Capítulo 24

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Luego de una noche lluviosa le damos la bienvenida a un nuevo día brillante y con el cielo despejado. En el edificio de apartamentos donde viven Lincoln y Loren, vemos en la habitación donde duerme el peliblanco, solo que este estaba acompañado de alguien.

Ese alguien era nada menos que Lana. La rubia estaba aún durmiendo junto a su hermano mayor. Luego de ese debate mental de la noche anterior y de lo que piensa ahora de Lincoln quiso dormir junto a él, más que nada para no sentirse sola durmiendo en la sala mientras caía esa fuerte lluvia.

Unos minutos después Lincoln comienza a despertar, abrió sus ojos lentamente, veía la luz del sol entrar por la ventana. Así como le suele pasar a la mayoría de las personas no quería levantarse y quería seguir durmiendo, pero si o si tenía que levantarse para ir a la universidad. Quiso levantarse pero sintió que algo le impedía tan siquiera levantar su cuerpo.

Al remover la sábana vio lo que le impedía levantarse. Vio a Lana abrazándolo mientras dormía. Lincoln al ver esto estaba algo sorprendido, de que Lana viniera a dormir junto con él. Aunque no le molesta mucho que ella hiciera eso sin avisarle, es mas, le recordaba cuando Lana era pequeña y dormía con él en las noches de lluvia.

No quería molestarla, ya que se veía adorable verla dormir, pero tenía que levantarse y prepararse para ir a la universidad o se le haría tarde.

_ Lana, despierta Lana. Tengo que prepararme para ir a la universidad.— trataba Lincoln de despertarla.

_ Hmmm..... n-no.— respondía dormida Lana.

_ Vamos Lana, no quiero tener un llamado de atención por llegar tarde. Por favor ya puedes soltarme.— pedía Lincoln a su hermana.

La rubia al oír lo que decía su hermano lo suelta y se levanta. Se talla los ojos y luego vio a Lincoln. En eso la rubia recordó que anoche se metió a la habitación de Lincoln y dormir con él sin que este le dijera que lo hiciera.

_ ¡Lo siento Lincoln no quise hacer eso no sabía lo que hacía!— exclamó Lana disculpándose.

_ Tranquila Lana, no estoy molesto que vinieras a dormir conmigo. Aunque ya estás grande para tener que dormir acompañada de alguien.— le dijo el albino.

_ Me sentía sola durmiendo en la sala, y quise dormir contigo y tener algo de compañía. Solo eso pasó.— contaba la rubia.

_ Descuida, para la próxima me avisas y yo con gusto te dejo dormir en mi cama. Será mejor que me prepare para ir a la universidad, tú también deberías de prepararte para ir a la preparatoria.— comentó Lincoln a Lana.

_ Ahora que recuerdo hoy no tenemos clases ya que le harán unos arreglos al salón en donde estoy yo. Será hasta mañana que iremos a clases.— respondía Lana.

_ Entiendo. Iré a darme una ducha y luego preparo el desayuno.— dijo el albino.

Lincoln fue al baño y de ahí se dio una ducha y luego cambiarse para ir a la universidad. Lana por su lado solo se quedó pensando en lo que había hecho anoche. En parte era verdad de que se sentía sola durmiendo en la sala, pero por el otro lado si quería dormir al lado de Lincoln.

El recordar ese momento le traía muchos recuerdos nostálgicos, pero también sintió en su pecho una sensación que ya sabía que era, le daba una alegría sin igual. Pero el problema es que no estaba segura si Lincoln llegue a sentir lo que ella siente por él. Esto en parte la entristece, y es entendible, pero no dejaría que eso la desanime.

Luego de cambiarse a su ropa que llevaba el día anterior fue a desayunar junto a Lincoln.

_ ¿Que harás este día? Dices que no irás a la prepa.— preguntaba el albino.

Dos hermanos, un camino (Lanacoln) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora