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El retorno a la mansión se dio en un sepulcral silencio, ninguno de los dos dijo algo, aunque en realidad no era como si quisieran saber más del otro o por lo menos dirigirse la palabra.

Cuando llegaron solamente se dijeron "adiós" y partieron a su respectiva habitación donde entre muchas pequeñas actividades que realizaron, por fin durmieron de manera cómoda.

A la mañana siguiente Jeongin se levantó temprano para prepararse algo de almorzar, como Hwang le había dicho, no quería topárselo o que alguien más lo viera en la mansión, así que eso hizo. Pero desafortunadamente se encontró con el mayor al dirigirse a la salida para tomar un taxi.

- ¿A qué hora entras a la universidad? - preguntó Hyunjin al ver cómo el menor empezaba a caminar tratando de ignorarlo.

- Ahora estoy yendo a mi escuela de prácticas.

- ¿Qué estudias?

- Educador, seré maestro de preescolar.

- No das la pinta, si fueras mi maestro me darías miedo.

- Si vas a seguir diciendo idioteces mejor me voy, más tarde te digo qué es lo primero que harás por tu novio.

Eso pareció llamar la atención del mayor quien con su aún taza de café detuvo el paso de Jeongin tomando su brazo.

- ¿Qué quieres?

- Te llevo a tu escuela, pero apurate a decir qué es lo primero que debo hacer.

- No voy a dejar que me lleves y en todo caso le pediría a tu chófer que lo hiciera, no a ti.

- No me importa, vamos ahora.

Hyunjin acostumbraba a que alguno de sus chóferes lo llevara a sus distintos puntos de destino, pero últimamente estaba yendo por sí solo pues creía que era una muy buena manera de distraerse y no pensar tanto en su actual corazón roto.

Durante esos días trató de mil y una manera que Felix por lo menos aceptara hablar con él, pero los señores Lee se encargaron de cerrar la puerta en su cara diciéndole que él no era merecedor de su cariño y maldiciéndolo hasta el cansancio.

Supo por Changbin que su bonito novio se la pasaba llorando y eso le partía el corazón de sobremanera, odiaba que su ángel llorara y aún más que fuera por su causa. Él no se merecía eso.

Teniendo ese pensamiento giró a ver a su copiloto, ese estúpido mocoso rubio que arruinó ese día, por eso ni se inmutó cuando su mirada parecía tener odio, sensación que Jeongin alcanzó a percibir muy bien dando todo para no hacerse chiquito en el asiento.

- ¿Qué me ves? ¿te gusto? - más que dudoso, Jeongin se escuchó molesto.

- Para nada, no estás a mi nivel.

- Dejando tu horrible clasicismo de lado, a la 1 vienes por mí para ir a una florería.

- No soy tu chófer personal imbécil.

- No te estoy preguntando, vas a venir por mí a la hora que te estoy diciendo, un minuto tarde y estás frito.

Jeongin era menor que él en edad y estatura, pero cuando ponía esa mirada podía hacer doblegar a quien fuera, su autoridad estaba en el tope.

- Sigo diciendo que ha de ser una pesadilla para tus alumnos tenerte.

- Cállate y déjame ahí adelante - con su dedo índice apuntó la entrada de una pequeña escuela, había muchísimos colores, por todos lados gritaba la palabra "niños", era acogedor hasta cierto punto y lo mejor es que estaba a 15 minutos de su mansión.

𝗻𝗼𝘃𝗶𝗼 𝗲𝗻 𝗮𝗽𝘂𝗿𝗼𝘀 ❁ hyunin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora