Cuando estaba a punto de terminar de recorrer toda su espalda, se hizo hacia atrás.
-¿Enserio no te da repugnancia?- decía mirándome fijamente.
-Maxon es obvio que no, lamento si te incomode, no me repugna, no me hace sentir que estoy tocando algo malo, no me causa ninguna sensación mala, me siento un poco triste porque no fui capaz de defenderte y por mi culpa tienes las cicatrices mas recientes, pero prometo que cuidare de ellas y encontraremos un medicamento que te ayude a borrarlas, las amo Maxon, son la prueba de amor mas enorme que existe en la vida, gracias.
Se rió y me dio un palmada en la cabeza.
Lo bese intensamente, me agarre a su espalda con fuerza y lo tire al colchón, aventando lo que quedaba de mi vestido al piso.
Ahora estaba frente a él en la lencería mas hermosa que me había puesto en la vida, con unas medias del mismo color que el conjunto, estaba ahí solamente para él, quería que me admirara, que viera que lo amaba y que haría lo que fuera para verlo feliz, porque se lo merecía.
Se levanto rápidamente y me beso, tomo mi peinado y arranco las horquillas, salieron volando por todas partes, dejando caer mi larga melena color rojo sobre mis hombros, la piel me quemaba, realmente jamás me había sentido así, parecía que estaba en llamas y yo estaba encantada.
-Puedo, ¿quitarte el pantalón?- dije mientras le mordía el labio suavemente.
-Porfavor- dijo mientras se separaba de mi boca y besaba mi hombro.
Desabroche su cinturón y lo avente al suelo, después desabotone el pantalón y acosté a Maxon mientras me encargaba de quitarle el pantalón lentamente, sus piernas eran contornadas, perfectas, eran del mismo color que todo su cuerpo.
Cuando le quite el pantalón, me di cuenta que los dos estábamos en ropa interior, estábamos un poco nerviosos, era nuestra primera vez.
-Maxon, eres el hombre mas hermoso de este mundo, me encantas- dije mientras me sentaba entre sus piernas y tocaba suavemente su pecho.
Estaba temblando, sentía como estaba temblando abajo de mi, me acerque a su oreja y le sople un poco, irguió la espalda y le mordí el lóbulo.
No era para nada experta en esto, solamente me estaba dejando llevar por mi instinto natural.
-América... Esper...- decía con la respiración entrecortada.
Levante mi cara y lo vi fijamente, vi que sus labios me pedía un beso, así que me acerqué lentamente y se lo di, comenzamos a besarnos cada vez más intensamente, nuestras respiraciones eran escasas mientras pasaba el tiempo.
Sus brazos comenzaron a subir sobre mi espalda y yo sentía algo cada vez mas grande entre mis piernas.
Agarro el broche de mi sujetador y lo soltó pero lo agarre antes de que se cayera.
Estaba roja, muy muy roja, me sentía apenada la verdad es que jamás había mostrado mi cuerpo a nadie a parte de mis doncellas y mi madre.Agarro mis manos y suspiró.
-América, si no quieres hacer esto, créeme que no hay ningún problema- dijo con la voz tranquila- esperare hasta que estés preparada- estaba a punto de levantarse pero lo detuve.
-NO, es que me da un poco de pena, es la primera vez que un hombre me va a ver de esta manera.
Él sonrió.
-Me enojaría que no fuera yo el primer
Hombre- dice mientras me da un beso en la boca.Deje que el sujetador cayera completamente.
Así estaba yo, expuesta de la mitad del cuerpo a él, los dos estábamos en la misma posición.-Maxon- susurre pero el me tapo los labios con un dedo.
-Calla, déjame apreciarte y recordar lo afortunado que soy por tenerte.
Sus palabras me llegaron al fondo de mi corazón, realmente era hermoso tenerlo, lo amaba, lo amaba demasiado.
Lo abrace y lo bese, lo quería y él me quería eso era perfecto, y no se comparaba en absoluto a lo que tuve con Aspen.
Tome sus fuertes y grandes brazos, eran perfectos, cada uno de sus músculos estaba perfectamente marcado.
-Amo tus brazos, demasiado- le susurre al oído.
Nuestros besos fueron subiendo de intensidad mientras maxon fue recostándome poco a poco otra vez en la cama, sentía como su boca iba bajando por mi cuello hasta mi clavícula.
-América, hueles precioso- decia entre besos.
Yo adoraba también como olía él, puesto que la fragancia no era comercial. Él la hacía con su cuerpo, jamás podría compararse con el aroma de alguien mas.
Sus manos bajaban al ritmo de mi respiración que cada vez era mas entrecortada, yo le amaba, lo deseaba en todos los rincones de mi ser...
Sus labios besaron el reborde de mis pechos, dejando una descarga eléctrica pequeña por donde pasaban.
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La noche de Bodas (continuación del epilogo de "la elegida").
FanfictionLa ceremonia ha concluido, el Principe y Lady América son marido y mujer. La fiesta esta en el auge, pero los nuevos esposos tienen asuntos mas importantes que atender. ¿Qué sucedera? si te agrada, no dudes en leer. Fanfic del ultimo libro de la Tri...