Mientras nos movemos al son de la música no puedo evitar pensar qué opinará Jackson al respecto, aunque no es tan difícil de adivinar que claramente no se lo esperaba pues en cada oportunidad que tengo de verlo disimuladamente, su expresión de sorpresa y confusión no ha desaparecido.
Siento la mano de Hiccup empujar mi espalda baja para pegarme más a su cuerpo. Lo observo y sonrío.
—No mentía cuando decía que era una sorpresa. Sabía que los Frost habían vuelto, pero definitivamente no pensé verte con ellos.
—Solo vengo con él—aclaro.
—¿Y eso qué más da? Me sorprendí, y tuviera la misma cara de espanto de Jack sino supiera que estás tramando algo.
Estoy por responderle, pero entonces me hace girar sobre mi propio eje antes de regresar a nuestras posiciones iniciales y seguir bailando.
—No estoy tramando nada—sonrío inocente—no sé de qué me hablas.
—No te hagas la tonta. No sé qué pasó entre tú y Jack, pero claramente fue algo fuerte teniendo en cuenta su distanciamiento y tu ira seguida a eso.
Trato de sostener mi sonrisa. Habíamos decidido con mi familia no contarle a nadie sobre los responsables de la muerte de Aurora. Al principio no entendí bien, pero era una orden de ellos y opté por aceptarla. Era lo menos que podía hacer ya que en parte me sentía culpable de que uno de los asesinos de mi hermana fuera aquel chico con el que se suponía que no debía estar. Con aquel del que tanto me habían advertido mis padres.
El tiempo pasó y no hablar de la muerte de Aurora se había vuelto una cómoda rutina. A veces era más fácil ignorar el dolor. Tiempo después mis padres me develaron que la razón por la que mantuvieron el secreto era porque querían vengarse de los Frost.
A ver. ¿Estaría difícil? Por supuesto. En primer lugar era bien sabido que los Frost tenían cierto contacto, no se sabe bien hasta que punto, con la realeza. Además, en aquel entonces tenían mejor posición social, económica y de poder que nosotros. Y a pesar de esas ventajas, tenían más; entre esas el que fueran despiadados, calculadores e inteligentes.
Nos harían pedazos y saldríamos perdiendo aún más si intentábamos culparlos por el asesinato de nuestra hermana.
Por esas ventajas que nos llevaban mis padres decidieron callar. Pero no lo harían por siempre, solo esperaban el momento adecuado. Y querían tomar venganza por sus propias manos, eso sería imposible si las autoridades se metían en el caso. Los Arendelle deseábamos destruir a los Frost nosotros mismos.
Pero no caeríamos con ellos. Otra razón por la cuál ocultarle al mundo qué ellos nos habían arrebatado a Aurora. Cuando el clan Frost cayera y sus aliados buscaran venganza y las autoridades justicia, no tendrían manera de saber que el clan Arendele tenía suficientes razones.
No perderíamos.
No está vez.
—No sé de qué me hablas—repito, manteniendo una expresión confusa e inocente en el rostro. Al menos trato de mantenerla, porque Hiccup no me quita el ojo de encima y sé qué no me cree. Pero no tiene información suficiente cómo para averiguar qué sucede y se quedará con la duda para siempre. La música se acerca al final e Hiccup empieza a aceptar que no diré nada más así que opta por otro tema.
—De postre serviremos Tiramisú. Sé que es tu favorito y mandé a apartarte tres porciones más, recuerda llevártelas cuando te vayas—una gran sonrisa se extiende por mi rostro.
—Gracias, gracias —celebro—te quiero—me inclino y susurro estas palabras en su oído. Él asiente y aprovecha la cercanía para dejar un tierno beso en mi mejilla.
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Destinos Entrelazados
FanfictionFamilias destinadas a odiarse y destruirse. Rivales. Enemigos. Sangre. Muerte. Victoria. ¿Puede entre una guerra surgir el amor? Un amor imposible. Tan delicioso como probar la manzana prohibida del Edén. Destinados al fracaso y al castigo. Pero...