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— ¿Y bien? ¿Para qué me buscabas? — Él matón frente a él sonrió con malicia, por supuesto que sabía para que lo había llamado.

— Déjate de idioteces, Myeong Hwan, sabes para que te llame. — frunció las cejas con fastidio.

— Cuidado de como me hablas, — Amenazó el matón apuntando lo con el dedo. — soy el único aquí que puede venderte está maldita mierda, dime, ¿Qué pensaría la gente si se enterará que el “Gran Min Gye-nam” se droga con Valium?

Gye-nam soltó una carcajada ante las palabras del matón y después lo miró, apreciando su expresión molesta.

— No lo sé, tu dime, ¿Quién le creería al bully de la escuela que uno de sus mejores estudiantes se droga? — Gye-nam se acercó al oído de Myeong Hwan. — Se muchas cosas de tí, Myeong Hwan, tantas que podrían acabar con tu vida y enviarte de una a prisión, no te conviene hablar de mi ni mucho menos tratar de hacerme enojar…

— ¿Qué podría saber un drogadicto de mí? — Myeong Hwan, el mayor matón de la preparatoria de Hyosan, lo alejó de un fuerte empujón.

— Recuérdame porque Lee Jin-su intento suicidarse, — La confianza en el rostro de Myeong Hwan fue desapareciendo con cada palabra dicha por Gye-nam. — o que tal si me hablas de aquella noche donde aquel chico ¿Cómo se llama? Gwi-nam — Nuevamente volvió a acercarse a Myeong Hwan y murmuro en su oído. —, lo aventó de la azotea de aquel edificio.

Él bravucón palideció ¿Cómo sabía Min sobre aquella noche? Estaba seguro de que ninguno de aquellos idiotas se arriesgaría a decir una sola palabra de lo que sucedió aquella noche lluviosa en la azotea y lo que sucedió con Lee Jin-su, entonces ¿Cómo demonios sabía de aquella noche? ¿Acaso estaba jugando con él?

Su terror se esfumó cuando escucho al lunático drogadicto soltar una carcajada.

— Mi estómago… — volvió a soltar una risa y con algo de dificultad agarró aire. — deberías haber visto tu rostro. — limpio una falsa lágrima de su ojo.

Myeong Hwan también soltó una risa, pero la de él era una nerviosa.

— Tranquilízate, no me interesa lo que le hayan hecho a ese chico, — extendió su mano. — hicimos un trato: Tú me consigues el Valium y yo te libero de todo cargo que tengas. Así que …

Gye-nam abrió y cerró su mano indicándole que le diera su pedido, Myeong Hwan saco dos cajas de Diazepam.

— Te lo agradezco. — Gye-nam guardo las dos cajetillas en el bolso de su sudadera gris. — Tu dinero.

Le extendió unos cuantos billetes y cuando su contrario los agarro camino hacia la puerta de la azotea.

— ¡Nam-ra! — corrió hacia la pelinegra, que muy seguramente estaría con audífonos, razón por la que no le prestó atención hasta que la tomo de los hombros.

— ¿Dónde estabas?, Te esperé en el salón, pero tardaste mucho.

— Lo siento, arreglaba un asunto. — Gye-nam le sonrió con inocencia. — ¿Puedo ir a tu casa hoy?, Mis padres no van a estar en todo el día, ya sabes … negocios.

— Está bien. 




































3 horas antes de la tragedia.

— Buenos días, chicos. — Primera hora del día inglés, impartida por la profesora Park, una de las más queridas del instituto de Hyosan, muchos la quieren por su gran carisma y humor. — Entreguen sus teléfonos, por favor.

𝗪𝗘 𝗔𝗥𝗘 𝗔𝗟𝗜𝗩𝗘; Jang Woo-jin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora