9-Celos.

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—¿Y no creerán como reaccionaron? —Las chicas miran a la Liam esperando respuesta

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—¿Y no creerán como reaccionaron? —Las chicas miran a la Liam esperando respuesta.—Mi madre comenzó a llorar, y mi padre dijo "no puedo creer que ahora quieres ser como esos chicos sin padres" —abren los ojos sorprendidas por las palabras del señor Park. —esa misma cara hice yo, y Ethan. Pero en ese momento me arme de valor y le respondí "¿Están consientes de que están haciéndo severendo escándalo solo porque me teñí el cabello"  como que lo analizaron porque ya no me volvieron a ver raro en las cenas.

Las chicas rien, yo las acompaño solo con una simple sonrisa. Aunque ya había escuchado la historia del escándalo que hicieron los papás de Liam, siempre es bueno recordar viejos tiempos, esos en donde para mi todo era perfecto pero en realidad por dentro estaba todo jodido.

—¿Y de cuantos colores te has pintado el cabello? —pregunta la rosita.

—Por el momento solo azul, aunque tengo pensado ponerme un color como plateado, ¿entienden?, algo asi como gris pero no tan gris, pero, ni tan blanco.

—Se entiende Lizul. —me río al ver que blanquea los ojos.

—¿Lizul? ¿Que es eso? —me pregunta Summer, mientras le da su segunda mordida a su sándwich.

—Li de Liam y Zul de Azul. ¿Genial no? —enarco las cejas.

—Una mierda de apodo si me preguntan. —habla el azulado.

—Mínimo te tengo, idiota. —le dedico un corte de manga.

Así somos Liam y yo, un momento somos los amigos más cariños y nos defendemos de cualquier idiota cuya mirada me esta perforando la cabeza en estos momentos, y de la nada pasamos a hacer groseros entre nosotros.

—Pero si yo si te tengo apodo. —lleva su mano al pecho indignado.

—¿Cual? —lo reto.

El abre y cierra la boca dando a entender lo que sabía. No me tiene un jodido apodo.

—No todos los amigos se tiene apodos. —se defiende.

—Claro que si. —respondo indignado.

—No.

—Sí.

—No.

—Sí. —golpea suavemente la mesa. —chicas opinen. —Mira a las recién mencionadas y estas se miran entre ellas antes de suspirar.

—Los amigos deben de tenerse apodos. —dicen al unísono haciendo que Liam, vuelva a golpear la mesa pero esta vez frustrado.

—¿Que apodos se tiene ustedes? —inquiere el metiche.

—Son muy infantiles, en realidad nos los pusimos cuando teníamos catorce. —responde la pequeña con un rubor en sus suaves y redondas mejillas.

—¡Oh vamos! —exclama. —denme ideas sino este me hará tremendo drama. —esto último lo susurra, o bueno, lo intenta.

Eclipse de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora