9| "Estoy aquí"

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Capítulo 9




Había pasado ya una semana desde que Jungkook compró su cuaderno para sueños y no hubo día en que no escribiera en él. A veces escritos muy detallados sobre lo que veía en sus sueños y a veces frases vagas que apenas y tenían sentido para él.

Besos sabor a fresas y crema batida. Manos entrelazadas. Atardecer y helado. Hojas de otoño. Primer nevada del año.

Parecían ser piezas de un rompecabezas que literalmente estaban rompiéndole la cabeza a Jungkook. No encontraba conexión entre ellas más allá de ser cosas que se harían o verían en una cita. ¿Qué demonios significaban todas las cosas que veía en sus sueños? ¿Qué podía decir que era real y qué no?

Algo muy dentro de sí le decía que todo lo que soñaba era su pasado mostrándose ante él, pero su parte racional se negaba a creerlo por completo. ¿Cómo podría ser todo eso real? Admitía que sus sueños removían ciertas emociones dentro de su pecho, ¿pero no reaccionaría así cualquiera que soñara con alguien que lo amara inmensamente y se lo demostrara en sus sueños con besos y caricias?

No podía ser solo él el que se sintiera así tras tener un sueño como ese, dejando completamente de lado el hecho de que soñaba todas las noches con la misma misteriosa persona.

«Estás sobrepensando otra vez» se dijo cerrando el cuaderno. «El doctor Min dijo que no llenaras tu mente de pensamientos complicados y te centraras en algo más... pero, ¿en qué más?».

Aún tenía casi tres semanas restantes de vacaciones, pero no había encontrado nada en qué gastar su tiempo. La limpieza no era una opción porque su casa siempre estaba ciertamente pulcra y la semana pasada ya se había desecho de todo lo que no creía necesitar como sobras de materiales para maquetas que ya estaban arrugados o manchados y marcadores que ya no pintaban, así que tampoco podía entretenerse en ver qué conservar y qué no.

Estirándose un poco y soltando un bostezo decidió que era hora de comenzar el día, en el transcurso pensaría qué hacer para matar el aburrimiento y ya no sobrepensar tanto.

Se levantó de su cama con cierta pereza y se dirigió a la puerta, que tan pronto como la abrió fue recibido con un aroma dulce que parecía provenir de la planta baja, más específicamente de la cocina. Su estómago gruñó inmediatamente ante el exquisito aroma, pero decidió ir a lavarse los dientes y la cara antes de bajar, odiaba sentir la amarga saliva mañanera y necesitaba quitarse las lagañas y el pequeño hilo de saliva seca que tenía en la comisura de sus labios y parte de su mejilla.

Una vez ya se sentía un humano decente de nuevo, bajó las escaleras más rápido de lo normal y prácticamente corrió a la cocina donde se encontraba su madre preparando waffles y picando fruta.

—¿Estamos celebrando algo hoy, mamá? —preguntó Jungkook al tiempo que tomaba asiento en uno de los bancos del desayunador, mirando atentamente lo que hacía su madre.

—Simplemente quise consentirlos un poco —dijo ella con una pequeña sonrisa, vaciando fresas perfectamente picadas en un bowl que ya tenía plátano y kiwi —. Además, vi esto en un programa estadounidense anoche y se veía bastante rico. Espero me quede igual de bueno o me habré despertado temprano por nada. 

Jungkook soltó una risilla.

—¿Madrugaste por ir a comprar los ingredientes?

—¿Por quién me tomas, hijo? Envié a tu padre —dijo —. Yo le prometí hacer un desayuno rico si iba por las cosas y aceptó.

—Eso suena más como tú —rió.

Su madre sonrió encogiéndose de hombros antes de proseguir con lo que estaba haciendo. Quince minutos después los tres integrantes de la familia estaban sentados en el desayunador, prácticamente devorando lo que había en sus platos.

Recuerda que me amas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora