VII"Dicen que cada átomo en nuestro cuerpo fue alguna vez parte de una estrella, tal vez no me voy, tal vez me voy a casa..."
Vincent Van Gogh.
Ella apretó sus puños y los llevo a su costado, sus lágrimas corrían por sus mejillas pero en ningún momento emitió un sonido. Se había cansado de llorar, se había cansado de ser débil, y una prueba de ello era el cuerpo sin vida de su pequeño Tito. —No pude protegerlo, no pude mantenerlo con vida. Se repetía una y otra vez mientras su corazón se quebraba en cachitos.
Miró su cuerpo cubierto por aquella cobija una vez más y la culpa se hizo presente, no quería seguir llorando pero no podía evitarlo.
Tomó su pequeño cuerpo entre sus manos y lo deposito en aquél hoyo que ella misma había hecho minutos antes, se permitió observarlo una vez más para luego cubrirlo de tierra y tratar de olvidar lo que había pasado.—Te juro que jamás volveré a querer a alguien, porque todo lo que yo quiero siempre termina destruido por mi culpa. —su voz se quiebra a media frase y un sollozo sale de su boca— Perdóname Tito, por favor perdóname por no protegerte.
Se limpia las lágrimas y saca de su bolsillo los polvos mágicos que menoraran el dolor aunque sea por un corto tiempo.
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—Sofi que tal si vemos lo que llevarás puesto está noche —le da un sorbo a su jugo mientras espera la respuesta de su hermana.— ¿Sofi?...
Vuelve a hablarle y la mira fijamente pero la pelirroja 1 está perdida en sus pensamientos y ni siquiera a tocado su desayuno, cosa que le molesta a Samantha.
—¡Hey! —toma su servilleta y se la lanza a la cara y su hermana reacciona de inmediato.
—¿Samantha que te pasa? —comenta enojada y le regresa la servilleta de la misma manera.
—Te estoy hablando desde hace una hora y no me haces caso, dime; ¿estás bien? o todo esto es por tu bendito gato que se quedó aplastado en el mueble
La sola mención de su pequeño amigo ocasionó que Sofía derramará algunas lágrimas y que Samantha se sintiera culpable por su comentario.
—Lo lamento hermanita soy una tonta, perdóname ¿sí? —dijo, tomándola de las mano.
—No pasa nada, solo no dejo de pensar en que Tito murió por mi culpa.
—Por supuesto que no Sofi, tu jamás te hubieras imaginado que tú Tito moriría de esa manera así que no es tu culpa.
Sofía ignoró el comentario de su hermana y se limpió las lágrimas.
—¿Que era lo que querías?...
—Te pregunté si podíamos ver lo de hoy en la noche, por qué aún vas a ir ¿verdad?... —Samantha no apartó la mirada de su hermana hasta que ella asintió.
—Cual es el lugar al que debo ir.
—Es un club muy conocido y exclusivo, saldremos juntas de aquí y Danny te esperará en la entrada. —se puso de pie y se acercó a su hermana para evitar que alguien las escuchara— Te pondrás mi ropa y lucirás igual que yo, pero antes de salir le diremos a la nana que nos quedaremos con mis amigas por una pijamada y no vendremos hasta mañana.
—¿Cómo?... ¿No vendremos a dormir? —le preguntó y su hermana negó con la cabeza.
Eso le ocasionó un conflicto interno, Sofía no solía dormir fuera de casa y menos después de que las pesadillas dorminaran sus noches. Ella no podía verse expuesta de esa manera, no podía.

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Y si te digo adiós
Teen FictionElla está al filo del precipicio ah sí que... Oh tomas su mano o la empujas. Para Sofía la palabra felicidad no estaba en su vocabulario, desde niña el dolor y el sufrimiento la han acompañado y eso la ha hecho inmune al amor. Y pensó que lo era has...