Destinos Entrelazados

Peligro

—¿Qué vamos a hacer?

Jackson me ve con sorpresa y ¿cómo no hacerlo?

—¿Qué estás haciendo aquí?—es lo primero que dice desde que toqué la puerta de su casa a mitad de la noche.

—No me digas que no lo pensaste. Sé que sí. Tuviste qué—él frunce el ceño y me toma del brazo en cuanto nota que me estremezco por el frío aire del exterior. Jala de mí hacia el interior de su casa y permito que lo haga—Hiccup—digo lo obvio, pero él parece no captarlo.

Un bostezo se escapa de su boca y después de cerrar la puerta trasera de su hogar se frota los ojos con una de sus manos.

—¿Elsa qué...? —otro bostezo lo interrumpe. Exasperada, tomo cada una de sus muñecas entre mis manos y lo sacudo ligeramente.

—Préstame atención.

—Eso hago—dice—¿por qué estás aquí?

—Ya te dije. Hiccup.

Ahora, este nombre sí que lo pone en alerta, cosa que esperaba desde la primera vez que lo mencioné.

—¿Estás bien?¿Te hizo algo?—se suelta de mi agarre solo para tomar mi rostro entre sus manos y trata de inspeccionar el estado de mi cara en la oscuridad de la noche que solo es interrumpida por la ligera e inútil luz de la luna que se cuela por las ventanas—¿Pasó algo?

—Tranquilo, estoy bien—tomo sus manos y las aparto de mi rostro—si reaccionas así es porqué sí pensaste en lo mismo que yo ¿no?

Hay unos segundos de silencio antes de que hable.

—Supongo que sí—confundida observo como abre la puerta—vamos, te llevaré a tu casa.

—¿Qué? No. Jackson mírame.

—¿Qué?

—¿Cómo que "qué"?—bufo—¿no Crees que es necesario hablar sobre esto?

—¿Sobre qué?

—Ay por favor—me cruzo de brazos y lo observo con molestia—no te hagas el estúpido. Hiccup apareció en medio del caos de ayer en la tarde. No finjas no saber a lo que quiero llegar, porque sé que eres lo suficientemente inteligente para darte cuenta.

—Creo que no—se encoge de hombros.

—¿Qué diablos te pasa? Hiccup se apareció sin ninguna razón. En tu casa. Con un equipo defensor. ¿Qué mierdas sabía él lo que estaba pasando?

—Vete a tu casa a dormir, Elsa. Te hace falta, te estás volviendo loca.

Abro la boca, indignada, apunto de contestarle mal, pero en el último segundo soy capaz de pensar y cambiar mi manera de actuar.

—Por favor—me acerco a él y tomo sus manos entre las mías—sé que sabes perfectamente a lo que me refiero. Jackson, mis padres están heridos, mi hermana asustada y yo no puedo dejar de pensar en ese hombre que me tenía aprisionada con un arma—un ligero temblor se apodera de mi cuerpo sin necesidad de fingirlo—tengo miedo. La inquietud no me deja dormir...¿Vas a decirme que no te haz dado cuenta de lo sospechoso que fue que Hiccup llegara en el momento exacto? ¿Que precisamente tú, quién a pesar de todo, sé que me protegerías siempre, no podrías hacerlo justo ahora porque no lo haz sospechado en lo más mínimo?

Él niega en cuanto termino de hablar y acoge mis manos con fuerza.

—No va a pasarte nada. Ni a ti, ni a tu familia.

—Pero si ni siquiera sabes de qué estoy hablando—finjo desolación y por su expresión noto que mi semi actuación, está funcionando.

—Claro que lo pensé. Nada va a pasarte, confía en mí, algunas horas después del incidente empecé a encargame de eso. No tienes que preocuparte.