saber que hacer con el italiano en ese estado, no es como si él estuviera en mejor estado, pero aún tenía la lucidez suficiente para sentir la ansiedad correr por su tensado cuerpo.

su rostro ardió en fuego, avergonzado de sentir los labios de toni chocar con suavidad su marcada mandíbula, sus manos pasaron por la cintura del menor en un ridículo intento de que se alejara, admitiendo que a pesar de los nervios que recorrían sus venas, no quería que el italiano se detuviera. el gambino estaba tan cerca de sus labios que le frustraba el contacto, sacando la valentía suficiente para mover su cabeza, logrando que finalmente sus labios chocasen con los contrarios, estaba tan nervioso que ni siquiera los movió, los labios de ambos se quedaron quietos disfrutando el inocente beso que compartían.

una vez se separaron, toni miró a gustabo con una leve sonrisa, su ebriedad poco a poco desaparecía, alegrandose de que aquel bonito momento estuviera sucediendo de verdad y no fuera resultado de la embriaguez afectando su imaginación, gustabo le había besado y había sido el beso más tierno que jamás había tenido. su rostro se movió por instinto, su mirada fija en los labios del rubio mientras se acercaba lentamente a estos para volver a sentirlos en un beso correspondido que poco a poco se profundizaba más; aquel suave vaivén siendo romántizado por la mano de toni que pasaba tranquilamente por la nuca del mayor, quien dejaba suaves caricias en la espalda del italiano, un beso que se tornaba intenso sin la necesidad de pelear por dominancia, sino con el solo objetivo de comunicar nada más que un amor correspondido, transmitiendo un alarmante recado por parte de los dos hombres que disfrutaban el momento, "sé quién eres", no obstante, ni miedo ni lujuria invadían los sentimientos de ambos, los dos se encontraban hundidos en la liberación y aclaración de sentimientos, contentos de saber que no se temían y que a pesar de ser enemigos, se complementaban mejor que con cualquiera de sus compañeros.

una vez separados por la falta de aire, miradas culpables y sonrientes fueron dedicadas por lo hecho. gustabo era el más sorprendido de ambos y no era por la manera de actuar del italiano, sino por el ánimo que le llevó a dar el primer paso y besar a toni, sin embargo, no se arrepentía, aún tenía al menor acorralandole contra la pared y se sentía de lo más cómodo contra su cuerpo, acariciando suavemente la cintura del italiano, notando como sus caderas bailaban juguetonamente de lado a lado como si de un gato moviendo su cola expectante se tratase, algo en aquel leve balanceo le daba cierta gracia e incluso le llegaba a dar curiosidad ¿que era lo que el rubio quería?

一 vamos a mi casa.

gustabo se sonrojó ante tales palabras, incluso cuando las palabras no tenía ningún tono malicioso o con otras intenciones, sintió vergüenza ante los mil escenarios que se le vinieron a la cabeza en el momento en que toni besó sus labios rápidamente después de decir aquello, se sentía un pervertido por pensar tantas cosas sobre el contrario, sentía que se aprovechaba del estado de embriaguez del italiano, suficiente tenía ya con haberle besado.

一 queda más cerca coño, que ya se lo que piensas, guarro.

era evidente que a toni la mayoría de los efectos del alcohol ya se habían ido casi por completo, pero gustabo era un hombre de palabra, asimismo, las probabilidades de que carlo gambino se encuentre en aquella casa eran tan altas que se le quitaban hasta las ganas de siquiera poner un mísero pié allí, llevaba a su hermano mayor a mitad de la noche, pasado de copas y con poca ropa, la escena se podía malinterpretar de mil maneras distintas, tanto que el color carmesí de sus mejillas no paraba de aumentar, a pesar de ello, gustabo asintió con una sonrisa insegura de sí mismo. el antebrazo del agente ahora cubría la cintura de toni, quién rápidamente se agachó para coger las cosas que había tirado por impulso, una vez se enderezó comenzaron una lenta caminata hacía la casa del mafioso, mafioso el cuál corazón latía a mil, estaba feliz de saber que su querido agente estaba a su lado después de todo lo sucedido, incluso después de estar menos borracho que antes, sintió miedo de que gustabo se arrepintiera y saliera corriendo luego del segundo beso.

pero ahí estaban, en la puerta de la gran casa que compartían los gambino. gustabo fue el primero en adentrarse, siendo seguido por toni luego de cerrar la puerta con pestillo, el gambino tomó la mano del desorientado rubio y jaló su cuerpo entero hasta su gran habitación. una vez en el lugar, toni le dió un pijama que le quedó suelto a gustabo debido a que el menor era levemente más robusto y le ganaba por unos pocos centímetros. para el alivio del agente, las cosas dentro de esa habitación no pasaron a mayores, toni se vistió con su pijama y se lanzó por sorpresa encima de gustabo logrando que ambos cayeran en la cama, atiborrando el rostro del agente con suaves e inocentes besos de pura emoción, ambos reían sin parar, disfrutando del momento.

con un último y profundo beso en los labios, toni se separó para apagar las tenues luces de sus lámparas y se acurrucó a un lado de gustabo, pegándose descaradamente al cuerpo contrario. el italiano no hacía más que preguntarse de donde sacaba la cara de hacer tales cosas con el rubio, el amor nunca fue su fuerte y ahora sentía que sin gustabo el mundo se le vendría abajo, en cuestión de pocos meses el ojiazul había logrado tenerle a sus pies por completo, toni se sentía un imbécil por su manera de actuar, sentía que actuaba como un niñato en su primer amorío adolescente.

一 buonanotte, Il mio cuore 一un escalofrío ansioso logró que la cabeza de toni diera vueltas en un fuerte mareo, aquel cariñoso apodo salió sin querer, creyó haberlo pensado.

一 la tuya por si acaso ¿buenas noches, supongo?

un suspiro aliviado salió de su boca, levantando un poco su cuerpo para que su rostro quede más arriba del de gustabo, el hecho de que el ojiazul fuese un completo imbécil con los idiomas era reconfortante, tenía la total libertad de decirle lo que quisiera en su lengua materna y el rubio viviría en la ignorancia. una tonta sonrisa se formó, era suave y llena de ilusión, cerrando sus ojos para poder descansar con su barbilla apoyada en la cabeza del mayor, no sin antes, dejar un rápido beso en su cabello, cayendo dormido en los brazos de gustabo a los pocos minutos después.

𝙘𝙖𝙩𝙩𝙞𝙫𝙚 𝙖𝙗𝙞𝙩𝙪𝙙𝙞𝙣𝙞 ❝ gustoniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora