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La noche anterior, se habían quedado charlando un poco sobre el trabajo luego de haberse besado, ninguno dijo nada porque no sabían que decir. Cuando Wanyin calló dormido de nuevo, MingJue se recostó a su lado y durmió también.

Ahora, el cielo los amanecía a ambos, no había nada que hacer, Jiang Cheng había terminado todo la noche anterior y el Nie había enviado su parte.

El primero en abrir los ojos fue el Jiang, quien miró a su lado al pelinegro descansando y sonrió, se veía bastante tierno, con la boca un poco abierta, el cabello en la cara y los ojos completamente cerrados. Le quitó las hebras negras de la cara y le besó la mejilla. Sí le gustaba, y aunque le aterraba a veces... Cuando era tierno le parecía atractivo.

Aún si... Él seguía siendo su secretario y tan pronto volvieran a Qinghe lo que sea que pasará entre ellos tendría que acabar. Porque era peligroso para él que alguien los fuese a descubrir.

Sonrió, se levantó de la cama y tomó su celular, tenía un par de mensajes de Xichen invitándolo a salir... No sabía que haría con él. Por una parte, sí era lindo, atento, caballeroso... Pero, no sabía, MingJue le atraía de una forma distinta. Aún así, con el Nie no podía pasar nada y Lan Xichen era un buen chico para salir.

Ignoró esos mensajes, lo mejor sería hablar con Wuxian y que esta le aclarara la mente como siempre hacía.

Sintió la mano del mayor acariciarle el brazo, lo miró y sonrió.

— Creí que había soñado que me dormí a tu lado —dijo con una voz ronca, una voz matutina que el chico percibió como una sexy manera de despertar— buenos días
— Buenos días MingJue —respondió él bloqueando su teléfono y dejandolo de lado para volverse a acostar quedando frente al mayor. Sus miradas chocaban pero esta vez no había enojo en ninguna, MingJue lo miraba con ternura.

Era increíble, pero era verdad. El menor le causaba algo que ni él sabía que era, a pesar de que no lo conocía de prácticamente nada, igual le gustaba y no se quitaba de la mente que iba a hacerle un hijo.

Sin embargo, el Jiang  pensaba en todos los problemas que tendría por salir con él, por quererle. Era injusto pero reglas eran reglas y él las tenía que seguir al pie de la letra. Estaba en su sangre ser un buen chico.

— ¿Qué harás hoy? —le preguntó Wanyin a MingJue, este lo miró y sonrió
— no tengo idea, ¿Tú tienes planes? —aun no los tenía, pero tenía una invitación del Lan de salir a comer.
— Pues... —pensó un poco— es que, Xichen me invitó a salir esta tarde. —nunca fue un chico que mintiera o que anduviera alargando las verdades. El demonio obviamente se quedó serio y se levantó casi en un solo movimiento.
— Entonces el beso de anoche no significó nada para ti —dijo con un mal tono dándole la espalda, el castaño al igual que él se levantó y se acercó un poco a paso lento.
— MingJue, sí significó, pero tienes que entender que entre nosotros... Nunca va a poder pasar nada. Tenemos que comportarnos, tenemos que superar esta atracción —dijo tratando de hacerle entender— no quiero una relación como la de Wangji y Wuxian , no quiero esconderme, no quiero que nuestras citas sean en lugares mi privados y cerrados en su totalidad... —hizo una mueca— lo siento mucho Mingjue, pero no es eso lo que quiero —entonces se giró este a mirarlo, claro que le dolía, pero no podía llorar, era literalmente físicamente imposible para él.
— lo entiendo —dijo serio— tengo que irme —dijo y sin esperar a que Wanyin pudiera decir algo, salió fuera.

Jiang Cheng solo suspiró y se sentó sobre la cama, seguro que se le pasaría la atracción.



— te veo un poco distraído, ¿Segura que estás bien? —preguntó el joven Lan al ver que el Jiang frente a él solo movía la comida con su cubierto mirando a la nada. Le tomó la mano haciendo que este lo mirara.
— Sí, perdóname, tengo muchas cosas en la cabeza —sonrió— ¿Qué me decías?

Demon - MingChengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora