dolce ballo

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el día que todo marbella tenía anticipado con tantas ganas finalmente llegó, los millonarios de la ciudad paseaban dentro del local vestidos con su propia y extravagante estética, cada uno en un tratando, a través de un silencio envidioso, ser el centro de atención con sus prendas de alta gama, mostrando lo mucho que se habían esforzado en sus elaborados trajes y vestidos.

tanta era la calidad y variedad que a cualquiera se le dificultaba decidir quién era el que tenía más riquezas del lugar.

gustabo había llegado junto a horacio, el último llevando un traje rosa muchísimo más trabajado que el suyo, se lograba reflejar en el traje lo emocionado que el de cresta estaba por la fiesta. el rubio se separó por un momento de su compañero, yendo a buscar unos tragos y de paso encontrar al hombre que tanto esperaba ver en ese lugar, se esperaba poder reconocerlo fácil incluso cuando el antifaz se encargaba de cubrir el rostro de todos los presentes. tanto fue su agrado y sorpresa ver aquellas orbes heterocromaticas a través de un plateado antifaz con variadas decoraciones cubriendo la máscara, esos ojos que tanto le habían cautivado desde el primer momento se fijaron en los suyos quedándose estáticos mostrando un brillo que hace unos segundos no existía.

el ojiazul juraba a dios que podría reconocer aquellos ojos incluso en su lecho de muerte, más aún cuando tuvo la satisfacción de despertar en una de sus recientes mañanas con esas orbes hipnotizantes y coloridas mirándole con tal dulzura que jamás pensó alguien se atrevería a regalarle, los nervios de su estómago desaparecieron siendo reemplazados por el cosquilleo de las mariposas que recorrían su cuerpo al recordar los suaves y dulces labios del italiano contra los suyos, moriría por poder besarle aunque sea por última vez.

se decidió por tomar valor y acercarse a él, olvidándose completamente de lo que estaba haciendo, le quitaba importancia el tener a una de las mafias más peligrosas mirándole como carroñeros a una presa fácil, sus ojos no podían detener la contemplación de la inexplicable hermosura del mafioso, toni pensaba que estaba en uno de sus sueños infantiles y que un principe de blanco se acercaba a él para escapar a un reino maravilloso; gustabo extendió su mano en una silenciosa invitación, un suave estrechez de mano aludiendo a la afirmación le hizo sonreír y jalar levemente al italiano contra su cuerpo, pasando por alto la pizca de tensión en los hombros del contrario.

la canción había cambiado apenas toni aceptó la invitación y espacios en el centro de la pista eran revelados, incitando a la gente a pasar y disfrutar del fresco ritmo de "kriminal tango de marino marini", toni no logró ocultar su sonrisa ante tal canción, ya la conocía a la perfección debido a que sus padres la bailaban en sus mejores tiempos, cuando él era más pequeño. sin desaprovechar otro segundo, tomó ventaja del lento comienzo de la canción para pasar lentamente su antebrazo por la cintura del mayor, tomando su mano con el ceño fruncido permitiéndose unos segundos para pensar.

一 tú copia mis movimientos, no te pongas nervioso. 一el italiano fingió ignorancia y le guiñó un ojo al contrario, gustabo no podía más de la vergüenza y los nervios a pesar haber sido él quien dió la invitación.

se sentía tonto pero su alma se sentía en el cielo al sentir el cuerpo de toni pegado al suyo, movimientos lentos pero marcados en un intento de toni que gustabo no se perdiera en su paso, no podía evitar mostrar su evidente emoción ante la canción en su lengua materna, le traía buenos recuerdos de infancia, bailar con su pequeño romance y latente enemigo solo causaba que aquella desvergonzada personalidad que tenía con el rubio volviera, tocando y moviendo su mano en la cintura del más bajo a su gusto, disfrutando como sus mejillas se teñian de aquel rojo carmesí que tanto le gustaba. el rostro de toni pasó por el cuello de gustabo, sintiendo el suave olor del perfume que había extrañado sentir de cerca, sus labios chocaban con la piel descubierta gracias al movimiento, su cara subió lo suficiente para que su mejilla chocara con la del agente, dejando un corto beso para acercar su rostro al oído del mayor.

一 mueve los pies en contrario a los míos, rápido hacia al lado, no te caigas eh, que mi hermano está viendo y se va a reír de ti toda tu vida. 一las piernas de toni comenzaban a pasar por medio de las de gustabo, quien estaba sorprendido de no haberse tropezado con las piernas contrarias a este punto.

一 joder, que motivante cabrón, muchas gracias. encima te explicas como un culo, no me he caído porque soy muy listo sino no veas.

la risa del italiano hizo que su corazón se iluminara, gustabo cambió la posición de sus manos, teniendo ahora él su antebrazo en la cintura de toni. la cabeza del ojiazul hizo un rápido corto circuito que casi pasa desapercibido por el contrario, pero nuevamente, siguió su arte de hacerse el tonto y se permitió disfrutar baile un poco más, el ritmo había bajado, por lo tanto el paso rápido que habían hecho se detuvo; la pierna de toni subió hasta la cadera de gustabo, quien sonrojado se acercaba lentamente al rostro del contrario con una sonrisa coqueta. el italiano tampoco podía permitirse pasos más elaborados, no sabía si gustabo sabía bailar y la canción tampoco tenía un ritmo que conste de un baile movido y continuo, era más la letra lo que le emocionaba.

una fuerte y maltratada mano bajó rápidamente hasta el muslo del mafioso, el agente afirmaba su pierna desde ahí, apretando y acariciando mientras el torso de toni se inclinaba de forma suave hacia atrás de manera casi exagerada, gustabo le había empujado lentamente hasta que el italiano llegó a su límite. un jadeo suave salió de sus labios, los cuáles fueron sellados por un vehemente beso, seguido de un pasional movimiento que había sacado todo el aire del pecho de toni, aquel contacto que logró tomar por sorpresa al italiano con tan tempestuoso ritmo que causó la pérdida de su elegante compostura, la mano de toni subía el cuello del mayor, profundizando aún más el que se había transformado en un violento beso que transmitía necesidad y deseo por el otro.

cuando se separaron toni reconoció el ritmo de la música; la canción ya iba a terminar, gracias a una mirada en particular, su extraño encuentro con la cintura del mayor y la ajena tensión en el cuerpo contrario confirmaron sus sospechas, lo que carlo y hai le habían advertido se hacía realidad, la adrenalina de la situación recorría por sus venas en una emoción sin explicación. la palabra final de la canción hizo que ambos se separaran por completo, el contacto de sus manos fue separado gracias al movimiento lleno de gracia que ambos realizaron al mismo tiempo, sacando sus pistolas de detrás de sus pantalones que justamente quedaba casi a la altura de sus cinturas, apuntándose mutuamente, ambos sabían lo que habían tocado y aún así lo ignoraron por el bien del ocio.

los dos a punta de pistola y con la mirada de toda la fiesta encima de ellos ¿qué más necesitaban para terminar su fantasía de un peligroso romance? a pesar del "poco" tiempo compartido ambos se conocían tan bien, tanto que lograron deducir y calcular con total precisión cuál sería el movimiento del contrario, la emoción carcomía dentro de sus estómagos, con sonrisas atontadas por los latidos irregulares del corazón que latían por el otro. ambos brazos armados subieron, apuntando directamente al candelabro principal de la fiesta, siendo atacado por los disparos de ambas armas, lo que causó un corte de luz por la próxima caída del gigante cristal.

antes de que pudiera caer encima de sus cuerpos, ambos compartieron una rápida y fogosa mirada, toni le lanzó un beso divertido por la situación, corriendo directamente a la mafia que le esperaba y le llamaba a gritos desesperados para irse luego de ahí. gustabo corrió sin más, atontado por la surrealista situación que estaba viviendo, siendo seguido por su alterado compañero quien le preguntaba que era lo que había pasado hacía unos minutos atrás.

ninguno de los dos soltó una mísera palabra, perdidos su peligroso romance.

𝙘𝙖𝙩𝙩𝙞𝙫𝙚 𝙖𝙗𝙞𝙩𝙪𝙙𝙞𝙣𝙞 ❝ gustoniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora