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- No quiero ir - el menor se soltó del fuerte agarre - ¿qué tal si me asesinas y después me desapareces?

- Yang, ¿cómo voy a hacer eso si mis papás se están dando cuenta que te vas conmigo?, ellos no me cubrirían, vamos.

- Tienes solo una oportunidad Hwang.

De manera innecesaria y ante la mirada sorprendida de la señora y el abuelo, Hyunjin tomó la mano de Jeongin para empezar a avanzar.

Se despidieron de los señores, fueron a la habitación que ocupaba el menor para ir por algunas cosas, pero en ningún momento soltaron sus manos, Hyunjin trataba de convencerse de que lo hacía para que el menor no huyera mientras que éste ni siquiera era consciente de que estaban de esa manera.

En un ambiente silencioso partieron hasta la mansión del pelinegro, hasta el coche se dieron cuenta de su unión y la deshicieron al instante. La radio era la encargada de llenar de palabras ese momento.

La noche ya había caído para cuando llegaron, Hyunjin le dijo al menor que fuera hasta su habitación, que haría algo rápido y por lo mientras que se bañara. Sin reprender ni nada, Jeongin siguió las instrucciones y fue a dar rápidamente a su habitación. No iba a negar que estar en casa de los Hwang era muy agradable, pero esa habitación en donde ahora se encontraba lo hacía sentir muchísimo más cómodo.

Sin la necesidad ni intención de quebrarse la cabeza pensando en qué estaría tramando el otro tomó rápidamente un baño percibiendo algo que no pudo identificar de primer momento en su cuarto. Eligió uno de los pocos libros que había dejado anteriormente, se sentó en su silla giratoria y se relajó por completo.

Pasaron solamente 15 minutos cuando Hyunjin entró a su habitación como ya acostumbraba y extrañaba hacerlo, por obviedad el menor se asustó y arrojó su libro.

- Ya está todo listo, vamos – extendió su mano derecha al contrario.

- ¿A dónde? – la duda estaba muy presente en el rostro del menor.

- Preparé algo.

- ¿Y ese milagro?, no será una escena del crimen ¿verdad?

- Deja de pensar que voy a asesinarte y mejor vamos.

Como no queriendo Jeongin se levantó de su cómoda silla y tomó la mano del mayor. Salieron de la habitación y Hyunjin empezó a caminar jalando al menor, quien creyó que irían directo al estacionamiento, pero no, tomaron un rumbo diferente.

Subieron los tres pisos de la mansión y se encaminaron a unas escaleras que Jeongin jamás había visto, aunque realmente nunca fue por ese sitio. Hyunjin fue el primero en subir esas escaleras y le dio la mano al menor para ayudarle.

Cuando el rubio subió completamente por fin se dignó a ver hacia los lados, sin embargo, lo que su vista percibía no le dejaba hilar palabra alguna.

Parecía estar en el cielo, su cielo.

Era la terraza llena de pequeñas luces blancas con flores de diferentes tipos, pero en la misma gama de colores, una mesa al centro con velas, cubiertos y lo que parecía ser una botella de vino.  

- ¿Te gusta? – esa pregunta por parte del mayor hizo que saliera de su ensoñación.

- Sí – respondió completamente embobado, acción que hizo reír al alto.
Vamos.

Ya no tomó su mano, sino que lo empujó por los hombros pues parecía que sus pies estaban pegados. Al llegar a la mesa lo soltó y retiró la silla para poder sentarlo, caminó seguro hasta la silla contraria y también tomó asiento.

𝗻𝗼𝘃𝗶𝗼 𝗲𝗻 𝗮𝗽𝘂𝗿𝗼𝘀 ❁ hyunin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora