09. Vergüenza & Amor

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Cierto rubio se encontraba en su casa

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Cierto rubio se encontraba en su casa. Era fin de semana, así que decidió ir a visitar a sus viejos para salir un poco de todo ese ambiente incómodo que surgió durante la semana anterior. Cuándo le confesó a Deku que sí le gustaba el chico que insinuaba, llegó a oídos equivocados y horas después todos lo sabían; Katsuki Bakugou era gay y estaba enamorado de su mejor amigo. Tenía claro que el pecoso nunca difamaría tal cosa, por lo que no le inculpó nada, aunque fuese quien fuese la persona que lo hizo, estaría muerta en cuanto se enterase. ¿Y Eijirou? Claro que se enteró, estuvo intentado hablarlo con él desde que lo supo, pero este sólo le ignoraba.

Pocas horas después de que se instalase en su hogar, el timbre sonó, y su madre abrió la puerta.

—Buenos días señora Bakugou—se inclinó a modo de saludo—. ¿Está Katsuki en casa?

—Ya sabes que puedes llamarme Mitsuki, cariño —también se inclinó—. Y sí, el mocoso está en su habitación.

—¿¡Cómo que mocoso, vieja!? —una voz muy conocida exclamó desde el piso de arriba. Por curiosidad, había estado escuchando la conversación todo el tiempo para saber de quién se trataba la persona que tocó.

—¡No le hables así a tu madre! —amenazó, y seguidamente volteó la cabeza al chico de nuevo—. Perdónale, Eijirou... ¿Qué te trae por aquí?

—¡Oh! Pues quería hablar con Bakugou... sobre un tema.

—Vete —el anterior mencionado se encontraba ahora detrás de su madre—. No quiero hablar contigo.

—¡No seas así! He tardado cuatro horas en venir para que ahora me mandes a casa de nuevo.

—¡No le hagas ni caso! Entra, estás en tu casa.

—Perdón por la intromisión —entró y dejó sus zapatos en la puerta.

—Como sea —maldijo Bakugou. Vino a su casa para estar tranquilo, y desde luego esto no iba a ser para nada tranquilo.

—¿Quieres quedarte a comer, cielo?

—¡Claro! Me encantaría.

—Perfecto, pues subid a la habitación de Katsuki, ya os avisaré después.

Agarró la mano del pelirrojo, arrastrándolo a su habitación; cerró la puerta y seguidamente lo tiró a su cama.

—¿Qué mierda haces tú aquí?

—Que cruel... Pero ya sabes porqué —respondió serio, siendo eso algo muy inusual en él—. Tenemos que hablar

Roca Explosiva | KiriBakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora