Creíste poder matara tus demonios por dentro,
sin darte cuenta,
que ellos mismos
se estaban destruyendo.
Llevandote consigo.
Creíste poder detener
la tormenta
que se había desatado
dentro de ti.
Pero no pudiste.
Te perdiste
en el agujero vacío
de tu misma tormenta.
Creíste fingir
hasta que todo esa mierda sobre el amor
se arreglara.
Pero caíste en tu propio engaño.
Porque nunca
fuiste bueno fingiendo
(y creyendo) que eras fuerte.
Creíste.
Siempre lo hacías.
Y ese fue tu error.
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Imperfecta Sociedad.
PoesíaEn un mundo en el que todos fingimos. Hay personas que tienen mucho que contar.