*No fue nada, para eso están los compañeros* envió queriendo quitarle hielo al asunto, era ilógico e irónico de cierta forma que el rey del hielo como le llamaban ahora estuviese intentando dejar de serlo.
"Encontrar a tu omega destinado", siempre pensó que eso no era más que leyendas u habladurías de sus abuelos, sin embargo poco a poco se fue convenciendo de que quizás el habría encontrado al suyo, es decir nunca se había sentido de esta forma, la necesidad de saber de el, la necesidad de protegerlo que había surgido más allá de la lujuria pura que generan los omegas en celo, la necesidad de mantenerlo alejado del peligro, le resultaba absurda tomando en cuenta el tipo de relación que tenía con el, era un subordinado, un peón en el juego del mayor contra lo malo que pasaba en esa ciudad, y nunca se imaginó así mismo buscando la atención de alguien, quizás por eso era que siempre atendía el teléfono y le acompañaba a patrullar, quizás por eso era que le dejaba manejar a Putin como si fuese de su propiedad o por eso era que se la pasaba poniéndole multas de desacato a todo aquel que se atreviera a hablarle al mayor de una forma que no considerase adecuada, se dejó caer en su cama y suspiró, ojala las cosas fuesen como en las telenovelas que miraba Leonidas en el trabajo y pudiera ir confesarse y que él le correspondiera, pero sabía que no sería así, después de todo su omega resultó ser un gruñón malhumorado con dos hijos pequeños.
Jack se levantó de la cama tras haber dormido como una piedra y vio a sus hijos en su cama, como siempre Gustabo de seguro convencería a Horacio para escabullirse en la noche, ni siquiera había sentido cuando entraron , esa era la más grande prueba de que estaba agotado, los arropó bien y se encaminó a la ducha, no había dormido del todo bien, el saber que ahora tendría que ver al ruso en el trabajo le molestaba, la propuesta de Evans le rondaba en la cabeza, el no era tonto ni ciego, se había dado cuenta de las miradas, de los gestos, pero Volkov no era una opción, no quería involucrarlo en sus mierdas, su vida ya estaba lo suficientemente jodida como para agregarle líos románticos, salió de la ducha y se quedó inconscientemente mirando su cuerpo frente al espejo, en su vientre la cicatriz de la cesárea que le hicieron para que su hijo naciera y en la cadera izquierda esas cicatrices, como olvidarlo, paso sus dedos por ella suavemente, era su recordatorio permanente de que enamorarse no traía nada bueno, es verdad que Gustabo había nacido a raíz de ello pero no podía olvidar a ese hombre, negó con la cabeza y se vistió, recordar no era lo conveniente, tenía que ir a una puta revisión médica antes de volver al trabajo.
Llego pasado del medio día a la comisaría y como siempre era todo un puto circo, ahora tenía a un vaquero siendo esposado por Leonidas y podía escuchar desde el pasillo a Moussa cantar afuera mientras lavaba su patrulla, se llevo la mano al puente de la nariz y suspiro, entro sin prestarle atención a nadie, estaba saturado de gilipollas por un día, solo quería ir a su oficina, a revisar los putos informes, enviarlos y volver a su casa, pero la vida sin duda lo odiaba, y era un jodida problema que el gimnasio de la estación estuviese cerca de su oficina pues chocó de frente en el gran pecho sudado de la persona que menos quería ver ese día, puto ruso de los cojones que tiene que ser tan grande como un maldito tanque- Volkov- saludó y con la cara completamente roja ya que nuevamente se sintió abrumado caminó a paso ligero hasta cerrar con llave la puerta de su oficina, se sentía como una estúpida colegiala sonrojándose por estupideces y actuando como una gata en celo, las malditas hormonas lo tenían como loco y más ahora que ese equipo de médicos inútiles se habían rehusado a darle supresores, mas bien apoyaron la idea de Evans y le sugirieron pasar un celo normal con un alfa, se quitó las gafas y las arrojó a la mesa, camino hasta su sofa y se desplomó, maldita la hora en la que aceptó esa maldita misión.
Viktor había decidido entrenar un poco para ordenar sus ideas, lástima que no sirviera de mucho, estaba aprovechando el hecho de que la ciudad estaba tranquila al menos por un par de horas, así que con esa convicción lo dio todo durante su entrenamiento, iba camino a los vestidores para tomar una ducha cuando se topo al dueño de sus desvelos de frente, más bien chocaron en lo que fue un momento algo tenso, respondió al intento de saludo y camino con prisa hasta el baño, joder debía afrontar la situación cuantos antes posible.
Los Santos siempre fue un lugar impredecible, tanto podía ser paz y arcoíris como tener un imbécil disparando desde la azotea de una tienda, así que contra su voluntad Conway acudió a la llamada, después de todo era el mejor negociador del que disponían, como siempre Volkov iba con el y el silencio en al auto generaba una tensión tal que podría tocarse con la mano, por sí mismo el caso no era complicada, solo era otro loco suelto, así que el mientras el mayor se ponía a la vista del sujeto Volkov subía a otro edificio para tenerlo a tiro y protegerlo, dos horas le tomó a Conway lidiar con el imbécil que tenía algún tipo de estúpido plan de conquista, pese a que siguió todo protocolo no lo logró y sinceramente no tenía ya mas ganas de lidiar con imbéciles, así que dio la señal y el ruso le disparo en el hombro desarmando al imbécil y dando apertura para que lo detuvieran, cerrado el caso volvieron al auto y esta vez Conway decidió llevar a un lugar tranquilo, debían hablarlo y este era el momento.
Viktor estaba confundido no sabía donde iban pero por la cara de su jefe era mejor no saberlo, finalmente se detuvo en un lugar algo alejado una especia de mirador
-Volkov, te traje aquí porque quería hablarte de algo- inicio
-dirá usted- respondió con su acostumbrado estoicismo, sin embargo por dentro moría de nervios
-quería agradecerte por lo del otro día, lamento que hayas visto un lado tan lamentable de mi, pero al tomar supresores como los míos es algo que podía pasar y menos mal estuviste conmigo- dijo mirando a sus ojos a través de las gafas que ambos llevaban.
-tranquilo no pasa nada, fue una situación fortuita y me alegro de haber podido ser de ayuda- lo último lo dijo en un tono un tanto bajo, mismo que no fue intencional, la cercanía, el ambiente cerrado del auto comenzó a llenarse de feromonas, Volkov se sentía un puto adolescente sin poder controlarse y Conway sentía los calores subirle
-Volkov- su voz sonó a una especie de gemido y fue más de lo que le alfa del ruso pudo soportar, así que en un abrir y cerrar de ojos sus labios impactaron con los del contrario, un beso, uno que por cierto el mayor siguió.
______________________________________________________
Perdon la demora, han pasado muchas cosas en mi vida, me gradue empece a trabajar y me agobie, pero estoy mejor, gracias por leer y seguir aqui
ESTÁS LEYENDO
Cherry Cigarettes 《VOLKWAY》
Fanfictionlos alfas son fuertes y fieros, los omegas dulces y delicados...oh bueno con sus excepciones Volkway Conway bottom