|2| Camila Mendes

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Ella

Romina

No me suelen atraer personas con solo verlas, pero con ella fue diferente.

En el momento que entró a la cafetería no pude evitar verla de más. Tenía un estilo de la moda envidiable y en ella lucía simplemente genial.

Luego la volví a ver en el parque.

Después en la plaza.

Ella aparecía en cualquier lugar al que iba.

Finalmente un día me decidí a hablarle. Su nombre era Camila. Intercambiamos números y tuvimos una charla agradable.

Esa noche recibí un mensaje de ella para quedar en algún lugar.

Después de salidas casuales por casi tres meses planeamos un fin de semana en la playa para relajarnos, quien nos viera diría que somos amigas de hace años.


Y así se sentía, como si nos conociéramos hace mucho tiempo, teníamos mucha química. Con ella podía hablar de absolutamente todo, me sentía tan bien con ella.

En esos meses que convivimos juntas me había comenzado a gustar tanto que me asustaba.

—Si pudieras ir a cualquier lugar del mundo, ¿a dónde irías?— pregunté mientras ambas mirábamos el atardecer.

—Probablemente viajaría a un lugar no explorado ¿sabes? Un lugar sin descubrir.

—Yo iría tal vez a un lugar tranquilo, sin mucha urbanización, como un bosque o tal vez a un río.

—Algún día podríamos ir a un bosque.— mencionó volteando hacía mi.

—Me encantaría.— contesté mirándola —Sonará algo tonto, pero siento que ya nos conocíamos.

—Siento lo mismo Ro.

Mientras me iba acercando hacía ella pude ver a un hombre a unos metros de nosotras. Creo que no disimulé nada ya que Camila volteó hacía el y el rápidamente volteó a otro lado.

Lo que pasó después fué algo confuso, Camila me agarró del brazo y juntas nos paramos de la arena rumbo a la pequeña cabaña que rentamos. Apresuradamente me dijo que teníamos que irnos, yo no entendía nada pero aún así le hice caso.

En minutos ya teníamos nuestras maletas ya que no llevábamos mucho. Nos subimos a su coche ella arrancó y salimos de la playa.

—Estando ya mas tranquilas, me puedes explicar que carajos pasa.

—Lo siento linda, es una historia algo complicada no es el momento.— dijo mirandome levemente, al ver que yo no contesté prosiguió.—Te lo contaré, lo prometo.

Yo no le contesté y fijé mi vista en el camino, íbamos para su casa. Treinta minutos después llegamos y al bajar ella me guío adentró ya algo calmada empezó a hablar.

—Lo lamento Ro, de verdad lo siento no quería arruinar esto, pero no podíamos quedarnos mas tiempo.

—No importa eso Mila, podremos hacer más viajes juntas, solo quiero que me expliques que fué lo que pasó en la playa.— tomé su mano y me acerqué mas a ella.

—Es algo difícil de explicar, ese hombre conoce a mi padre.— hizo una pausa y continúo.— No te conté de mi padre porque no me enorgullece su trabajo, intento no relacionarme mucho con eso, pero a fin de cuentas es mi padre y lo quiero.

—Okey, creo que comprendo pero ¿por qué ese hombre estaba vigilandonos?

—El hombre que estaba viéndonos es un viejo amigo de mi papá con el que tubo problemas, la verdad no se que estaba haciendo ahí, así que tengo que ver a mi padre y contarle, ese tipo es peligroso, probablemente también tenga que irme de aquí.

En ese momento la miré, intentando comprenderla, se iría.

Justo cuando comenzaba a quererla se iría.

Minutos después ella me estaba llevando a mi departamento y yo aún no sabía que hacer. Al llegar bajamos y nos quedamos en la puerta de mi departamento.

La miré y en ese momento solo quería hacer una cosa.

—Mila, crees que pueda...—no terminé porque ella ya tenía sus labios sobre los míos.

Se sintió jodidamente bien, mejor de lo que imaginé.

—Volveré Ro y hablaremos sobre nosotras, lo prometo.— dijo mientras me daba un casto beso y se subía a su coche alejandose de mi casa, pero mas que nada de mi.























N/A:

Siento que tiene potencial para una segunda parte ¿qué dicen?

𝔬𝔫𝔢 𝔰𝔥𝔬𝔱𝔰 𝖌𝖎𝖗𝖑𝖘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora