Dear Eddie | Steddie

Moonlight 2-2

But when you look at me the Only memory, is us kissing in the Moonlight
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...

—¿Que somos?—

—¿Que quieres que seamos? —Le respondí con otra pregunta—

El no me dio una respuesta verbal, se abalanzó a mi comenzando un nuevo beso al que yo correspondí.

Eddie se subió en mi regazo pasando sus manos por mi cuello reposándolas ahí, yo puse mis manos en su cintura pegándolo más a mí.

Eddie profundizó el beso tomando mi rostro con sus manos, el beso empezaba a tener más ritmo.

Aveces sentía que todo era muy apresurado pero se que esto no viene de hace poco, viene de años atrás.

Solo estábamos.. recuperando esos años en los que los dos fuimos idiotas.

¿Lo mejor de este momento? Era que la noche había llegado a el punto en el que el cielo estaba muy estrellado.

Nos separamos del beso y ambos nos mirábamos mutuamente a los ojos, el sonreía mucho.

—Steve —Le di una mirada de que le estaba poniendo atención— No te vayas a ir otra vez.-

—No lo haré. (Amor de mi vida)—

—No te dire que lo prometas, no se que pueda pasar después pero quiero pasar lo que me quede de vida contigo, a tu lado. —Se bajó de mi regazo y se sentó alado mío aún mirándome—Y ojalá tenga muchos más años de vida para poder estar a tu lado. —Agarro al copa de vino y le dio un trago.—

Yo también agarre la mía y la choqué con la de Eddie.

—¿Por esto que está empezando?—

—Steve esto no empieza aquí, empezó años atrás. Pero si, aquí se hace oficial.. o eso creo.

—De aquí hasta la muerte.

-Hasta que un estupido murciélago me quite el corazón. —Corrijio Eddie— Suena mejor.

—Aquí no hay murciélagos Ed.—

—Por eso digo, Stevie.—

— Entonces.. ¿Hasta que "Un estupido murciélago NOS quite el corazón"?

—Si. —Chocamos las copas—

Eddie disque le tomaba la copa, todas esas veces según tomó del vino pero realmente la copa seguí llena.

Aventó la copa hacia el bosque haciendo que se quebrara.

—Ese vino estaba caducado. —Yo reí y el agarró una de sus cervezas— En serio.

Tome la botella y era verdad, estaba caducado. Al instante lo escupí y dejé lejos la copa, Eddie reía.

—¿Y hasta apenas me dices? —El asintió— Que malo eres.