𖤐
.・✫・゜・。.la única razón por
la que felix acepta darle una
segunda oportunidad a minho es
para hacerle saber de primera
mano lo que sintió
.
.
♡ min...
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Las manos de Felix acarician la ropa de cama debajo de él, sintiendo y recorriendo el suave tejido sedoso con olor a limpio, sin embargo hace pocos minutos usado de manera tan sucia.
No se siente culpable en absoluto, debe reconocerlo: jamás pensó que engañar a su novio se sentiría tan bien.
Se levanta de la cama, caminando hasta la ventana para abrir sus cortinas y mirar al exterior; esas vacaciones sin duda alguna son lo mejor que le pudo pasar.
Y es que hace apenas un par de días un amigo le llamó para contarle que tenía el viaje todo pagado pero al final no alcanzaba a tomar las vacaciones, por lo que se las cedía a él en uno de los hoteles más lujosos de la costa oeste del pais. Felix al principio dudaba mucho si debía o no tomarlas, pero finalmente le pareció buena idea ir a distraerse. Y vaya que estaba funcionando: llevaba dos noches ahí y la misma cantidad de amantes diferentes con los que presumía versatilidad: con Jeongin había sido pasivo y con Hyunjin activo; no sabía qué esperar de esa noche, estaba más que feliz.
Disfrutaba sentirse libre y entonces quizás comprendía poco a poco por qué Minho era en el pasado la persona que era: porque tener sexo sin compromisos con chicos dispuesto a experimentar simplemente parecía la gloria.
Caminando por el lobby del hotel un par de horas más tarde, vistiendo una camisa básica negra y un pantalón de vestir del mismo color, se encuentra a su próximo interés: un chico rubio de ojos redondos; bajito y con la piel bronceada, de labios abultados y brazos marcados, aunque no tan trabajados. Se ve bastante seguro mientras camina en dirección al bar del hotel, como si en su camino no hubiese nadie más lindo que él, y lo sabe completamente.
— Nos veremos más tarde, pequeñito — le murmura a la distancia, viendo que desaparece entre la multitud.
Su plan ahora es pasar un buen rato en la playa; esa misma playa que hace poco menos de un año visitó con Lee Minho. En aquel entonces estaba tan abrumado que no se sentía capaz de sentir placer, pero esta vez está sólo y lo único que quiere es tener paz.
Ya está atardeciendo cuando elije sentarse en una de las hamacas de afuera, sobre la arena. Un mesero alto y de cabellos obscuros se le acerca, ofreciéndole un par de bebidas viendo que lleva la pulsera que indica que ha pagado el todo incluido. A Felix le parece un chico guapo: es joven y tiene una linda sonrisa.
— Me la ponen difícil — susurra cuando el chico se va, llevando su orden adentro. Se muerde el labio cuando piensa en lo bonito que sería llevarse a ambos chicos a la habitación: se verían bien juntos. — Te propongo algo — le dice directamente cuando vuelve a aparecer. El chico sonríe y asiente con notoria inocencia, iluminándose sus redondos ojos de apariencia infantil. — ¿Alguna vez has tenido un trío?
La sonrisa del joven camarero desaparece de inmediato, obviando la respuesta: no era una pregunta que se estuviese esperando, incluso si eran comunes los comentarios subidos de tono de diversos clientes. Quizás simplemente no se esperaba que alguien tan joven y amable le propusiera algo como eso.
