A tu izquierda | Supercorp (Lena G¡P)

I

El edificio CatCo Worldride Media, o más conocido CatCo, es el conglomerado de medios más importante de National City. Fue fundado por Cat Grant; una mujer de estatura media, pelo corto y rubio, ojos marrones y diminutas facciones, definida como seria, arrogante, grosera e irrespetuosa.

O eso es lo que aparenta.

Kara Danvers sabe que no es como todos piensan. La reportera de CatCo conoce bien a su jefa. En el fondo —muy en el fondo—, aquella CEO tiene un corazón enorme y gentil. Es cierto que no es nada amigable y te regaña más que premiarte a pesar de que hagas las cosas bien. Pero gracias a ella está donde está. Fue la mujer que le ayudó a mejorar tanto en su crecimiento personal como profesional desde que pisó la compañía por primera vez. Antes servía cafés a sus empleados con una actitud tímida y melosa y ahora se encarga de cubrir las mejores entrevistas de la ciudad siendo sociable y carismática. 

Eso es lo que ahora está haciendo Kara, volviendo a CatCo para informarle a su jefa sobre el nuevo proyecto que ha sacado Industrias Wayne. Se abanica con su pequeña libreta mientras se adentra en el edificio, notando como el aire se intercala en su pelo rubio y ondulado. Se reajusta sus gafas pasta entre que saluda a la recepcionista para luego coger el ascensor directo a las oficinas de la revista, aunque no tarda en soltar un suspiro pesado al recordar lo que le espera. Ama su trabajo. Le pone pasión y da todo de sí misma para que quede perfecto como exige Cat. Pero no soporta a sus compañeros. O, mejor dicho, no soporta a su compañera, Lena Luthor.

Desde que Kara entró en CatCo, aquella mujer de metro ochenta, pelo largo y negro y ojos verdes, no ha parado de fastidiarla. O de cortejarla, tenga o no tenga pareja. O las dos cosas a la vez, depende del día. A Kara no le resultaría un problema. Ya ha lidiado a muchos como ella a lo largo de su vida, aunque Lena fue la única que no sobrepasó los límites. Cuando le suelta un «no» de manera tajante, su compañera de trabajo cierra el pico y se marcha o cambia de tema. Pero su actitud arrogante, egocéntrica y descarada hace que no pueda evitar odiarla. O quizá la odia porque la considera como un posible trofeo. O a lo mejor la odia por sus ideologías, comentarios fuera de lugar y burlas irónicas que le ha mostrado día tras día. Tres por uno.

Las puertas del ascensor se abren y Kara suelta un suspiro de alivio al ver que tiene vía libre. Lena no está en su mesa —encima está junto a la suya—. Quizá esté en la cafetería tomando su descanso u ocupándose de otra entrevista. Lo que sea, Kara espera que se ahogue con el café o se le pinche una rueda para no verla pronto. Camina hacia el despacho de su jefa y sonríe cuando, de paso, se encuentra a la asistenta de Cat.

—Hola, Nia —saluda Kara con entusiasmo.

—Hey, veo que has regresado. ¿Cómo te fue?

La rubia le responde con desdén. La información que obtuvo tampoco era nada del otro mundo. Bruce Wayne es un simple plagiador, solo que sus productos son más asequibles. Sin embargo, su sonrisa se ensancha conforme va hablando. Nia Nal es una de las personas más amables que ha visto en su vida, a pesar de que la conoce desde hace poco. La considera una amiga y un gran apoyo. Desde que entró a CatCo, la mujer de pelo castaño oscuro y ojos negros ha estado ahí cuando más lo necesitaba.

—Antes de que se me olvide... —interrumpe Nia sacando un trozo de papel—. Lena te ha dejado esta nota. Dijo que era muy importante.

Kara no tarda en voltear los ojos. Sabe que no lo es. Nunca lo es. No es la primera vez que le hace esta clase de jueguecitos. Lena jamás se cansa de hacerse ver de una manera u otra. Nació así de desesperante e insistente. Y la rubia todavía no sabe por qué le sigue haciendo caso, desdoblando el pequeño papel entre sus manos.

"¿Algún día dejarás a la estúpida de tu novia y probarás una delicia de verdad? La delicia soy yo, por cierto".

—Pero esta... —gruñe Kara sin poder contenerse.