Bane.

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Y con sonrisas

fingidas,

y conversiones

a la media noche,

te destruías.

Llorabas

todo el tiempo.

El dolor

consumiendote

cada minuto,

cada segundo.

Y ella ahí,

con tu corazón

en la mano.

Haciéndote feliz

cuando quería,

Y destruyendote

cuando podía.

Pero a pesar de eso,

a pesar de todo,

no querías irte.

La amabas

con cada

pedazo roto

de tu alma,

y con

los pocos pedazos

que quedaban

de tu corazón.

Pero

no aguantaste más.

Simplemente

no aguantaste.

Imperfecta Sociedad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora