Eleven

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Una nueva mañana se presentaba en el pueblo naranja, se sentía diferente, mucho mas para cierto hibrido de oso próximo dueño del restaurante, El Pollo Feliz, pues estaba decidido a terminar su pollería de una vez por todas, hoy empezaba una nueva vida.

Caminaba por el pueblo en busca de los habitantes para hacer la entrega de la invitación a la inauguración de su local, estaba emocionado pues estaba a nada de cumplir su sueño.

Llego a la tienda de Tanizen, siendo recibido por Noni, uno de los empleados.

-Pase-dijo haciéndose a un lado para que este pasara-Bienvenido a-

-¡Spreen!-grito alguien interrumpiendo lo que el otro estaba a punto de decir.

-Buenas Tanizen-saludo-.

Entro por completo al local para aceptar el abrazo que el dueño le ofrecía, con cariño se aferro a este.

-Deberías estar descansando, chico-le revolvió los cabellos azabaches del hibrido con cariño-.

-Ya, pero mañana abriré la pollería-se separaron del abrazo-Faltan algunos detalles y pues vengo a entregarte la invitación-le tendió la carta-.

-Estaré sin falta, lo sabes.

Se quedaron charlando un poco mas, Tanizen se encargo de preparar un pequeño banquete para Spreen y lo consentía cada que podía, Noni se ofreció a hacer la entrega de las ultimas invitaciones haciéndolo terminar mas rápido.

El día estaba muy tranquilo, nada extraño se había presentado, eso calmo al hibrido, pues temía que algo le ocurriera a su restaurante o a el un día antes de su inauguración.

El sol se ocultaba y era hora de volver al restaurante para dejar los últimos detalles listos, Spreen se despidió de los otros dos para después marcharse, había dejado a su gato vigilando el local, confiaba en el pero igual le asustaba dejarlo por mucho tiempo solo.

-Pelusa, estoy aquí-dijo abriendo la puerta principal del local-.

-Pelusa esta en la oficina.

La voz de esa persona hizo que el hibrido oso se detuviera por completo, no movía ni un musculo, hasta pareciera que dejo de respirar, no quiso girarse a enfrentarlo cara  a cara pero fue inevitable cuando una mano se poso en su hombro, delicadamente, pero se sintió como si quemara su piel.

-¿Necesitas algo?-hablo, tan frio que le sorprendió-.

Juan lo miro con una mueca de dolor en su rostro, intento acercarse un poco mas pero su mirada se perdió en un punto fijo lejos de los ojos de Spreen, pareció haber recordado algo y se detuvo mirando ahora seriamente al otro.

-Axozer quiso jugar a las escondidas con mi mascota, solo vine por eso, no quería ser mas una molestia...

-No lo eres-susurro para el-.

El hechicero supo que algo había dicho, mas no logro entender y tampoco pensó en preguntar.

-Me voy, deje a puerco araña en una jaula.

-Claro.

Un silencio de un par de segundos se formo donde solo conectaron miradas de dolor, Juan se giro molesto de ese sentimiento y salió del próximo restaurante.

Spreen solo lo veía marcharse, quería correr tras de el, decirle muchas cosas, pero no podía.

[...]

Llovía como nunca antes lo había hecho en el pueblo naranja, Pol juntaba patatas de su huerto con un gran y fuerte paraguas en mano, Tanizen retiraba los carteles de afuera de su tienda, Focus y Genesis cerraban todas las puertas de su gran muralla y Mariana metía dentro de su hogar a todos los animales posibles.

Spreen caminaba fuera de su local, solo caminaba, no llevaba un paraguas, ni un impermeable, dejaba que las gotas de lluvia lo empaparan de la cabeza a los pies, veía un gran charco de agua en medio del césped y sin preocupación alguna saltaba en este, salpicando a todos lados aquel lodo que se había formado.

Pelusa veía a su dueño desde la puerta del local, estaba fuera siendo cubierto por la pequeña techumbre.

-¡Spreen!-grito Carre llegando vistiendo un gran impermeable amarillo, mas un paraguas y tres abrigos encima-¿Estas loco? La lluvia es terrible, deberías entrar.

-Pero Rodri, se esta bien aquí-Dijo para después saltar en otro charco manchando a Rodrigo de lodo en el proceso-.

Su amigo solo suspiro sabiendo lo difícil que seria convencer a Spreen de hacer algo.

-Debemos entrar, en cerio, es urgente.

-¿Urgente? Según yo los negocios se terminaron hace unos días, el ultimo pendiente fue con Betra ayer-Salto en otro charco-.

-No es eso, debo contarte algo que paso ayer y necesito que te sientes-Se quito el lodo de los brazos-Así también evito que me mates-murmuró-.

-¿Por que te mataría?-se detuvo, por fin-Carre...

-Supongamos que yo hable con alguien y si no te explico las cosas y esa persona llega a venir tu seguro te enojaras con todo el mundo y nadie quiere eso, seguro y hasta el profeta te tiene miedo...

-Si bueno, esta bien-suspiro-Vamos-le indico la entrada caminando hacia esta-.

-¿No cambiaras tu ropa?

-Pensaba estar hasta muy tarde fuera pero ya que has venido creo que será lo mejor, espera en mi oficina, ya vengo-le indico el camino y se retiro-.

-Ay, dioses por favor que no me mate-Rezo al cielo-.

[...]

Pelusa miraba a su dueño, este se arreglaba un poco el cabello en el espejo de los baños del restaurante, maulló un par de veces para llamar la atención del hibrido oso.

-Lo se, yo también estoy ansioso de saber lo que Carre dirá-dijo terminando de peinarse el cabello con una mano-.

El felino maulló de nuevo.

-No creo que sea malo, pero si lo es solo una pequeña advertencia bastara, Rodri es mi amigo, es incapaz de hacer algo malo en mi contra, confía.

Pelusa ladeo la cabeza.

-No, no tiene que ver con el.

Salió de la habitación ahora en camino a su oficina, donde Carrera lo esperaba leyendo una libro que encontró entre los libreros de Spreen.

-Listo, ahora si, ¿Qué sucede?

-A ver, pues, no le daré muchas vueltas al asunto, Juan esta a nada de venir a tu restaurante para hablar contigo.

-¿Eh? Pero si el estuvo aquí hace un momento y se comporto como un idiota-se cruzo de brazos-Si es por lo de su cerdo, dile que yo no se nada, nunca lo llegue a ver.

-No es eso, digamos que se entero de todo...

-Rodri, dime por favor que no le contaste lo que te dije-El otro solo se mantuvo callado-No puede ser, ¡Carrera!

-¡Ey, No le dije TODO, solo un par de cosas! eso hizo que el entendiera otras cosas y pues ahora creo no le falta mucho para-

-¡Spreen!

Una tercera voz se hizo presente, pero esta venia del piso de abajo, se escuchaba desesperada y algo feliz, el hibrido oso fulmino a su amigo con la mirada, de esta no se iba a salvar, después pensaría en algo, ahora necesitaba armarse de valor y bajar para aclarar las cosas.

Apenas bajo las escaleras, lo vio de pie junto a una mesa cercana al mostrador, mirando a todos lados, estaba empapado por completo.

Y por fin lo vio, ambos se miraron hasta que Juan grito.

-¡Me gustas, bobo!


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Y bueno, subo esto desde ya, algo tarde pero pasa que mañana tengo dos exámenes y no me dará tiempo de escribir después JSJSJS ♥♥♥


Otro Mundo A Tu Lado [Spreen x Juan] TortillalandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora