𝗖𝗜𝗡𝗖𝗢 𝗗𝗘𝗠𝗢𝗡𝗜𝗢𝗦

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       Me quedé sentado en mi lugar, esperando con paciencia tal cual me lo pidió mi maestro. Pasaron 20 minutos antes de que él volviera acompañado de una persona con una máscara de los más extraña, lo único que podía ver eran cabellos desprolijos de un profundo negro. Esa persona se sentó frente a mí y me tendió un objeto largo envuelto perfectamente con una caja de madera oscura.

—Es un placer conocerlo, joven cazador. — saluda cordialmente, su voz es suave y cálida. — Soy su herrero personal, mi nombre es Sato Ayato. Será un placer estar bajo su cuidado.

—Muchas gracias por su trabajo. Me llamo Bael. — me presento igualmente con una pequeña reverencia.

—Si me permite decirlo, estoy completamente fascinado. Es la primera vez en la historia que debemos confeccionar una espada para un demonio, pero ¡Eso solo me emocionó mucho más! — exclama lanzando humo por aquella boquita de la máscara, yo comparto miradas con mi maestro que ya se veía bastante fastidiado y vuelvo mi vista a mi herrero. — Pensé que, al ser un pedido singular, su espada debía ser igual de singular.

Abrió frente a mí la caja para dejar a la vista una asombrosa espada nichirin, con un filo a ambos lados. Miré con asombro el arma, a decir verdad, esperaba una catana como todos mis compañeros, pero lejos de disgustarme me agradaba, porque ya podía ver la variedad de ataques que podría ejercer con ese doble filo. A diferencia de mí, a mi maestro no pareció agradarle en lo más mínimo.

—¡¿Qué mierda es esto?! ¡Se supone que debía recibir una catana! — reclama demasiado molesto.

—Maestro. — llamo. — Por favor contrólese.

— ¡N-No! T-Tiene razón, debí esperar a que usted tenga más experiencia para hacer pedidos especiales, pido mis más sinceras disculpas- ¡J-Joven amo! 

Hacían demasiado ruido. Tomé la espada mientras ellos hablaban, es por eso que el herrero se exaltó al final al verme sostener la espada con una comodidad impropia. Probé con sostenerla como lo haría con una catana, pero era demasiado incómodo, por lo que solamente la sostuve con una mano y comencé a girarla hasta tener el filo con vista al suelo, luego la volví a girar para tener el filo mirando hacia arriba y la sostuve con mi mano dominante.

Es cómoda...

Su mango tiene un protector con una extraña forma de alas oscuras, al sostenerla no sobraba ni un solo espacio que mi mano no pudiera cubrir por lo que me quedaba bastante justa, a parte que a diferencia de la catana no debía ejercer bastante fuerza en el agarre y eso me facilitaba para pasarla de una mano a otra. No perdería fuerza de ser así, tampoco velocidad, es simplemente asombroso.

—Es- — iba a comentar algo, pero por alguna razón sentí que debía quedarme quieto.

Sostuve frente a mí la espada solamente para ver como esta comenzaba a tomar un precioso color esmeralda que me dejó embelesado, y creo que no solo a mí, tanto mi herrero como mi maestro quedaron mudos al ver aquel cambio de color.

—...Perfecta... — termino asombrado.

—Es... Imposible... — murmuró el patriarca. — No se supone que debía cambiar... ¡Ni siquiera dominas la respiración de la Llama!

—Puede ser que... ¿No es la respiración ideal? — pregunta curioso el herrero, quien tembló al recibir la mirada hostil del señor Rengoku. — ¡S-Solo digo que el joven amo tal vez esté destinado a usar otra respiración! ¡Quizás la respiración de la Llama es demasiado intensa para sus pulmones! ¡E-Es un demonio, el fuego proviene del sol, el sol mata a los demonios! ¡¿No tiene lógica?! ¡¡N-No me mateeee!!

𝐍𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐨 𝐃𝐞𝐦𝐨𝐧𝐢𝐨 || ᴋɴʏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora