Ismael.

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La trizteza de él

no era efímera.

Sus vacíos

golpeaban su pecho

y no lo dejaban respirar.

Su alma

era tan oscura

como la noche eterna

en la que vivía.

Sus demonios

jugaban con él,

mientras lo destrozaban

por dentro.

Imperfecta Sociedad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora