_________ Fantasía de la infancia.

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La vista de Aioria no dejada de detallar las cicatrices que Seiya tenía en el cuerpo, contrastando con su apariencia juvenil e inocente. Amada a Seiya, más verlo como estaba ahora, con un rostro lleno de paz medio dormido.

Acariciando dulcemente su espalda, su mano bajando hasta su pierna y volviendo a subir por el camino de su cuerpo terminando enredada en sus mechones castaños, acercando su rostro hacia él para besar su frente.

Los brazos del castaño lo rodearon por la espalda con más fuerza, acariciando su cabeza en su cálido pecho como respuesta. Era como una suave almohada, su tamaño delgado y a su vez flaco le ayudada.

- Seiya... - Suspiro. Mirando a su alrededor su vista termino en el techo, perdido en sus pensamientos por un largo tiempo, sin dejar de acariciar al hombre que amaba encima de su pecho. Sus cuerpos estaban desnudos, ni siquiera existía una sabana que los cubriera en este momento, y Aioria no era capaz de moverse para buscar una.

- Aioria... - Minutos después, su voz lo llamo. Levantando el torso para poder volver, notándose la preocupación que tenia.

- Ah... Lamento si te molesta que no pueda dormir. - Moviendo sus brazos, termino por abrazar al Pegaso, moviéndose para quedar de costados mirándose a los ojos.

- No me molesta. Pero si me preocupa que últimamente parezcas con la mente en otro mundo.

- Solo estoy pensando, no tienes que preocuparte.

- ¿Sobre? Te recuerdo que soy pequeño, no tonto. Más te vale decirme.

- Jajaja. Vale, entendí la amenaza. Me quede pensando en el pasado, como ha cambiado mi vida hasta ese entonces. - De los labios de Seiya sonó algo similar a un quejido. Acercándose a él, apoyando sus manos los brazos del Leo.

- Nunca has hablado de eso, ósea, sobre lo que pasaste cuando Aioros le salvo la vida a Athena. Hasta donde recuerdo, solo sé que te quedaste rezagado.

- Fue difícil, es verdad. Pero a la vez tuve quienes me vieron su boto de confianza. Por eso casi no me gusta hablar de eso, ahora menos que tengo a mi hermano otra vez. Creo que... Ahora puedo decir que estoy algo feliz por donde estoy ahora.

- ¿Por qué me tienes a mi no? - Pícaramente indago.

- Jajaja. Bueno, por tal vez esa sea una razón. A lo que voy y en lo que he estado pesando es que en el pasado hubiera deseado salir del santuario, viajar y conocer el mundo junto a mi hermano.

- ¿Viajar?

- Claro, es algo que quería desde pequeño. Mi hermano me llevada a sus misiones, recuerdo que una vez fuimos a Egipto, tenía la idea de que me gustaría conocer mejor el mundo cada que viajábamos. De cierta forma, en mis misiones como Santo de Oro cumplí con ese sueño. - Rio.

- Es un lindo sentimiento. Yo por muchos años quise encontrar a mi hermana...

- ¿Cómo que tienes una hermana y nunca me entere? - Solo escucho la palabra "hermana" hizo que Aioria no lo dejara terminar, quería indagar por respuestas ante su total desconocimiento sobre ese hecho. - Que mal novio eres.

- Ahh... ¿Nunca te dije? Yo me separe de ella para ser Santo, luego de obtener la armadura me reencontré con ella. Actualmente está en el pueblo.

- Bien. Vamos a verla, tengo que conocer a la familia de mi niño. - A modo de reproche, Seiya termino golpeando con la palma de su mano el pecho de Aioria. No le gustaba que le diga así, por más buenas intenciones que tenga.

- Esta bien, mañana iremos a verla, y espero que le causes buena impresión o seria causa perdida. - Dicho esto y pensando en lo que Aioria le había admitido, Seiya puso sus manos en los hombros de Aioria para acomodarlos de forma que sus brazos apresaban el rostro de su novio contra su pecho. Separándose lo suficiente para verse a los ojos, residiendo un beso los labios al momento de sus miradas chocar, rodeando su cuerpo con en sus brazos lentamente. - Volviendo al tema, es interesante tu sueño de viajar. ¿Por qué no viajamos juntos ahora? Los 3, Aioros, tu y yo. Como antes querías.

- No es mala idea... Podemos viajar juntos por el mundo, aunque no sé si Aioros actualmente lo desee. - El estaba ya feliz en una relación con una hermosa mujer, veía tanto probable que acepte, como la idea de que prefiera declinar el estar feliz en su relación actual. - Lo pensare, de no ser así, me basta viajar los 2.

- ¿A dónde iríamos primero entonces?

- No estoy seguro, ¿Rumania suena bien? ¿O Francia?

- No estoy seguro, igual. La barrera del idioma será un problema, yo solo se griego y Japonés.

- Es cierto que es algo que tenemos que planear mejor. Sería interesante cambiar la rutina, ya que no me gusta como recientemente terminamos teniendo sexo tan seguido. Me gusta bastante acariciarte sin ropa puesta. Pero tampoco me gustaría que nuestra relación se torne aburrida por ser de solo sexo. Yo te amo más que solo eso. - Contradictoriamente sus manos sujetaron los glúteos del Santo de Pegaso para acercarlo queriendo besar su cuello de forma lenta. Rozando lo sexual aúnque sus intenciones no eran específicamente esas.

- Para o aprovecho que estamos desnudos. - Advirtió. Como su respuesta, de un movimiento Aioria tomo sus labios en un beso, jugando con sus dedos aun sujetando los glúteos de Seiya. De todas maneras, era seguro que no se iban a dormir en un rato. - Bien, entendí el mensaje. - Moviéndose volteo las posiciones para quedar encima de Aioria, bajando para atender con su boca la erección que empezada a despertar.

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