Tan pronto como Jiang Cheng llegó a su apartamento se encerró en su alcoba y se recostó a llorar en la cama. No quería seguir llorando por el mayor, pero no podía hacer otra cosa. Se sentía como cuando en la escuela su mayor amor lo había rechazado, se sentía triste y despechado. Además de utilizado, engañado y roto.
Lo último que quería era saber algo de Nie MingJue, no quería oírlo ni verlo, seguramente mañana se le pasaría, y aunque no pensaba perdonarlo al menos podría verlo y no gritarle que se fuese a la mierda.
Era demasiado temprano como para dormir, pero lo suficiente tarde como para salir a la calle a pasear para pensar. Así que lo más cercano que tuvo fue salir de su habitación notando que Wuxian no estaba en la casa, seguramente estaría en el apartamento de Lan Wangji «justo cuando más lo necesito» pensó.
Se limpió la nariz con una servilleta y sacó el helado de la nevera. Wei Ying lo regañaría por comerse todo el helado que ambos habían comprado, pero había que entender las razones y además... Wanyin compraría el siguiente.
Cogió una cuchara y volvió a su habitación para meterse entre las sábanas y poner en la televisión su película favorita "¿Conoces a Joe Black?" Le gustaba mucho esa película y la distraía de todo.
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•Jiang Cheng no supo en que momento se quedó dormido, pero agradecía haberlo hecho porque ahora amanecía mucho mejor de lo que estaba anoche.
Seguía sintiendo mucha rabia y enojo hacia Nie MingJue, pero se sentía bien como para ir a trabajar.Se levantó de la cama, se dió una ducha y se vistió un poco menos formal que los otros días, no se puso ni un poco de adorno y muy a penas se peinó el cabello. Si alguien lo comparara con el Wanyin del día anterior se sorprendería. Ayer estaba tan feliz al llegar a la oficina y ahora parecía tener una nube gris sobre su cabeza.
Wuxian nuevamente no estaba en casa, así que Wanyin solo cogió su bolso y caminó al trabajo. No saludó a nadie al llegar, solo subió en el elevador hasta su oficina y se sentó a trabajar.
MingJue estaba dentro pensando en la mejor manera de salir a verlo. El día anterior cuando notó que Wanyin ya no estaba y quiso llamarlo por la noche su hermano le confesó lo que había hecho. Al principio pensó que era broma, pero comenzaba a hilar todo y entendía a la perfección porque el castaño se había ido de prisa a casa. Le cuestionó aquella acción a su hermano, pero Huaisang se respaldó con un "bueno y que te importa que se enoje, ¿Solo quieres hacerle un hijo no?" Las ganas de decirle a su hermano que se había enamorado del humano eran enormes, pero se las había aguantado.
Ahora solo estaba caminando de lado a lado en la oficina deseando que algo bueno se le ocurriera, una excusa razonable para que Wanyin le creyera que no era su esposo sino su hermano... y es que el joven no iba a creerle.
Suspiró, no había manera de salir de aquel embrollo. Huaisang no iba a ayudarle a desmentirse y Wanyin seguramente no querría volver a hablarle.
Pasó saliva e hizo clic en el intercomunicador para llamar a su secretario a su oficina, el chico sin responder nada entró por la puerta y se acercó con una cara seria al escritorio.
— Wanyin... —comenzó el Nie pero el joven lo interrumpió abruptamente.
— Joven Jiang —corrigió— y no, señor Nie, nada de lo que vaya a decir para remediar el hecho de que me ocultó que tenía un esposo me lo voy a creer. —su voz sonaba molesta y firme— no puedo creer que me haya engañado para que yo me enamorara de usted —un nudo se formó en su garganta— dios, y yo lo besé... —se cubrió el rostro con su mano... MingJue se sentía culpable de verlo así, y se sentía mal.
— Perdóname —fue todo lo que pudo decir... No podía decirle nada más. La única solución viable que veía era ser honesto. Pero ser honesto en serio y confesarle quién era, para que así Wanyin creyera que el hombre que había llamado era su hermano y que si no la había visto antes era porque Huaisang al igual que él era un demonio y nada tenía que hacer en la tierra.
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Demon - MingCheng
FanfictionAquel hombre esa distinto,era intrigante, era oscuro. Algo tenía seguro y era que no pertenecía a este mundo. Era lo más perfecto que había visto en su vida. Sus ojos castaños eran penetrantes, su sonrisa podía convencerte de hacer cualquier cosa...