Capítulo 11

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— ¿¡Que se lo has prometido!?

Lo inevitable se hace claro ante mis ojos. Estalla en cólera como una granada en mitad de un campo. Y ahí me quedo resguardándome en lo bajo, a la espera de que los fragmentos de su rabia no me alcancen.

Sus pies raspan el suelo de su habitación y su andar está cargado de frenesí.

—Solo dije que preguntaría —me escudo.

Sus nervios han volado por los aires y dudo que la cordura vuelva a ella de la nada. Estoy completamente seguro de que cada palabra que pronuncie, será obsoleta para traer templanza a ella.

—Pues la respuesta es no, claro que no —se detiene un segundo como si confirmara mentalmente lo que acaba de decir, pero al instante vuelve a caminar con prisa—. Dije que no sería parte de su circo y está decidido —suspiro, sé que debo ser paciente con ella. Pero ya comienzo a creer que actúa con cierta irracionalidad.

— ¿Podrías dejar de ser tan terca? Necesita de ti al igual que tú de ella —mi tono de voz se eleva unos matices, lo suficiente para que ella se detenga y guie su mirada hacia mí.

—No la necesito ¿Por qué debería pensar en su bienestar cuando ella...

—Arley. Tu madre tiene derecho a ser feliz, sé que la quieres, pero no puedes castigarla por perseguir su felicidad. Míranos. ¿Deseas perderme? —La corto. Ella solo se queda unos efímeros segundos sosteniendo su mirada en el vacío.

—Claro que no —responde finalmente y casi puedo jurar que en su mirada hay un leve vestigio de angustia. Eso es buena señal, puede que este yendo en la dirección correcta.

—Bueno, así se sentiría para ellos si se perdieran. Se aman, Arley y aunque te cueste aceptarlo, es la realidad. Si sigues estancada a los errores el pasado, solo podrás quedarte ahí —ella no dice nada, enmudece por unos segundos. Un minuto, tal vez dos, en los que mueve su cuerpo y se sienta en la cama—. Lo siento si he sido muy duro, pero...

—No lo digas —me calla—, es la verdad. Es mi culpa —alguna parte de mí se fragiliza y siento que tal vez he pinchado más allá de la superficie. He penetrado hondo y he movilizado algo en ella.

—Claro que no —me muevo hacia su lado y me quedo en silencio lo suficientemente cerca para sentir el calor que irradia su cuerpo—. Solo intento decir que si quieres de todo esto deje de dolerte, busca una forma de amigarte con la situación o terminarás ahogándote en ella.

Logro que sus ojos se conecten con los míos. Logro ver en ella una bruma de dolor y solo deseo fundirme en sus brazos. Tomar todo lo que duela y llevarlo muy lejos.

—Odio decirlo. Odio aceptar que tienes razón. Pero iré —a pesar de que sus palabras me traen un gramo de paz, temo que esté haciendo algo que termine siendo contraproducente.

— ¿Hablas en serio? —Nuestras voces se han aplacado. Casi podría decir que ha quedado un hilo armonioso entre los dos.

—Sí, pero no pidas que cambie mis pensamientos sobre esta boda de la noche a la mañana —asiento y tomo sus manos frías.

—No lo haré, solo intento que no duela —intento calentar sus palmas, y ella solo observa la unión sin decir cosa alguna.

—Tú haces que no duela —se mueve hacia mis labios.

En el amargo toque puedo sentir su dolor y como el correr de los segundos se vuelve dulce. Como si extrajera toda la miseria de su par de labios y la hiciera mía. Y algo en mí vive, es casi como si la salvara.


Arley

Arrepintiéndome a cada milésima de segundo en la que este auto se mueve quedé atrapada en su palabrería. He cambiado las típicas palabras con mi madre en un principio para quedar bien, pero luego vino mi error: preguntar por la boda.

Change This Heart - FOR ME (libro 2 - CTH)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora