Mari había sido convocada por sus iguales en su habitual sitio de reunión a la noche siguiente de la muerte de su hermano mayor, no sabía la razón y tampoco le interesaba mucho, pero asistiría y escucharía lo que había que ser dicho.
—Si esto demuestra algo, es que debemos declarar la guerra. —Exclamó uno de los vampiros apenas la reunión comenzó, a sus palabras le acompañaron varias exclamaciones de apoyo por mucha gente más.
—Tiene razón, ¿Hasta cuándo debemos aguantar esta situación? —Añadió otro de los presentes—. ¿Es que acaso haremos algo hasta que solo uno de nosotros quede?
—Por favor gente, debemos calmarnos. —Pedía la líder desde el estrado—. Entiendo su enojo y lo comparto, pero nada cambiara si respondemos al fuego con fuego.
—Destruyeron uno de nuestros pocos lugares seguros. —Irrumpió la voz de una mujer desde el frente de la multitud—. Javier Vega era uno de los mejores apoyos que teníamos, nos hacía sentir seguros en su cafetería.
Sin decir nada, Mari se encontraba apartada de aquella multitud enfurecida, no tenía ánimo de nada y todo lo que escuchaba le parecía hueco, ninguna de esas personas sabía una cosa real sobre su hermano, ni siquiera sus amantes, quienes tambien se encontraban ahí.
—Ninguno de ellos hará una mierda por mi hermano. —Musito la joven con las manos hechas puños, ella ya tenía su plan y ninguna decisión de ese consejo le haría cambiar de opinión.
—Creí que no vendrías. —La voz de Alexis volvió a llegar a sus oídos
—Veo que ya te recuperaste. —Respondió mirándolo, lucia bastante mejor a como lo había estado debido a aquel gas misterioso
—Mis hombres ya están investigando el gas. —Explico, aunque no fuera necesario—. En poco tiempo sabremos como luchar contra eso.
Mari asintió regresando la mirada a la multitud que aún se encontraba discutiendo algún plan de acción para defenderse de lo que había ocurrido y lo que estaba por ocurrir, por lo que respiro profundo antes de alzar la voz por encima de todo ese griterío.
—Vi como esos salvajes le atravesaron el pecho a mi hermano. —Comenzó ganándose el silencio de todo el lugar—. Vi como su cuerpo comenzó a desaparecer. Al igual que usted no creo en la violencia como respuesta, pero esta vez no encuentro otra forma de resolverlo. Por lo que necesito pedirle veto libre para encontrar y matar a los que lo hicieron.
Una vez dejo de hablar, los murmullos no se hicieron esperar. El veto era algo que un vampiro podía usar solo una vez en su larga vida y le garantizaba inmunidad absoluta hacia algún acto que estuviera contemplando hacer poniendo en peligro a la persona que lo pedía, al igual que su objetivo.
No era común que esos vetos fueran aprobados, se debían poner a votación por los miembros más antiguos de la comunidad durando la petición incluso años para ser aprobada o desaprobada. Esperaba que esta no tardara tanto.
—¿Estas completamente segura que eso es lo que quieres? — Cuestiono la mujer completamente seria—. Tu hermano era de las personas más integras que conocí y seguramente desaprobaría lo que intentas hacer.
—Bueno, no sabríamos que es lo que él quisiera. —Intervino Alexis sin dejar su lado—. Esos malditos humanos no lo pensaron dos veces antes de matarlo.
—Tengo entendido que tu tambien estabas ahí. —Dijo otro de los hombres que estaban junto a la mujer y formaban parte de aquel grupo de vampiros más antiguos. 975 años.
—No solo yo. Había otros cuatro, quienes están aquí apoyando a Mari.
La joven no se había percatado de eso, pero tal como Alexis lo dijo, ella estaba siendo respaldada por cuatro vampiros, uno de ellos aun lucia débil, pero no cambiaba su semblante de odio.
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Niebla Carmesí
VampireActualizaciones quincenales. Cuando Mari tenía diez años fue mordida por un misterioso hombre y quedó abandonada en medio de la nada. Más de cien años después, continúa con su vida como un vampiro mestizo en compañía de su hermano, dividiendo su tie...